De nuevo, Libardo lleva horas encerrado en su habitación, como si fuese las escondidas y yo soy de quien se oculta.
Quizás el día es muy largo, pero de alguna forma, las noches no lo son, pasan demasiado rápido a decir verdad, pero esta noche fue la mejor. Al parecer cierta persona me visita en las noches, o tal vez solo esta, a decir verdad, me parece un acto muy lindo de su parte, ¿aún me quieres, Libardo? Yo sí lo hago, y si esa será nuestra forma de mostrar afecto, me quedaré dormido en tu habitación todos los días.
Han pasado exactamente diez minutos desde que oí pasos en la habitación de Libardo, ¿se habrá despertado? Solo iré a invadir la privacidad un poco, además estoy seguro de que algún día me lo agradecerá, puede que en este preciso momento estuviera en riesgo de violación.
Abrí la puerta para poder ver una imagen que nunca se podrá borrar de mi conciencia. Intenté no hacer ruido para que Libardo no notase mi presencia, y vaya que resultó. Podía ver con perfecta claridad su espalda desnuda, conforme más bajaba la mirada, el cosquilleo era más intenso, hasta ver ese hermoso trasero redondo que apenas es cubierto por una delgada tela. Por el amor de Dios... ¿es posible tener demasiados pensamientos impuros con ese culo? Pucha. Soy un enfermo.
Maldita sea. ¿Por qué no puedo borrar esa imagen de Libardo?
Es la primera vez que invado la privacidad de esta forma, incluyendo tener pensamientos sucios con Libardo. ¡Ahg! ¡Qué doloroso!
De pronto, el sonido de la puerta al ser golpeada con delicadeza me hizo salir de aquellas imágenes mías junto a Libardo.—Pasa.—Dije de forma involuntaria, pero al ver como el cuerpo de Libardo se mostraba, sólo pude mantenerme petrificado mientras lo analizaba de pies a cabeza. Vaya... Este chico es perfecto.
—¿Qué tanto me miras?—Preguntó tapándose el rostro sonrojado con una sonrisa muy notable, pero yo nunca respondí y su expresión se hizo seria.—Solo venía a pedirte una disculpa...
—¿Eh?—No sabía qué decir, como si al ver su rostro, todas las palabras de esfumaran.—¿Una disculpa? ¿Por qué?—Libardo se acercó un poco ya que estaba justo en la entrada, y comenzó a hablar pero en realidad no tomé atención a sus palabras, solo miraba el brillo de sus labios.
—¿Acaso tienes brillo labial?—Me atreví a preguntar y vi como sus mejillas se encendieron a un carmín demasiado notable.
—Solo quiero disculparme por... ya sabes...—Señaló a la cama e inmediatamente reaccioné, ¿se esta disculpando por quedarse dormido?— ¿Qué dices?—Susurró.
—No te escucho—Señalé mis orejas e hice un puchero, Libardo se acercó, pero no la distancia que yo quería, por lo que lo jalé e hice caer hacia a mí, en mi pecho recargado en la cama.
—J-jean...—Comenzó a murmurar. Yo no dejaba de ver aquel brillo en sus labios.
—Quiero probarte—lo miré acercándome.—Quiero probarlos, Libardo—Alejé mi mirada de sus labios para dirigirla a sus ojos.—¿Me lo permites?—susurré y él mordió su labio.
Libardo se encontraba sentado a horcajadas sobre mi, su trasero estaba justo en mi entrepierna, y gracias a Dios, no se movió o causó algún movimiento energético. Pareció haber pensado un poco lo que yo decía, pero aceptó y se acercó lentamente a mi rostro, hasta poder sentir su aroma y textura, sus labios estaban junto a los míos, pero de nuevo, sólo unos microsegundos.
—¿Sólo esto?—Me queje molesto mientras lamía el sabor a su brillo de fresa—Bésame en los labios y libérame.
Libardo volvió a acercarse y por fin, me besó, sus labios se movían al par de los míos, por primer vez, sentí como nuestros corazones se conectaban desde nuestros labios. Sus manos yacían en mis mejillas, mientras que yo sostenía su cuerpo dando leves caricias a su espalda, Libardo estaba casi por separarse, y yo estoy seguro que es por falta de aire, pero eso no impedirá que yo jale de su labio inferior con mis dientes.
Libardo se alejó y me miró sorprendido, yo sólo le sonreí para después abrazarlo, su aroma en verdad estaba drogando mi olfato, me encanta la sensación.—¿Qué fue todo esto?—Preguntó Libardo sentándose a lado mío en la cama.
—Mi amor por ti.—Me acerqué y deposité un corto beso en sus labios, para alejarme sonriente—¿Necesitas más pruebas de ello?
—No...es sólo que yo te ví con una chi...—Lo interrumpí guiándolo de nuevo a mis brazos.
—Sólo estaba confundido, Lian—Susurré acariciando su espalda—Por favor discúlpame, me sentí la peor persona en el mundo, en verdad no mereces sufrir de esta forma, yo no aceptaba que me gusta un chico. Me gustas, Libardo, no como un amigo, sino como un hombre. Acepto que me gustan los chicos.
El pelinaranja de había quedado completamente callado ante mis susurros. Lo tomé de los hombros para alejarlo de mi cuerpo y mirar su rostro totalmente colorado, junto a sus ojos llorosos.
—Libardo, no llores. Me dolió verte llorar, sobre todo sabiendo que fue por mí, yo soy la razón de todo tu sufrimiento. Discúlpame por favor.—Nos encontrábamos en una pelea de miradas, yo sólo esperaba su respuesta mientras él me miraba intentando descifrarme—.
—J-jean... Yo...
<NOTA DE AUTOR>
HOLAAAAA
No me regañen :'v
No les actualicé el sábado, discúlpenme, les deje un aviso en mi barra conversaciones, espero que lo hayan visto uwu
Viéndole el lado bueno, les traje un capítulo muy suculentoso para que sufran un poco 7u7
JSJSJSJJSSJJSJS
Y pues, hasta aquí mi reporte! :v
MAMI SUCULENTOSA SE DESPIDEEEE
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BITE ME ↦ LIEAN
FanfictionLibardo, un chico que está seguro de su homosexualidad gracias a su mejor amigo Jean; quien no la aprueba y debido a eso tiene que mantener sus sentimientos ocultos. "Solo bésame y libérame" Susurró mirando los oscuros ojos del pelinegro mientras qu...