lagunas mentales

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Un terror inenarrable recorrió desde cada poro hasta cada uno de los capilares del joven, más sin embargo, levantando aún más su cabeza y centrándose en la emisora de dicha frase que le marcaría desde ahora en adelante, levantó una gruesa fila de cabellos que enmarcaban su mirada y adoptando una posición que ni siquiera él mismo supo de dónde sacó, le respondió.
- Es una amenaza?

-No.-Respondió a secas Hatsune pero impresionada por la inesperada y nueva actitud de Daniel.

-Claro que no es una amenaza, la señora Hatsune no mataría a una mosca , Daniel. Dijo Frederick de nuevo con un toque de sarcasmo ineludible.

- Es verdad, quizá no sea una amenaza. Es solo psicología básica. Respondió Daniel recostándose en el mueble de cuero que cedía por el peso de su cuerpo.

Cómo si estuvieran interconectados, Hatsune y Frederick se miraron casi que al mismo instante luego de oír a Daniel.

-¡Wow! No tenía conocimiento de tus saberes en el campo de la psicología. Premio doble!-Agregó Hatsune.
- Cualquier persona que tenga dos dedos de frente sabría sus intenciones señorita. Digamos qué, no es la mejor con las metáforas. Así que... Sí entendí bien, si me largo de este lugar, me mandará a matar; por supuesto usted no se atreverá a mancharse las manos, o sí?

- No nos adelantemos a lo que ni siquiera puede llegar a pasar. Dijo Frederick.

Aún guardando la compostura , sin siquiera agitarse un poco , la señora Hatsune entrecerró sus ojos y mirando fijamente a Daniel respondió:
-  Querido, no sabes de qué cosas soy capaz.
- O sea admites que eres una... asesina!  Agrego Daniel con una expresión de forzada amigabilidad

Frederick entre dientes murmuró: - lo es.
Al escuchar esto , Hatsune miró a frederick, al cual con solo verle le hizo desviar de su mirada. luego, sentándose nuevamente en el asiento , pero ahora en el medio del sofá de cuero en donde estaban los dos caballeros tomó la mano de Daniel y le dijo:
- No quiero tener que asesinarte niño, serías una ficha clave en los próximos proyectos de el instituto, sería un desperdicio acabar con la vaca que nos puede suplir leche... ¡ Pero piénsalo!

*Le dijo mientras sonreía levemente* quizá para mañana cambies de opinión.

Terminadas éstas lindas  declaraciones que, ya si antes habían puesto tenso el viaje por cada una de las frases arrojadas por los tres individuos que yacían en la oficina, Hatsune se fijó en la puerta.
- pasa querida... Te tardaste más de lo que creí.

- lo siento señorita, hubo un problema con la crema y...

-Ay, no me digas, de nuevo no hay?! Quien cree que tiene el derecho y se toma el atrevimiento de tocar las cosas de mí cocina privada?!
Saca esto de aquí, también piérdete  tú. Respondió Hatsune en un tono de voz alto dándole paso a que sus mejillas pálidas se tornaran de  un leve color rojizo.

- Buen resto de día caballeros.-Dijo Hatsune poniéndose de pie y dirigiéndose a su escritorio.
Con el lenguaje de la mirada bastó para que Daniel siguiera a Frederick hacia la puerta de salida.




-Hola. Soy yo. Te acuerdas de mí? Hace una semana no te hablaba, es raro, ya que por los últimos 14 años te hablo... A diario. Yo sí te recuerdo a la perfección, también podría decir que te conozco... Sé que te encanta el helado de pasas , sí, ese que a nadie más le gusta... Jajajá, sé también que le temes a la oscuridad más que a nada, de hecho sé que ese es tu peor y único miedo. Ojalá nunca te acuerdes de mí. No quiero causarle tristezas a tu pequeño corazón, todos están mejor sin conocerme... Yo  misma estoy a salvo con mí ausencia.

-Señorita Hatsune, está ahí?
Abra la puerta, está bien?
Señorita, su reunión con el comité es en 7 minutos.

De repente y como si recobrara la vida, sus pupilas volvieron al punto donde estaban inicialmente...
-Ay, no , de nuevo no!
  S...sí María. Aguarda. Respondió Hatsune secándose las lágrimas de los ojos.
- Señorita... Disculpe el incidente con el café y la crema de esta mañana, prometo investigar quien se lo terminó.
- De qué hablas María?
- Ésta mañana...Reunión... Café.... Sin crema...
Se escuchó el abrir de la puerta del tocador. Ahora frente a la hermana María, Hatsune con cara de intriga respondió:
- estás mal de la cabeza hermana María? Qué café con crema?
- El que le hizo disgustarse esta mañana , el mismo que fue causante de que usted me abofeteara... Por eso me disculpo  Señorita, soy muy torpe, entiendo totalmente... Todo fue mi culpa.
- qué yo hice qué?!
Respondió Hatsune abriendo sus rasgados ojos con gran horror.

Luciana [EN CREACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora