Hola Amor

4.- ¿Y Mi Amor?

Una vez en mi departamento, retire mi ropa, encendi un cigarrillo, abri las persianas y tome un libro en mis manos (Diario de una prostituta) y mientras la historia de Andrea Martinez me envolvia, llego Jottajo.

-Volviste- susurre con un brillo pícaro en los ojos.

-¿Que tal tu dia?- pregunto.

-Aburrido... no sabria si alcanzarias a llegar y decidi cenar en la calle.

Tomo un cigarrillo en sus labios y lo encendio, dandole una profunda calada, mientras parecia ignorar mi casi perfecta desnudez.

-¿A quien conociste en la calle?- pregunto sin darse vuelta.

-No e conocido a nadie- susurre atemorizada.

Hace tiempo que no empleaba ese tono de voz para dirigirse a mi.

-Mientes- contesto alzando la voz y finalmente observandome- Dices que no conociste  ningun hombre y casualmente los vi compartiendo cigarros... y permanece observando tu ventana desde que subiste...

Me acerque a la ventana y efectivamente alli estaba, su mirada estaba fija mientras alternaba un cafe y un cigarrillo.

-Te juro que no paso nada...

Me volvi hacia Jottajo y su mirada decia tantas cosas al mismo tiempo, pero a la vez era muy silenciosa... cada fibra de mi cuerpo intuia lo que pasaria: Golpes y Heridas.

-Bebe... calmate- intente razonar- no es lo que crees... podemos hablarlo... me prometiste que no habrian mas peleas y que los golpes cesarian...

-Eres una cínica- susurro mientras desechaba el cigarro aun sin ser consumado o devorado en su totalidad- mientras te dejo sola... aprovechas de engañarme...

Se abalanzo subitamente sobre mi y tomo mi cabello en su puño, rapidamente las lagrimas brotaron de mis ojos mientras que con su increible fuerza me conducia al baño. A pesar de haber transcurrido un año, mi cuerpo aun recordaba perfectamente los golpes de Jottajo. Sus gritos se hicieron sentir, asi como la insistencia de los vecinos y, al cabo de veinte minutos, se fue dejandome recostada en la ceramica del baño, saboreando mi propia sangre y con multiples cortadas en el brazo... observe la hojilla ensangrentada a unos centimetros de distancia, y como pude me acerque a ella y la deseche... tipico de Jottajo: desgarrar mi piel como el simple hecho de ser "Su" propiedad.

El recuerdo de Edward permanecia aun vividamente en mi mente mientras me movilizaba hasta la sala, alargue mi mano hasta la taza de cafe aun sin calentar y directamente sorbi del borde... alcance la media colilla que previamente habia desechado Jottajo y la acerque a mis labios temblorosos y ensangrentado mientras calaba de su interior.

Jottajo no habia cambiado, me deslize al espejo y observe mi reflejo: labio partido, multiples costadas en el brazo y mucho cabello suelto aun colgando de mis hombros... ¿Podria perdonarlo nuevamente o deberia tomar medidas mas drasticas? pero... ¿y Mi amor? ¿Aun podria existir?

Solo Edward ahondaba mi cabeza, no habiamos compartido mucho tiempo ni habiamos intercambiado mas que unas cuantas oraciones, pero muy en el fondo de mi persona, queria compartir algo mas con el... algo mas que un simple cigarrillo.

Y algo de mi estaba dispuesta a afrontar todas las consecuencias por el simple hecho de ahondar a Edward en mi vida, aunque eso implicara desatar la furia de Jottajo...