3. Corazón Dividido

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Gire sobre mi costado y me sorprendio encontrarme sola en la habitacion, Narfoj nuevamente se habia esfumado sin darme explicaciones... me duche y vesti apresuradamente, pero aun asi llegue un poco retrasada a la floristeria. Mi dia entero se fue en intentar imaginar que habia pasado con mi amado y porque me habia abandonado; ni siquiera habia dejado una nota en mi tocador, solo habia desaparecido sin dar explicacion alguna...

-¿Estas preocupada?- pregunto amablemente Mafer, la otra empleada.

-Creo que estoy bien- musite mediante un suspiro.

-Sabes que estoy aqui... si necesitas hablar...

Y eso fue sumamente reconfortante de escuchar, ella era una persona digna de confianza. Tenia 28 años, tez clara y cabellos tintados de un rojo tan salvaje como las llamas.

-Es solo que...- susurre- creo que extraño a Jottajo.

-Y no es para menos- respondio mientras tomaba mi mano a fin de brindarme consuelo- despues de lo que paso...

-Lo extraño- interrumpi- aun no puedo creer que nuestra relacion se este perdiendo y me es imposible creer que se alee tanto de mi como ultimamente a hecho, creo que en lugar de mejorar nuestra relacion desde que nos reconciliamos pues solamente hemos empeorado cada dia mas, es increible que ya ni siquiera hablamos...

Su mirada me desconcerto por completo, casi parecia que mis palabras eran completamente dementes a sus oidos.

-Anoche estuvimos juntos... Y fue completamente sublime- narre- pero nuevamente se fue y me dejo sola... Me siento completamente invisible para el.

Ella solto mi mano, y retrocedio un paso.

-Brillit... Escucha lo que estas diciendo... Estas completamente segura de que estas razonando normalmente...

-Nena- comenze- yo vivo con el... Y creo que puedo determinar cuando mi amado se encuentra ausente y cuando no, sentimentalmente hablando por supuesto...

Me contemplo con sus ojos azules un breve momento no sin antes decirme

-Creo que deberias buscar ayuda... Y recomiendo que visites a un profesional lo antes posible.

Dicho esto, se alejo de mi. Parecia que aquella conversacion nos distancio por el resto del dia. Comenze a pensar en lo que ella me habia insinuado: ¿Ayuda Profesional? ¿Realmente lo necesitabamos? Quizas era logico pensar que era lo mas obvio, tomando en consideracion los ultimos dos años de nuestra vida como parejas. Quizas hablar con un terapeuta nos podria ayudar a recoger las secas semillas de nuestra relacion y poder de alguna manera "sembrar" una nueva historia... Mas solida, mas pura, mas amorosa y olvidando los vestigios y los residuos de nuestro tormentoso pasado.

Aunque no me convencia por completo dicha idea, supuse que en algun momento era necesario sopesarla y quizas esta era la oportunidad. Por lo general mantenia la hipotesis de que los ploblemas se solucionaban mejor de tres maneras: Hablando para asumir los errores y solucionar los conflictos, Pedir perdon de ser necesario y finalmente sexo de reconciliacion... No habia nada mejor que el sexo de reconciliacion...

Pero habian otras cosas rondando mi cabeza, aun ignoraba el paradero de Jottajo y en esas condiciones era casi imposible intentar buscar ayuda profesional... A veces no podia recordar cuando comenzamos a alejarnos tanto en el ultimo año. Despues de las peleas y la reconciliacion, simplemente uno de los dos habia muerto aunque, aun faltaban un par de piezas en el rompecabezas de nuestras vidas para poder determinar concretamente cual de los dos lo habia hecho primero...

Una vez en casa contemple el espacio vacio a mi alrededor, senti unas enormes ganas de llorar, a veces me sentia que estaba realmente sola y muy en el fondo una parte de mi quizas lo confirmaba, aunque me negaba realmente a creerlo. Sali apresuradamente al supermercado nocturno y compre dos cajetillas de cigarros, tres botellas de licor, me encamine a casa mientras me encendia un cigarrillo y calaba profundamente del mismo. El humo azulado me escoltaba en la oscuridad, iluminado unicamente por las farolas de la calle.

-Me regalas un cigarrillo?- pregunto una voz a mis espaldas.

-Por supuesto- conteste una vez que habia identificado al individuo y estiraba mi mano para ofrecerle fuego.

-Creo que no me presente el otro dia- comenzo mientras le daba una profunda calada a su cigarro, y extendiendo su mano hacia mi añadio- mucho gusto... Edward Castellanos

-Puedes llamarme Brillit- conteste.

Y en medio de la calle, con el humo a nuestro alrededor, su mirada hipnotica sobre mi y un extraño aire de ansiedad, contemple a Edward mientras daba una profunda calada al cigarrillo...

Hola AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora