Hora de la disculpa.

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Me levanté con un leve dolor en la espalda, creo haber dormido mal, genial, Sky.

Después de un sastifactorio baño, desayuné, y fui con Liam.

—Si, pero el no debe estar tan enojado. —Dije negando con la cabeza.

—Tienes que ir a verlo. Si lo está. —Me respondió Liam.

—Aún no lo entiendo, Liam.

—¿Qué no entiendes?.

—¿Por qué tanto odio? ¿Por qué ambos no se soportan? Estoy confundida. —Dije moviendo las manos intentando explicar, intento fállido. Ni yo misma entendia esto.

—Entonces, ve y busca respuestas. —Contesto como si resultara fácil. —El te necesita.

Por un momento me sentí mal, talvez lo habia abandonado desde que esta Chris. Esto es malo, muy malo.

—¿Me prestas tu auto?

—¿Tardarás? —Dijo dudando.

—Yo... no lo sé. Talvez.

—Sky..

—Por favor, tengo que hablar con Jay. —Dije mirandolo con ojos profundos.

—Vale, las llaves estan en la cocina, ven temprano.

Tome mi bolso y me dirigí a la cocina en busca de las llaves, salí, entre en el cómodo auto de Liam y tomé rumbo a la casa de Jay.

Toqué el timbre y esperé unos segundos.

—¿Qué haces aquí? —Dijo Jake en cuanto abrió.

Lucía totalmente adorable, tenía el pelo alborotado, pantalones de pijama, y una camiseta blanca ajustada.

—Vine a verte. ¿Estas ocupado?

—Río leve— ¿Vienes a verme? ¿Acaso Chris ya se fué? —Dijo en tono frío y a la vez burlón.

—Jake... ¿Qué te pasa? No, no se ha ido, solo necesitaba verte. —Dije cabizbaja.

—Bien, pues pienso que deberias ir con Chris. Digo, ya que te importa tanto.

—Si, me importa, así como me importas tu, pero si eso deseas, que me largue, eso haré. Buenas días.

Tengo que admitirlo, el enojo y el orgullo se apoderaban de mi, pero una parte de mi se sentia mal.

Giré sobre mis talones, tome mi camino hacia el auto, pero senti una cálida piel tocar la mía, sentí algo extraño, ¿Alguna corriente? ¿Leves calambres? no lo sé, pero era algo agradable.

—Yo.. L-lo siento, sky. —Dijo el dueño de aquella cálida piel.

—¿Lo sientes? —Dije sarcastica.

—¿Quieres entrar? —Preguntó.

Sus hermosos ojos brillaban con la luz de la mañana.

—Siento mucho lo que hice. —Dijo en tono de disculpa.

—¿Por qué lo haz hecho?

—Yo.. No lo sé, Sky. No sé que me pasa. —Respondio seco, alzando la vista al cielo.

—Jake, ¿Estas celoso? —Pregunte en tono burlon, intentando esconder la pequeña risa que ocultaba.

—Bah, extiendes todo Sky. —Río y me tomo del hombro. Entramos a su casa.

Entramos a su casa, al parecer su madre no estaba. Yo solo caminaba detrás de él, cosa que nos guió a la cocina.

—¿Desayunaste? —Pregunto abriendo la despensa y sacando de allí cereal.

—No, aún no.

Sin preguntar, Jay tomó un pequeño plato hondo y leche, después de servirme mi cereal favorito, me extendió el plato.

Me senté y empece a comer, Jay tomo lugar a mi lado e hizo lo mismo.

—¿Qué haz estado haciendo? —Pregunté.

—Literalmente nada.

—¿Literalmente?

—Si. Mi mejor amiga me abandonó hace algunos días, así que me limite a hacer nada.

—Lo siento, Jay.

—Come. —Solo se limitó a comer.

Al terminar, ambos nos dirigimos al sofá quedando frente al televisor que Jay encendió.

—¿Quieres ver por enesima vez "Bajo la misma estrella"? —Preguntó con una amplia sonrisa.

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