Mientras lloraba desconsolada,tras cada respiración agitada , se incrementaba exponencialmente un fuerte dolor en su vientre. Rápido y con mano temblorosa sacó del portapapeles del auto un pequeño frasco naranja. Aún temblando , giró la tapa y dejando derramar algunas pastillas que provenían del mismo ,tomó solo dos y las introdujo a su boca la cual , adornada con un color de pintalabios rojo carmesí cerró y dando paso así al medicamento por su garganta ,tomo una botella de vino que estaba a los pies del asiento del copiloto y bebió un par de de tragos.
Ni los 11 años que le otorgaron la experiencia de ser una reconocida psiquiatra, le ayudaban a calmarse, ni reconociendo bien su posición, ni estando perfectamente consciente de lo que padecía pudo calmarse.
Elena , tan vulnerable entre la lluvia , en medio de la colina que conducía a las instalaciones del CREH se despidió por unos minutos de su cordura.
La tormenta había cesado , la cortina de neblina que cubría el monte se había dispersado y Elena , como de la nada, había vuelto en sí. Sacó de su cartera un pequeño recipiente a el cual con mucha delicadeza le giró la tapa quitándosela , acto seguido, abrió sus ojos y con ayuda de sus pulgares dejó caer primero sobre el ojo derecho una gota del producto que contenía el pequeño recipiente, realizó lo mismo con el izquierdo , dejó su cabeza apuntando hacia el techo del auto para evitar que la sustancia se derramara. De su misma cartera sacó un pañuelo blanco de algodón, lo transportó por sus mejillas dejándolo completamente negro. La sustancia mágica había hecho del desastre que tenía como rostro por llorar ,otra vez la cara que todos conocían , aunque ya no tuviera los ojos rojos por el llanto, su mirada seguía triste, por más que quisiese , no podía disimularlo ;sus lagrimales se habían roto , tal como una represa mal construida.Activó el parabrisas , el cual arrasó con el montón de hojas mojadas que le obstaculizaban la vista . Aún estaba el auto encendido , Elena sólo bajó el freno de mano y aceleró adentrándose aún más en la colina.
Por el vidrio del copiloto y a través de la brisa de lluvia que le golpeaba se asomó un pedazo de luna que emergió desde los pinos pareciendo querer entrar en el auto con Ella. Elena , al percatarse de esto, se detuvo de golpe por segunda vez, giró su torso para alcanzar algo del asiento trasero , con su mano derecha tomo una cámara y con entusiasmo plasmó en la cinta del rollo de su cámara fotográfica tan hermosa manifestación de la naturaleza.
Más que admiración, este momento permitió que la tranquilidad volviera a sus carnes.Un par de metros después de que Frederick y sus acompañantes cruzaran la puerta, se encaminaron en un pasillo aún más largo. Uno de los hombres que seguían a frederick se detuvo de golpe, se trataba de Daniel, un joven de unos 19 años . De complexión delgada , ojos verdes como alga y cabeza rapada. Los demás al percatarse de esto , giraron a verlo. Uno de los hombres observando a Daniel con gran desprecio, le dijo:
- deja de temblar como una maldita niñita y continúa- (no sin antes mencionarle su madre).
Daniel solo miraba la punta de sus zapatos sin inclinar la cabeza abrió su boca y pronunció:
-¡Son unos monstruos , no pueden simplemente robarle la vida a alguien así , es despiadado e inhumano , si las autoridades se dieran cue..
-¡Nadie por fuera de estas instalaciones tiene que saber algo!- una voz se dio a escuchar en medio de los hombres que amanazantes e imponentes rodeaban al joven.
-Caballeros , por favor, discúlpennos. Adelantense , en unos minutos los alcanzamos.Dijo Frederick.Los hombres despegaron su mirada de Daniel , siguieron su camino dejando un eco en el pasillo por sus fuertes risotadas.
Frederick miró a Daniel y sin mencionar una sola palabra ,se dirigió a los ascensores, deteniendo la reja metálica que conformaba la puerta del elevador le dio paso al joven.- Llevo 15 años trabajando para Este lugar, aún no me acostumbro- dijo Frederick.
- Estoy completamente indignado, no quiero estar aquí, ¡ Necesito irme!- dijo Daniel con una notoria intranquilidad. -¡¿A dónde me llevas?!-
-Iremos a visitar a alguien muy importante que está a cargo de estas lindas instalaciones- respondió Frederick mientras golpeaba un lado del ascensor dando paso a que se desprendieran pequeños pedazos de techo con polvo sobre sus cabezas.
Dicha acción hizo sobresaltar a Daniel quien, inmediatamente se aferró del barandal del ascensor.
- Oye! ,Piensas matarnos?! -dijo Daniel muerto del susto
- Jajajaja Amigo, relájate! De caerse ésta caja no te dará tiempo ni de gritar- agregó Frederick burlándose de Daniel - Jaja, si te vieras la cara -
- No es gracioso, estamos en un 8vo piso. ¿Podrías quedarte quieto y dejar que ésta maquinaria cumpla su trabajo ¡para poder bajarme de aquí!? - respondió Daniel aún aferrado al barandal.
- Bueno... Está bien,No grites más- Frederick respondió adoptando una posición erguida y frunciendo el ceño agregó -Las venas de tu cabeza explotarán jajajaja-
Frederick apuntaba con su dedo índice la cabeza de Daniel mientras se retorcía de risa. De una palmada, Daniel retiró la mano de Frederick y se cruzó de brazos, notoriamente molesto.
- Vamos, no odies a tu tío por hacerte llorar un poco. Caerse de un ascensor es lo mejor que te puede llegar a pasar trabajando aquí- dijo Frederick a Daniel.
- Sea con quien sea que vayamos a hablar, le diré que conozco de derechos y que si me tiene aquí en contra de mi voluntad le irá mal- agregó Daniel aún molesto.
- Oye, oye... Cálmate jaja. No quieres hacer que la señorita Nakamura nos arroje a los cocodrilos- Frederick dijo mientras se retiraba el uniforme plástico de color blanco de la parte superior de su cuerpo, dejando a la vista una camisa negra.
- cocodrilos?
-Solo no vayas a cagarla, responde simplemente lo necesario, no querrás echártela de enemiga- agregó una vez más Frederick.
- vaya, parece que alguien le tiene miedo a la señorita Nakamure-
- No Daniel, créeme cuando te digo que tengo motivos-
- o sea que sí le tienes miedo- respondió Daniel con tono de burla
Después del silencio que inundó por unos segundos el ascensor, Frederick responde: - Y se dice Nakamura-
Las puertas del ascensor fueron abiertas desde afuera.
- Y hablando de la reina de Roma... Nakamure Miyu se asoma.
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Luciana [EN CREACIÓN]
Science FictionEs posible, dentro de la perfección de la naturaleza que existiesen humanos con cualidades que, para el común, traigan consigo pánico y peligro; Para otro pequeño porcentaje ventajas en la mejora de los campos científicos y médicos... Pero en busca...