-Jeremiah, estoy cada vez más cerca. ¿Puedes sentirme?
-¿Quién está ahí?
-Sabes quién soy… Trata de recordar. – Sintió algo correr a sus espaldas, se volteo pero solo podía percibir la oscuridad.
-Yo no…no sé quién eres, dime, por favor.
-Trata de recordar…
Angela Murray, un curso más abajo que él en el colegio, cabello castaño y largo, unos grandes ojos marrones, nariz medianamente pequeña, bajita y un tanto delgada. ¿Por qué nunca había reparado en esta chica? Quizás porque no es de ese tipo de personas que se andan fijando en la gente que hay a su alrededor. Suspiró, llevaba una semana más o menos viéndola casi todas las mañanas de camino al colegio y había descubierto en ella una personalidad bastante agradable, lamentablemente ella no podía decir lo mismo de él y Jeremiah lo tenía más que claro.
-Cuando te vi en ese callejón mirando a la nada pensé que estabas loco. – Sonrió un poco, Jeremiah simplemente siguió caminando. - ¿Qué diablos hacías allí?
-Nada, no hacía nada.
-Anda, no me digas que no hacías nada, por algo estabas ahí ¿No? – Hizo una mueca. -¡¿Querías mear y yo te he pillado, no es así?! – Se llevó ambas manos a la cara y cubrió con ellas su boca. –Oh dios, si es que de verdad te pillé en medio de intentar mear lo siento mucho, yo… - Jeremiah la miro seriamente, tan seriamente como mira a absolutamente todo el mundo.
-¿Parezco de ese tipo de personas que andan meando en cualquier parte?
-Bueno, no…
-Entonces no digas tonterías. – Angela hizo una mueca y soltó un suspiro.
-Vale, pero tampoco me hables así, no dije algo tan malo… - Murmuró.
-Así hablo a todo el mundo, Angela.
-Pareces un hombre viejo en cuerpo de un joven.
-Quizás eso sea. –Guardaron silencio los siguientes minutos hasta llegar a puertas del North college.
Jeremiah solía ser bastante serio, pero eso no quería decir que dejara de ser apuesto y que sus aires de seriedad no llamaran la atención de las chicas, cosa que él no notaba, pero la mayoría sí. Angela podía confesar que ella había reparado en él un par de veces, pero ahora que lo conocía, se podía decir que no era la persona más agradable con la que se topaba, aún así no dejaba de ser interesante e inteligente, pero había algo en él, no estaba segura si en su forma de ser, su mirada, su forma de hablar, algo tenía que la inquietaba.
-¿Nos tomaremos mañana también? Me agrada poder caminar con alguien en las mañanas. – Espero una respuesta, el estaba distraído, algo ocurría. – ¿Jeremiah? – le tocó un hombro y él se sobresaltó. – Vaya, sí que me pones atención, eh… - Bufó, y comenzó a andar a la entrada del colegio.
-Hey, hey, espera, no escuche que dijiste antes, lo siento. – Angela alzó una de sus cejas y se cruzó de brazos, Jeremiah parecía como si recién hubiera despertado de un sueño.
-Dije si mañana nos veremos de nuevo temprano, que me agrada poder caminar con alguien de camino acá. –Él asintió. Y se marcho.
¿Esa había sido su respuesta? ¿No la escuchó e hizo que repitiera las cosas para luego marcharse? Hizo una mueca y se adentró en los pasillos del colegio. Jeremiah era bastante raro a veces, siempre… volaba o estaba en cualquier lugar menos ahí donde estaba parado, pero algo le decía que era por algún motivo en especial y ella quería averiguarlo, quería saber más de él.
La presencia de Angela durante la última semana le agradaba y a la vez le desagradaba un tanto, era una chica agradable, pero se la pasaba hablando. Era bonita, pero un tanto pretenciosa. Era simpática pero curiosa y eso él podía notarlo solo con mirarla. No se sentía lo suficientemente capaz como para ser su amigo, y el estaba completamente seguro de que ella se mantendría cerca durante un buen tanto más, hizo una mueca y trato de pensar en otra cosa.
Algo curioso había pasado hace poco, la pesadilla constante ya se había esfumado, no lo atormentaba noche tras noche pero si había dado lugar a una nueva, una completamente distinta, pero no tan recurrente.
-"Trata de recordar." - Murmuró para sí mientras iba de camino a su salón. ¿Qué se supone que debía recordar exactamente? Había agregado más cuestionamientos a los anteriores, ¿Quién le hablaba en su sueño? ¿De qué escapaba? ¿A dónde tenía que llegar? ¿Qué tenía que recordar? – No puedo comprender nada… -suspiro.
-Recuerda, solo recuerda. – escuchó levemente en su oído y se paralizó.