Libardo, un chico que está seguro de su homosexualidad gracias a su mejor amigo Jean; quien no la aprueba y debido a eso tiene que mantener sus sentimientos ocultos.
"Solo bésame y libérame" Susurró mirando los oscuros ojos del pelinegro mientras qu...
Nos encontrábamos riendo ya que el muy torpe de Felipe había caído de culo frente a todos, así es; nosotros sólo reíamos al ver el cuerpo tirado de el contrario.
—¿Deberíamos ayudarlo?—aún no dejaba de reír, pero cuando yo había hecho esa pregunta a el pelinegro ya era demasiado tarde, Felipe ya estaba de pie sobándose el trasero.
—Son pésimos amigos—dijo con repugnancia y se alejó para después regresar corriendo—Ahora todos me miran divertidos—Aún nos encontrábamos en el supermercado y la gran caída había llamado la atención de personas como nosotros; sólo ríen y no ayudan.
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—Aún me duele el culo—Felipe no dejaba de quejarse en todo el camino, ¿qué diantres quería que hiciéramos?
—No es culpa nuestra que tú te hayas roto el culo—divertido, di una palmada en su espalda.
—Utiliza hielo—recomendó Jean, quien no había dirigido la palabra desde el auto y después se alejó a su habitación.
—Ese maldito me sobará el culo con hielo—se levantó hacia la nevera y yo me dirigí hacia la habitación de el pelinegro.
Jean no suele tener ese comportamiento al menos que haya pasado un mal día o se encuentre enfermo; eso es lo que pienso o las razones de su mal humor desde que lo conozco. En realidad ahora tengo miedo de entrar a su habitación, me encuentro pegado justo en la pared a lado de la puerta cerrada, las reacciones de Jean no siempre son buenas pero necesito saber que le ocurre, y lo único que espero es que la causa no sea yo.
—¡Hey!—intenté no gritar y Jean quien se encontraba sentado con la mirada hacia el suelo, me dirigió los ojos esperando palabra de parte mía, pero su mirada silenciosa en mí sólo me hacía sentir nervioso y pequeño—¿Sucede algo?—fui directo al punto, Jean sabría cuando quiero hablar con él y cuando necesito saber algo, por lo tanto yo no puedo iniciar una conversación y así preguntarle sobre su actitud, sin la típica pregunta "¿Qué es lo que quieres de mí?" o "Es extraño que hables conmigo, ¿qué quieres?" cuando en realidad peleo con mi mente por no parecer tan indiscreto e interesado en él.
—Nunca preguntas sobre mí.—Pucha. Ahora usó ese tono cortante que tanto me lastima, y su mirada seria me podría matar en cualquier momento.
—Está bien, no volveré a interesarme en ti—apreté mis labios y me giré justo para salir e irme, sabiendo que "no volveré a interesarme en ti" es más falso que mis negaciones sobre mi amor hacia él.
—Espera...—murmuró y volvió a bajar la mirada cuando yo volteé—No pude dormir esta noche, ¿podrías quedarte sólo un momento?—¿No estoy soñando? confundido asentí y me acerqué, sentándome a lado de su cuerpo. ¿Qué rayos sucede con Jean?, ayer cuando quería hablar con él, tan solo volteé y estaba totalmente dormido, o eso debió hacerme creer.
