Capítulo 8.

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Niall




Una sensación de hormigueo que empezó a intensificarse con el pasar de los segundos fue lo primero que conseguí captar después de despertar, moviendo mis ojos aún con los parpados cerrados, identificando que eran tan sólo suaves caricias proporcionadas en mi cabello y unos dedos sigilosos que con el mayor de los cuidados buscaban enredarse en las hebras, halándolos por momentos.



 -Umm... -Me quejé con la garganta seca, intentando pronunciar palabra pero fallando en ello cuando abrí mi boca y lo único que salió de esta fue una tos seca. Mi cuerpo de repente empezó a recuperar movilidad, lo que me llevó a fruncir fuertemente mi ceño cuando el dolor me atravesó de punta a punta.




 Hice un movimiento con la intención de levantarme de donde sea que estuviera, pero fui levemente empujado por una cálida mano en mi pecho y las suaves caricias en mi cabello, empujándome hacia abajo en una superficie blanda que identifiqué como cama, dejándome sin oportunidad de reclamar porque, además de que mi voz parecía inexistente, aquella persona que estaba atendiéndome tan dulcemente, me susurró un "shh" que fue suficiente para que me quedase quieto.



 Apreté mis puños a cada lado de mi cuerpo, suspirando sonoramente ante la relajación repentina que me invadió cuando sentí que masajeaban mi cuero cabelludo con esmero, sonriendo levemente mientras que el dolor iba quedando atrás incluso si aún persistía. Aquello era agradable, tanto que no pude evitar ronronear.




 -Eres como un gatito mimado, tan lindo –Mi sonrisa desapareció poco a poco cuando escuché aquella voz, sintiéndola familiar pero sin recordar exactamente a quién pertenecía. Me vi entonces en la obligación de abrir finalmente mis ojos, descubriendo principalmente cuando mi mirada viajó hacia mi cabeza, un brazo levemente bronceado con muchos tatuajes, descartando la idea de que pudiese ser mi hermano, ya que la tinta en su piel era completamente distinta a la de Harry.




 -Oh, ya puedes verme. ¿Cómo te sientes, rubio bonito? –La cabeza me palpitó con fuerza ante la sonrisa radiante de aquel sujeto que conocía muy bien, frunciendo mi ceño ante su evidente emoción al verme despertar. Intenté hablar para preguntarle qué hacía yo ahí y con él, pero no pude –Espera, tienes que beber un poco de agua, llevas algunas horas dormido y no has ingerido nada de líquido o alimento –Me explicó con expresión serena, aún con sus dedos entre mi cabello pero sin moverlos, sólo su toque.




 Asentí sin rechistar mientras que era ayudado por Zayn para recostar mi espalda a la cama, viéndole partir segundos más tarde y llegar nuevamente con una bandeja en mano, esta con algunas cosas como comida, un vaso de agua y una tableta de pastillas de las cuales desconocí el nombre. Con su sonrisa llena de calidez se sentó junto a mí en la cama, sacando dos diminutas pastillas para acercarlas a mi boca.




 -Ten, es para aliviar el malestar que de seguro ahora te está matando –Obedecí cuando este dio dos leves toques con sus dedos en mis labios para que abriese la boca, recibiendo en mi lengua las pequeñas pastillas y luego una caricia amable en el cabello. Después de ello, Zayn se tomó el atrevimiento de tomar mi mentón mientras que traía el vaso a mis labios y me invitaba a beber de el, dejando leves roces en mis mejillas mientras que me felicitaba porque, según él, lo estaba haciendo muy bien para estar tan herido, lo que rápidamente me hizo fruncir el ceño.




 -¿Eh? –Fue lo único que pude articular después de casi gemir de gusto cuando sentí el agua refrescarme la garganta, viendo la pequeña sonrisita en el rostro de Zayn y aquel bonito brillo que me hacía olvidar que él era en realidad como mi hermano, un asesino.




 -No me dirás que perdiste la memoria ¿o sí? –Se burló con una ceja enarcada mientras que pasaba la bandeja con mucha fruta y cereal de almendras a mi regazo. Mis ojos viajaron desde la comida a sus ojos, y luego negué levemente con la cabeza.



 -N-no, e-n r-ealidad m-e s-orprendí porque d-ijiste que e-stuve dormido a-lgunas h-oras –Carraspeé para que mi voz se aclarase, consiguiendo pronunciar por lo menos una oración coherente que fue bien recibida por el chico dulce frente a mí, el cual me recordaba mucho a Liam debido a sus ojos llenos de adoración y la solidaridad en ellos. Era tan empalagoso como mi amigo.




Prohibido Amarte -Narry Storan.Where stories live. Discover now