Prólogo.

153 17 6
                                    

Niall 



 Apreté el arma entre mis manos antes de mirar una vez hacia atrás, casi lloriqueando al sentir que la herida en mi pierna se abría conforme íbamos avanzando, sintiendo el desagradable mareo que poco a poco se apoderaba de mi cabeza y hacía que la idea de volarme los sesos fuese tentadora.



 
-Niall, amor, no te detengas –Incluso si los gritos que venían detrás de nosotros y aquellos amenazantes disparos aturdían mis oídos hasta el punto de encogerme en mi lugar como un pequeño cachorro, su voz me hizo sentir tranquilo, me hizo saber que a pesar de que las posibilidades de que saliésemos con vida o al menos pudiésemos escapar, eran remotas, estaríamos juntos hasta el final y eso, por más tonto que pareciese al vernos en una situación de vida o muerte, fue suficiente motivación para que acelerase mi paso.


 

El tacto que me proporcionaba la mano de Harry fuertemente entrelazada a la mía me brindaba el calor que aquella noche helada y tenebrosa se encargaba de robarme. Estábamos malditamente alejados de cualquier tipo de civilización, corriendo en medio de un bosque espeso que se tragaba nuestros cuerpos y a duras penas nos permitía la movilidad. Atrapados era la palabra perfecta para describirnos mientras que éramos fielmente perseguidos por policías armados hasta los cojones, pero ninguno de los dos quiso admitirlo en voz alta.


 

En medio de aquella angustiosa huida, pude notar el constante derrame de sangre que brotaba del costado de Harry, quien recibió un disparo minutos antes. Por suerte tan solo fue un roce de bala, pero eso no conseguía calmarme al notar lo desgastado que se veía y el dolor pintado en su rostro, además de verme a mí mismo en las mismas condiciones pero con una bala directamente enterrada en mi pierna y múltiples heridas cubriéndonos a ambos.


 

Nuestro aspecto era sin duda la cosa más deprimente, y es que nos hallábamos en medio de aquella pesadilla durante dos días seguidos sin saber de nuestros amigos o familia debido a la necesidad de escapar para no ser capturados, o en el peor de los casos, asesinados. La ropa que llevábamos puesta estaba enteramente sucia y rasgada, sangre saliendo de todas partes.



 

Dos malditos días sin conciliar el sueño, comiendo y bebiendo lo necesario para no perder fuerzas, hiriéndonos por los rasguños de las ramas de los árboles mientras que corríamos en aquel laberinto sin salida que me estaba volviendo loco. Empezaba a perder las esperanzas.



 

-¡Mierda! –Un grito grave y pesado por parte de Harry me sacó de mis pensamientos, alarmándome y poniéndome la piel de gallina en cuanto oí un disparo. Mi alma corrió despavorida en busca de refugio mientras que en mi sistema la sangre se congeló –¡Al suelo, Niall! –Un fuerte jalón en mi brazo me hizo agachar detrás de Harry, ambos refugiándonos detrás de un gran árbol.


 

Pude observar de reojo a tres policías ubicados estratégicamente detrás de otros árboles, esperando cualquier indicio para atacar. Harry, por su parte, mantuvo el arma a la altura de su barbilla, apuntado firmemente hacia el frente, esperando un movimiento en falso para disparar.


 

Yo, temblando y muerto del miedo, me aferré a su camiseta con sollozos estancados en mi garganta, sujetando débilmente mi arma entre mis manos sin saber muy bien si debería apuntar con ella, sin ser tan bueno como Harry lo era.


 

Y sí, sabía usarla, quizás lo suficiente como para dar en puntos débiles para derribar al enemigo gracias a un par de clases por parte de Harry, mi novio y hermano, pero eso no significa que haya tenido que poner en práctica mis conocimientos alguna vez. Ya en ese punto me prometí que, si la vida de mi hermano o la mía corrían peligro, me importaría muy poco apuntar directo a la cabeza de cualquier hijo de puta que quiera meterse con nosotros, estaba malditamente cansado de la situación y ganas no me faltaban para hacerlo.

Prohibido Amarte -Narry Storan.Where stories live. Discover now