Prologo

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Fría era la noche, mi corazón latía fuerte y salvajemente en mi pecho, la adrenalina corría por todo mi cuerpo, mientras mis manos tintadas de rojo parecían arder a la misma velocidad de las llamas del infierno. una sombra oscura como una mascara se poso en mis ojos, mientras mis labios respondían con una sonrisa perversa y una risa demoníaca.

-Creo que ahora seras mio... por siempre...

Pero el hombre, que hasta hace poco había sido hermoso y el cual yacía en los cobertores de la cama de aquella habitación, no respondió palabra alguna, solo me contemplo con sus enormes ojos sin vida y una plegaria de suplica en los labios.

Hola AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora