Capítulo 1

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— ¿¡Cómo me pueden decir eso!? —grité furioso a mi esposa, no debo gritarle a una mujer eso me enseñaron, pero es imposible no hacerlo en estas circunstancias.

— Escúchame por favor Yoongi... —oía como pedía silencio, como pude me senté en el sofá y escondí mi rostro entre mis manos.

— ¿Cuántas veces fueron? —seguía con mi rostro cubierto sin mirarla, no tenía ganas de hacerlo.

— Solo fue una vez... —mi "esposa" se sentó a lado mío y de inmediato me alejé un poco de ella. — Aunque no lo creas sentí repulsión, no fue lo mismo.

— Eso es solo porqué estás marcada. —dejé salir un suspiro y finalmente liberé mi rostro, mi cabeza cayó en el respaldar del mueble y miré al techo. — Que hayas sentido repulsión no quita el hecho de que te revolcaste con alguién más. —mencioné enojado, seco y sin ganas de seguir esa plática.

— Yoongi no lo digas así, era mi celo... No estabas allí así que fue inevitable.

— Eso es estúpido. — una risa irónica salió de mi boca y me levanté del lugar. — No me busques, no vendré en un par de días.

Un mes había pasado desde mi discusión, la amaba tanto, pero no podía permitirle que dañara mi orgullo. Estaba en un departamento aparte y mi esposa había conseguido mi número llamando a cada rato y dejando pequeños mensajes de voz, cuando me dijeron que se había acostado con Jackson no me lo creí hasta que ella se quedó callada cuando se lo pregunté y yo me sentí idiota en ese momento. Más idiota me siento ahora, iba al hogar que compartíamos con un gran ramo de rosas para ella. La hice llorar y eso es una de las cosas que odio no me gusta hacerlo siempre me dijeron que a una mujer se la trataba de la manera más educada posible y durante toda mi vida traté de emplear aquella frase.

Toqué la puerta y de inmediato se abrió como si estuviera esperando mi llegada, con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos hinchados llenos de lágrimas me recibió y me abrazó dejándome casi sin aire.

— Te extrañé tanto Yoongi. —murmuró entre balbuceos mientras dejaba salir sus lágrimas en mi pecho. — No me vuelvas a dejar...

—No lo haré, estaré contigo por el resto de mi vida.

Eso fue lo que dije antes de que el nuevo vecino Park Jimin se mudara a la casa vacía de a lado, ahora mi mente y corazón estaba hecha un lío ¿Qué es lo que haces cuando tu pareja predestinada se presenta en estos momentos del matrimonio? No sabía la respuesta de esa pregunta, pero era de seguro que pronto lo descubriría.

Estaba al otro lado de la puerta, escuchando como vomitaba sentí asco, pero debía aguantar incluso la felicidad era más grande que cualquier otra cosa, sería papá y eso es un gran regalo para cualquier alfa; su primer cachorro. Hace 2 meses fue nuestra reconciliación y mi pequeña Lee tenía un mes de embarazo, cuando recibí la noticia me emocioné bastante, pero saber que tengo que escuchar eso cada vez que comía algo se me iban.

— Amor... —murmuré golpeando un poco la puerta. — ¿Quieres que te traiga el medicamento?

— N-no, ya me pasó —su voz estaba quebrada y escuché como se levantaba.

— Está bien, te espero abajo.

Era nuestra segunda cita médica desde que nos enteramos del embarazo. Ahora esperaba paciente en el sillón de abajo mientras mi mujer se terminaba de arreglar, a los pocos minutos bajó y tenía el rostro bastante pálido; me duele verla de esa manera.

—Vamos Yoongi. — apresuró a decir con una diminuta sonrisa yo solo le respondí con otra aún más pequeña.

Nos tomamos de la mano y caminamos hasta la puerta, al salir nos encontramos con la calle hecha un lío con camiones estacionados en las veredas mientras sacaban muebles y demás accesorios, con algo de curiosidad miré hacia donde iban y me sorprendí al ver como finalmente habían vendido aquella casa que llevaba más de 3 años sola. Lee comenzó a buscar a el dueño y cuando lo halló se quedó observando con detalle al muchacho yo por mi parte comencé a ver las diversas cosas que tenía que de cierto modo me parecían curiosas, grabadoras, instrumentos musicales, aparatos de sonidos y casi un estudio completo de grabación.

— Mira, tiene relación con tu trabajo. —habló al ver como bajaban un micrófono.

— Quizás, puede que solo sea hobbie. —me aburrí de ver y como no encontré al dueño de todo ese desastre preferí olvidarlo.

— Nos estamos atrasando, vamos rápido.

Luego de la cita médica Lee andaba más que feliz, la gestación iba de maravillosa manera y la sonrisa en su rostro no se iba. Le encantaba el asunto de tener un bebé. Entre sus manos estaban sus exámenes y los detalles del proceso, la doctora nos habló sobre los cambios repentinos de humor, los vómitos, la sensibilidad, las precauciones a la hora de tener sexo(cosa innecesaria) y los famosos antojos.

— Yoongi... —pronunció mi nombre de una manera tierna. — Creo que tengo antojos...

— ¿Antojos? ¿De que o que? —mis manos apretaron con fuerza el volante con la esperanza de que el antojo no sea nada raro.

— Quiero fresas... — eso es bueno, podíamos comprarlas de regreso a casa y no tendría que preparar nada. — con sardinas...

Todo mi pensamiento anterior se fue al carajo con esa petición, ¿quién en su sano juicio hace esa combinación? Un asco total claro. Me límite a asentir con la cabeza al menos solo tendría que comprar las fresas.

Luego de una parada para comprar las fresas y otra para que Lee vomitara llegamos a casa, todavía estaba el último camión aunque este ya estaba a punto de irse. Estacioné el auto y apagué el motor, Lee fue la primera en salir y se dirigió al nuevo vecino.

—Un gusto, soy Min Lee. —escuché decir a mi mujer mientras yo terminaba de apagar todo. — Nos alegra tener un nuevo vecino.

— Soy Park Jimin, el gusto es mío. —al darme la vuelta pude observar como un chico rubio, no tan alto, de grandes mejillas y adorable sonrisa estrechaba la mano de Lee.

—Él es Min Yoongi, mi esposo.

Dirigí mi mirada a la contraria, ahora me estaba mirando con una gran sonrisa haciendo que sus ojos formaran dos líneas, de inmediato sentí su aroma dulce de seguro a vainilla si lo olfateo de cerca, mi olor preferido. Como pude saludé y al tocar aquella pequeña mano suave un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo, ese nuevo vecino era un omega, uno muy lindo y con buen cuerpo, "de seguro tiene pareja" pensé y de inmediato dejé ese pensamiento ¿qué me importaba si tenía pareja o no? Solo fue un cosquilleo nada del otro mundo. "Fue la mejor sensación de tu vida" volví a decirme, desde ese momento supe que su llegada sería un verdadero dolor de cabeza para mi vida.

Mi vecino [Yoonmin] [Omegaverse] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora