Se subió a su auto tan rápido como pudo y de la misma manera lo encendió y pisó el acelerador con toda la fuerza que tenía.
Vio en las primeras noticias de la mañana, que habían encontrado el cadáver de un joven con seis disparos y con su cabeza casi desprendida de su cuello.
Apenas escuchó que el nombre de aquel pobre desgraciado era Aioria Sagitari-León, no dudo en huir.
No tenía que ser un genio para darse cuenta de quien había sido la mano asesina del griego, y si el pobre castaño había quedado así, solo por subir a Milo a la camioneta... Camus lo destrozaría apenas le pusiera solo una mano encima.No se llevó mucho con él, solo su billetera y su celular. Nada mas.
El sentimiento de huir lo mas rápido posible de su inevitable destino era mas urgente que cualquier otra cosa, pero fue exactamente eso lo que fue su perdición.Apenas si abandonó su residencia, no se fijo en que un coche de color gris, había puesto marcha para seguirlo, llevando casi tanta o mas velocidad que él y teniéndolo bien cerca.
Aunque si lo hubiera notado, de todas formas no habría podido escaparse de la ira asesina que lo perseguía detrás de aquél volante.Esa inconsciente persecución duró unos cuantos minutos.
Para cuando el español se dió cuenta de que ya estaba perdido, fue demasiado tarde.El coche de Camus había aparecido de la nada e impactado de lleno y con una increíble fuerza el auto del otro, quien quedó perdido durante unos momentos, debido al impacto y luego se desmayó sobre el volante del vehículo.
Del otro extremo, Camus reía de forma maníaca mientras salía del casi destruido automóvil.
Se encaminó hacia Shura para sacarlo de allí. Sus ojos se pusieron brillantes de emoción al verle la cara llena de sangre y pedazos de vidrio incrustado en su frente y pómulos.
Totalmente inconsciente y con notorias líneas de sangre escapando de su boca.
Lo tomó de la barbilla y le enterró las uñas hasta casi la carne. Sabía que no le escucharía pero aún así le habló.-Dejemos esta linda carita, mas destruida de lo que dejaste la de mi esposo.
Sacó el cuerpo de aquél, de entre las ruinas, lo metió en su auto y se lo llevó lejos de allí.
-Ojo por ojo, Shura... Y sangre por sangre...
Volviendo a pisar el acelerador de una forma muy poco segura, se dirigió a aquél sitió donde le habían arrancado la vida a su gran amor.
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Ya en la mitad de la tarde, el español volvía en sí mismo. La cabeza le dolía a horrores y el mareo le producía unas enormes ganas de vomitar.
Pero el dolor en su estómago se transformó en vacío cuando, una vez que pudo enfocar su visión en algo de aquel sitió donde se encontraba, se dió cuenta de que estaba atado a la misma silla en que él ató a Milo Megalos, casi un año atrás, para torturarlo y matarlo, y el susto mas el miedo le llenaron cada rincón del cuerpo al notar que frente suyo, una imponente figura vestida de negro, con su ahora corto, y nuevamente, cabello rojo del fuego mas vivo que pueda existir, estaba sentado frente a él, con la mirada mas fría que antes y una cerveza en una mano y un cigarrillo en la otra.-Creí que el cigarro te parecía algo desagradable.
-Si, me lo parecía, pero me di cuenta de que me van muy bien para calmar los nervios... Además de que pocas cosas me quedaron para recordar a mi esposo, y esta era una de ellas...- Se levantó de su asiento y lentamente se acercó al pelinegro, que con terror inyectado en la mirada, le esperaba sin poder alguno para defenderse. Gritó de dolor al sentir que Camus había apoyado con fuerza aquél cigarrillo bajo su ojo derecho y a cada segundo parecía querer enterrarlo mas. -¿Recuerdas a mi esposo, Shura? Su nombre era Milo Megalos. Un griego hermoso, cabello rubio largo y una piel morena digna de un dios. Con una sonrisa de perlas y unos enormes ojos azules que enamoraban a cualquiera que lo veía. ¿Lo recuerdas?

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Cacería
Fiksi PenggemarTras una dura pelea durante la noche, Milo Megalos se va de su hogar, dejando atrás a su esposo, ambos enojados y con mucha impotencia sobre lo que habían intentado conversar. Pero todo ese enojo se transformó en desesperación al enterarse de que su...