Relatos de una chica Acosada #WinterAwards2018

Parte 6

2014

Año nuevo, colegio nuevo.

Esa es la frase que me dijo mi hermana cuando se dio cuenta de que mis padres me iban a cambiar de colegio.

Sinceramente me siento enojada, triste e impotente, realmente no quiero que me cambien de colegio, me he adaptado al que estoy, tengo "amigos" y aunque me traiga recuerdos no quiero irme de aquí.

Al colegio que me quieren enviar es a uno privado, no quiero ir porque cuando eres nuevo tienes que empezar de nuevo y si es un colegio privado me imagino la cantidad de niñas y niños de papi que deben de haber alli, esos son las peores personas, son las que pasan encima de ti y ni siquiera les interesa.

Intenté persuadir a mis padres para que no me enviaran allí, pero sus respuestas fueron: Ya lo decidimos y no cambiaremos de opinión, lo hacemos por tu bien.

Maldición, que hice para merecerme éste castigo?.

En los primeros días de clase hasta mi celular se robaron, hijos de su madre, según ellos se la dan de que tienen dinero y aún así los muy desgraciados me han robado a mi vida, mi celular.

Para hacerles ver a mis padres de que yo no quería estar allí empecé a hacer cosas que nunca antes había hecho: empecé a decir malas palabras, tener malas amistades, no estudiaba, empecé a dejar clases (cuando nunca en mi vida había dejado una materia) y lo peor, tuve mi primer novio.

Javier, ese es el nombre de mi primer novio, la primera vez que lo ví fue cuando estaba hablando con una "amiga" y comentábamos de que un maestro no había llegado y Javier se metió en la conversación de nosotras.

A los dos meses de habernos conocido ya nos habíamos hecho novios, al principio todo iba de maravilla pero eso no siempre dura.

Empezó a alejarse de mí, caminaba más con sus "amigos" y luego un día escuché que decían:

"Daniela y Javier"

Él ni siquiera lo negó y sólo se puso a reir, ésa fue la gota que derramó el vaso, terminé con él, pero por supuesto que él lo negó.

Meses después de que hayamos terminado me llegaron diciendo que Javier andaba esparciendo el rumor de que yo dejaba que él me tocara, no hay que ser muy inteligente para entender el significado de esa palabra.

Me enojé tanto por lo que él andaba diciendo, realmente no sé ni porqué lo dijo, él nunca me tocó y si lo hubiera hecho yo no se lo hubiera permitido.

Así que por segunda vez en mi vida volví a darle una bofetada a un chico.