Capítulo II. La viuda negra

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Una vez escuché un viejo relato, el cual narraba que en lo alto de una montaña estarían las respuestas a toda curiosidad que tengas. Muchos intentaron subir a esta pero a la mitad de la travesía se rendían o dejaban de caminar ahuyentados por las dudas de la incapacidad de lograr el objetivo. Así pasaron los días, meses y años, sin que nadie se atreviese a escalarla, hasta que apareció aquel hombre cuyo nombre nunca se escuchó y menos de dónde provenía. En silencio se dirigió hasta la montaña y la escaló, se dice por el pueblo, que esa fue la última vez que lo vieron.

Cuando la policía cansada de los reclamos y de las leyendas urbanas que se originaban alrededor de la extraña desaparición, decidió investigar mandando a un grupo de oficiales. Se dice que escalaron la montaña en tres días exactos y a duras penas, algunos ya con signos de deshidratación pero lo que encontraron en la cima les quitó algo más que las ganas de beber agua.

Ahí yacía aquel hombre. Estaban seguros que era él por el tatuaje que solía alardear aquel día, era del gato de Alicia en el país de la Maravillas, aunque este aún se podía divisar algo ya que producto de laceraciones que no entendían cómo se las produjo marcaban todo su torso y sí... sólo hablarían de su torso puesto que eso fue lo único que hallaron de aquel hombre. Pero lo que aterró a los oficiales no fue ello, que ya de por si era repugnante, sino lo que estaba escrito en su pecho

"La curiosidad mato al gato, sólo que este sólo tuvo una y poseía nombre y apellido"

-A ver si entiendo bien. La bastarda esa ¿es la hermana del jefe?

-Así es.

-¿Cómo lo sabes? ¿Él te lo dijo?

-Pues casi se desmayó al ver las imágenes de Sulli en el video y gritó como mujer desesperada "Mi hermana... Mi hermana"

-¿Qué video?

-Agentes -un oficial se acercó a ellas.

-¿Qué sucede? -preguntó Yoona.

-Había una nota dentro de la víctima -les dijo entregándole el papel.

Yoona lo tomó entre sus manos, jugó con el pequeño papel manchado por algunas gotas de sangre proveniente de la occisa. Lo abrió sin vacilar y leyó la nota en voz alta

-"Corran mientras puedan, las cazaré una por una"

Ambas agentes se quedaron viendo la firma, aquel dibujo tan familiar que les daba repugnancia, la primera vez que experimentaban tener tanto rechazo a un diamante.

-Está jugando -habló Jiyeon ligeramente ofuscada.

-Dime algo que no sepa...

-Será mejor que pienses rápido en un plan. Las cosas se agravarán con el paso de las horas.

-Hay cosas que son difíciles de entender... -Yoona resopló- pero la mente humana se lleva el primer lugar de todas -decía mientras se dirigía a su auto.

(...)

Habían pasado las primeras veinticuatro horas. Cazar a un asesino serial no es algo tan sencillo, por más que tengas estudios en psicología, criminología o forense, ser un perfilador es complicado y eso bien lo sabía Kwon Yuri, no solo lidiaba con el peso de atrapar a Diamante si no con el cargo de conciencia de haber encerrado a una presunta inocente. Esa era la pregunta que rondaba por su cabeza ¿Por qué Sulli mataría por Diamante? ¿Cuáles son los verdaderos motivos de Diamante? Y la más importante de todas ¿Quién es Diamante?

-¿Reflexionando doctora Kwon? -una voz perturbó sus pensamientos, volteó para al joven de bata blanca sonriente.

-Oh Minho, algo así -sonrió ligeramente.

Criminal Minds [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora