Todo tuyo // TsukkiYama

Lastimado

Tsukishima estaba parado bajo el umbral, con una mirada de preocupación tan notable que solo me hizo sentirme peor.

“¿Estas bien?” Rápidamente cerró el espacio entre nosotros y se arrodillo al pie de mi cama, intentando verme a la cara “¿Qué paso? ¿Por qué lloras?”

Intente alejar la mirada pero el hecho de que él estuviera ahí hacía que mi corazón doliera aún más y no pude evitar cubrir mi cara, permitiéndome llorar aún más fuerte.

“¿Yamaguchi? ¿Qué pasa?” Noté un poco de desesperación en su voz, pero no podía contestar, sentía un nudo tan grande en la garganta que creí  que dejaría de respirar en cualquier momento. Tomo mis manos y las movió lejos de mi cara, sosteniéndolas en una de las suyas, mientras que con su otra mano me obligo a verlo “Tadashi, ¿Qué paso?” Su voz llevaba el tono más dulce que había escuchado en mi vida y –por instinto puro- le dije parte de la verdad.

“Me rechazaron…” Mire hacía debajo de nuevo “La persona que me gusta… le gusta alguien más…” voltee a ver su cara, parecía sorprendido ante mis palabras “Y-yo no qu-quería que me vieras a-asi… Lo sie-“antes de que pudiera terminar de hablar se acercó a mí y me abrazó.

De cierta manera, mi corazón estaba roto y no podía olvidar el dolor en mi pecho, pero también me sentía cálido y feliz de que todo haya terminado en este momento. Su cuerpo se sentía caliente y suave, probablemente había corrido hasta mi casa, ya que olía un poco a sudor, pero eso solo hacia esto mejor, más íntimo.

“Tsukki… no me dejes… por favor” Palabras que probablemente no tenían sentido para él, pero eran el mundo para mí, la cosa más importante. No quería que el gustara de alguien más. No estaba preparado para compartirlo, aún y cuando intente convencerme de  que lo estaba. No quería, pero no había nada que pudiera hacer.

“No lo hare pero… por favor, deja de llorar” Lo escuche  y sentí la culpa invadirme. Ni siquiera podía hacer algo para dejar de preocuparlo. Siguió abrazándome hasta que deje de llorar y pude relajarme un poco.

“Gracias Tsukki, ya puedes soltarme…”

“¿Seguro?”

“Si… me siento mejor ahora. Gracias.” Lo sentí moverse un poco, dudando si decía la verdad, pero se separó de mí lentamente y –justo antes de completamente dejarme ir- me tomo de los hombros y miro a mi cara.

“Traeré algo para tomar. Espérame, ¿sí?”

Antes de que pudiera contestar, dejo el cuarto y camino a planta baja. Tome aire y me recosté en mi cama, abrazando una almohada, escondiendo mi cara en la misma. Era un cobarde. Técnicamente le dije todo, pero al mismo tiempo no le dije nada. De la nada sentí como la cama se hundía del lado opuesto, cuando mire Tsukki estaba recostado junto a mí, sus brazos cruzados bajo su cabeza y una mirada algo perdida, como si estuviese pensando en algo importante.

Abrace la almohada aún más fuerte, sin poder mirarlo a los ojos, intentando juntar coraje para decir algo, pero sin poder lograrlo por unos dos o tres minutos antes de poder abrir la boca.

“Lo sie-“

“¿Ya te sientes mejor?” Se acomodó en su lugar, viendo hacía mi “¿Necesitas algo?”

“Estoy bien… gracias. Tsukki, lo sie-“

“No lo hagas. Yo soy el que debería disculparse. Si hubiera sabido, no te hubiera dejado irte así” Se veía más relajado ahora. Lo mire por unos segundos, intentando adivinar qué era lo que debía decir.

“No  hiciste nada malo, fui yo quié-“

“Tú tampoco” Una sonrisa apareció en mis labios “Eso está mejor, ese es el Yamaguchi que veo todos los días” Reí un poco. Me golpeo ligeramente en la frente con uno de sus dedos “Eso es más como tú”