Capítulo 9.

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Niall




 Pasaron varios minutos desde que llegué a mi habitación y me encontré con mi hermano en ella, éste tan borracho que no puede sostenerse siquiera, comportándose extraño. La incómoda posición en la que estábamos no había cambiado incluso si forcejeé contra él para que me dejase libre, estando aún contra aquella puerta que poco a poco me calaba los huesos por la frialdad de la madera.




 -¿Qué estás haciendo, Harry? –Cuestioné con bastante desconcierto, sin entender porqué estaba invadiendo mi jodida privacidad, y peor aún, acechándome de aquella manera. Mi cuerpo, aunque quería negarlo, se estremecía cada que sus labios quedaban frente a los míos, su respiración manteniéndose en calma mientras que sus ojos me escudriñaban con profundidad, tan penetrante y fijo que las piernas me flaqueaban. Necesitaba respirar.




 No obtuve respuesta luego de un rato, por lo que creí que mi hermano se había quedado dormido frente a mí debido a su estado, ya que se encontraba con la cabeza gacha y el cuerpo enteramente inmóvil. Intenté apartarme con mucho cuidado de su cuerpo, consiguiendo alejar los brazos que me mantenían prisionero mientras que le empujaba levemente del pecho para quedar finalmente liberado; gran error.


 Mis ojos viajaron temerosos hacia abajo cuando vi una mano tatuada sujetándome y sentí una fuerza sobrenatural en mi muñeca, aferrándose a ella como si su vida dependiera de ello. Apenas levanté la mirada para reprochar su comportamiento, recibí impasibilidad de su parte, y luego, fui brutalmente arrojado a mi cama.


 Todo pasó tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos mi cuerpo se encontraba recostado contra la suave superficie del colchón y mi hermano encima de mí, sus piernas rodeando cada lado mi cintura mientras que permanecía sentado sobre mi pelvis, consiguiendo que en mi interior se formase una revoltijo de emociones que trepaban a mi garganta, dejándome sin habla.


 -¿¡Pero qué mierda te pasa, animal!? –Me impulsé hacia arriba para bajarle de mi cuerpo y así poder encararle, pero mis planes se vieron nuevamente frustrados cuando una mano me devolvió a mi posición anterior con la fuerza suficiente como para dejarme sin movimiento, apresando mis dos muñecas en una de sus manos mientras que la otra se mantenía sobre mi vientre, estática, esperando un algo que en mi mente era muy evidente. Estaba asustado.


 -Mira, no tengo tiempo para tus estúpidos juegos, mocoso. Estuve trabajando todo el maldito día y los pies me duelen como la mierda, lo único que quiero es descansar, así que lárgate a tu cuarto, cuida tu resaca solo, haz lo que se te plazca –Le regañé con mi voz impregnada en pánico, congelándome cuando sus ojos escanearon lenta y tentadoramente todo mi cuerpo, desde la punta de mi cabeza hasta mis pies, repitiendo el procedimiento tantas veces mientras que se mordía el labio inferior, embobándome.




-N-ialler, has s-ido t-an m-alo con H-azza –Mis ojos se abrieron considerablemente cuando escuché aquel apodo en sus labios, sintiendo que mi corazón se volvía loco al oír nuevamente de aquella hermosa voz aquel sobrenombre que sólo a él le permitía pronunciar.



 -¿De qué hablas, Harry? –Me removí incómodo cuando sentí el contacto de sus dedos en la piel libre de mi brazo izquierdo, estos bajando y subiendo con roces apenas perceptibles que dejaban sensación de cosquilleo en mis poros. Mi respiración se estancó cuando vi el pronunciado puchero en sus labios, viéndose tan frágil pero al mismo tiempo tan demandante.




Prohibido Amarte -Narry Storan.Where stories live. Discover now