夜 (yoru)

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Traducir del japonés al chino→ 夜 (yè)

Traducir del chino al inglésnight (nīt)

(★)

—Naega jeil joahaneun geon yeoreum geu mat!

Y giró sobre sí mismo en cuatro pasos, sacudiendo sus brazos y sus caderas, con una sonrisa de oreja a oreja en lo que cantaba. Al menos hasta que Yuta entrase de sopetón a la habitación y lo pillase moviéndose cual Wendy en pleno baile.

SiCheng saltó de los nervios y entre que pausaba la canción, cayó sentado al suelo.

—Yu... Yuta-hyung —tartamudeó el menor, enrojeciendo. El otro se echó a reír con fuerza, la vista de su enamorado bailando una de las canciones más coloridas y bonitas de Red Velvet, seguida de la de él con las mejillas rojas y mirándolo como cervatillo, eran placeres a sus ojos. Con cuidado, lo ayudó a pararse.

—Al menos tú nunca me alcanzaste a ver bailar Happiness —dijo el mayor, riéndose—. Creo que llegué a traumar a SeulGi-noona cuando me pilló por accidente.

A SiCheng se le contagió la risa al imaginar eso; pero seguramente, aunque lo hiciese mal, Yuta se seguiría viendo fabuloso. Era simple...

—En fin —dijo SiCheng—. Vamos a esa salida a cenar.

Yuta se rio— Claro, bebé gigante, pero déjame cambiarme.

Procedió a quitarse la camiseta enfrente de SiCheng. El menor desvió la mirada, sabía que hacía eso sólo para provocarlo.

Ya no era tan tonto, el tiempo que Yuta se pasaba haciendo ejercicio y en el gimnasio había dado sus frutos: un abdomen marcado, brazos poderosos y una tonificación de lo más linda. Lo peor es que le daba una mirada que podía hipnotizarlo en segundos, para terminar con o su rostro serio o una sonrisa de medio lado, coqueta a matar.

Se ruborizó levemente y sonrió mientras lo miraba, ya que el mayor le sostenía la mirada profundamente como él solía hacer siempre. Se colocó una camisa holgada blanca con botones, un par de estos desabrochados por el calor. Su cuello se lucía perfectamente junto con los huesos de la clavícula, cosa que al chino le llamaba mucho la atención.

—¿Terminaste de revisarme? —preguntó el japonés, sonriendo y acercándose a su enamorado.

—La vista era inevitable —le respondió SiCheng, riendo. Le revolvió el pelo—. Vamos.

El extranjero allá se dejó guiar, mirando las concurridas calles de Osaka como si fuera la primera vez. No era Cheonggyecheon, pero salvaba bastante.

Caminaban uno al lado del otro, como amigos de toda la vida, sin tomarse las manos. SiCheng observaba todas las luces, los edificios y las plazas con gente.

—Ah, ahí dice «ramen» —dijo Yuta. SiCheng asintió—. Vayamos allá, estamos cerca de donde solía comer cuando era estudiante.

Al entrar, se sorprendieron de que nadie los reconociese a excepción del anciano que tomaba los pedidos y cocinaba. Y cuando decía «los», era sólo a Yuta.

Estaban hablando en japonés, obviamente, pero por lo que había aprendido de oídas en el tiempo que había convivido con su enamorado, se decían que había sido un largo tiempo sin haberse visto, que se extrañaban, sobre todo por la nostálgica mirada en ambos. SiCheng miraba y callaba, pero sentía un calor leve en su pecho, el de la empatía. Así se sentía cuando te echaban de menos.

[Hiatus] Under the Starry Sky ★ yuwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora