Capítulo cinco

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Leonardo había guardado silencio por algunos instantes, tal vez esperando preguntas por parte de la Doctora. Encendió un cigarro y miró hacia abajo, siempre con las manos entrelazadas.
La Doctora tenía apoyados los codos en la mesa y sus manos entrelazadas debajo del mentón y los ojos siempre fijos en Leo. Después de unos segundos hizo una pregunta.
- ¿Recuerdas lo escrito en el diario?
- Vagamente - Respondió Leo - Como ya le dije, estaba muy manchado, algunas páginas eran ilegibles y algunas páginas habían sido arrancadas.
- Dime lo que recuerdes.
Leo levantó la mirada hacia la intermitente lámpara, le dio una calada a su cigarro y empezó a hablar.
- La habitación no medía mas de tres por tres metros, sin ventanas, al fondo y de manera vertical a la puerta había una sucia cama, sin cobertores, a mi izquierda, cinco o seis fotografías pendían de la pared, en ellas estaban los tres integrantes de la familia, quizá deba decir cuatro ya que tenían una mascota, un hermoso pastor inglés, pero en todas y cada una de esas fotos, los rostros estaban extrañamente quemados. De mi lado derecho había una rústica mesa sin nada mas que el candelabro que me alumbraba, la biblia, abierta en el salmo 121 y el diario, del cuál trataré de recordar algo.
"Tristemente hoy empezó mi periodo.
Un mes mas y el milagro no llega.
Eduardo me pide que tenga fe, y no es que no la tenga pero..."
"Tuve otra recaída.
El médico me recetó un antidepresivo mas fuerte. Mis planes de embarazarme se volvieron a ir a la mierda.
A veces me pregunto si no estoy podrida por dentro".
"Sigo muy mal.
He tenido que doblar la dosis para conciliar el sueño y, cuando logro hacerlo, esas terribles pesadillas me sobresaltan. Esa mujer siempre está ahí, no dice nada, no hace nada pero siempre está en mis sueños".
"Es extraordinario.
Acabo de despertar y, bueno, por primera vez pude controlar mi sueño, logré verle el rostro a esa mujer e incluso pude platicar con ella.
Al parecer no es mala y se ha ofrecido a ayudarme a conseguir lo que mas anhelo.
¿como se llamaba?, ¿lilit?, ¿lirig?, ¿liebig?.
"Me he sentido mucho mejor.
Gracias los consejos de mi amiga onírica deje los medicamentos, sonrío una vez mas y hasta Eduardo lo ha notado.
Embarazo, ¡preparate!.
"Que feliz soy.
Anoche, después de mucho tiempo, volví a hacer el amor con mi esposo.
Probablemente fueron las ganas, o la abstinencia, o que se yo, pero, ¡wow!, estaba irreconocible, pero hubo algo extraño, cuando se levantó a ducharse me quedé profundamente dormida y, no se cuanto tiempo después, me dio un beso en la frente y me dijo 'ya llegué'. ¡Bah!, cosas sin importancia"
"Gracias Dios.
Tengo un mes de embarazo, no me canso de tocar mi vientre, de platicar con mi bebé, de imaginar muchas cosas.
Por cierto, mi ángel de la guarda ya no ha aparecido en mis sueños.
Gracias ángel mio, donde quiera que estés"
"Tengo miedo.
Mi bebé casi no se ha movido y cuando lo hace me provoca terribles dolores.
Hemos ido al médico y no aparece nada anormal en los ultrasonidos.
No quiero perder a mi princesa".
"Ya está conmigo.
Después de nueve tortuosos meses tengo a mi hija aquí.
Mi Amor, mi princesa, mi Aurora.
"Hay mas miedo que risas.
Aurora ha mostrado signos de tener una inteligencia muy superior a las niñas de su edad, ¡cinco años y ya entiende y resuelve los libros de su padre!.
Profesor de universidad.
"Un perro, ¿porque no?.
Decidimos comprar a hunter para ver si podía, no se, ser una niña normal.
Los primeros días, el cachorro le huía, le tenia pavor, pero después se hicieron inseparables, donde iba ella 'hunter' iba, todo el día...y toda la noche".
"Esto ya no es normal.
Anoche me levanté y la vi jugando en la fuente que está en el patio trasero, inmediatamente corrí a ver que ocurría y ese maldito perro no me dejo acercarme, ¡intento morderme el desgraciado!.
"La fiesta fue un desastre.
Ayer le festeje, o mas bien traté de festejar su décimo cumpleaños. Compré pastel, piñatas, payasos e invité a algunas vecinas a la fiesta, nadie llego.
Eso parecía no importarle a Aurora que estaba sentada a la mesa, hablando sola, cuando le pregunté con quien hablaba me dijo que con sus amigos, yo pregunte ¿cuales amigos?, entonces, un vaso con agua salió volando hacia una ventana, rompiéndola, ella solo sonrió y me dijo 'ese es Beli, es muy juguetón'.
"Eso que esta allá, afuera no es mi hija.
He estado encerrada en este cuarto desde hace dos noches. Escucho gruñidos, algo muy fuerte golpea la puerta con insistencia, no se cuanto tiempo resista la madera o mi propia cordura.
¡Eduardo está muerto!, ¡ella lo mató!.
Esa noche la encontré en la fuente, no había rastro de 'hunter', cuando me acerqué note sangre en sus manos, el agua estaba teñida de rojo y, ¡el cuerpo decapitado del perro estaba dentro!, llamé a Eduardo y, muy asustado sacó al perro de la fuente y se dispuso a enterrarlo, yo tomé a Aurora entre mis brazos y la metí en su cama, cerró sus ojos y, temblando me metí a la habitación cuando, a lo mucho, veinte minutos, entró Aurora, con manchas de sangre y lodo en todo su cuerpo y me dijo: 'Hunter necesitaba una cabeza y papá me prestó la suya.
Leonardo comenzó a temblar una vez mas y sus ojos se llenaron de lágrimas, se tapó los ojos y un llanto mudo se apoderó de él. La doctora al ver esto se levanto, preparo una inyección con algún calmante y se dirigió a Leo.
- Perdón Doctora, - dijo sollozando- deje me calmo.
-¿Seguro?
- Si, déjeme continuar.
- Muy bien, continúa.

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