Yellow Light |GoT|

Prólogo

En la búsqueda por asegurar la sobrevivencia de su nombre y sangre un hombre debe hacer todo lo que esté a su alcance para lograrlo, incluso levantarse por sobre los con poder; poco importa la vida de los peones en juego, poco importan sus intereses personales y mucho menos importan sus deseos.

Desde tiempos inmemorables la mejor forma de surgir y asegurar a las siguientes generaciones fue la conformación de alianzas y nunca jamás existió una mejor alianza que el matrimonio mismo, él lo sabía, todos los hacían.

Ondrew Locke lo único que deseaba ya al final de su vida era ver casados a los únicos dos miembros vivos de su familia, Edric y Lyarra Locke, sus nietos. Su Casa estaba casi extinta y él los necesitaba para preservar la sangre tanto como ellos lo habían necesitado cuando sus padres murieron en aquel accidente.

Desde la llegada de los primeros hombres, incluso hace más de ocho mil años, los Stark de Invernalia habían gobernado el Norte siendo antes llamados Reyes en el Norte, pero no fueron los únicos puesto que muchas Casas ahora vasallas también fueron gobernantes de sus propios reinos. Los Locke de Castillo Viejo también fueron unos de ellos hasta que una alianza con los Stark cambió todo. Benjen Stark y Lysa Locke después de unirse en matrimonio dieron inicio a esta gran dinastía de guardianes, convirtiendo así a los Locke en vasallos. Tiempo, guerras y acontecimientos después los Locke terminaron siendo una pequeña Casa menor vasalla de los Bolton de Fuerte Terror, y justamente ese vergonzoso hecho era lo que Ondrew estaba buscando cambiar.

Benjen y Lysa no fueron los únicos, Edwyle Stark y Marna Locke, abuelos del actual Guardián del Norte, también se unieron en matrimonio. Por la nueva generación Stark corría sangre Locke, y para Ondrew parecía perfecto que corriera aún más. Por eso y en secreto de su Lord Roose Bolton aseguró una nueva alianza con Eddard Stark.

La idea de unir ambas Casas nuevamente en un doble matrimonio por el simple hecho de que ya antes se había hecho, y por recibir de vuelta a la Casa Locke como vasalla, fueron motivos suficientes para que Lord Stark aceptara y diera su autorización. De todas formas Lord Ondrew Locke era bastante persuasivo, y además era admirado por los grandes señores de Poniente.

El anuncio de ambos compromisos fue sorpresivo para todos, más aún para la joven y dulce Lyarra Locke quien había crecido con la certeza de que en algún momento de su vida su abuelo aprobaría la pedida de su mano por Lord Bolton para su primogénito Domeric. Pero con mucho amor y ternura, cosa que no caracterizaba al anciano hombre, le explicó a su adorada nieta las ventajas que tendría su matrimonio con el primogénito de la familia Stark.

Un poco diferente, para Edric la noticia fue mucho más fácil de entender y de aceptar, él quería lo mismo que su abuelo y sabía que era su responsabilidad que su Casa y sangre perdurara en el tiempo. Un matrimonio con la hija mayor de Lord Stark no solo los posicionaría como una familia mucho más poderosa y les entregaría la libertad del mando de los Bolton de Fuerte Terror, sino que además le daría la posibilidad de engendrar hijos con la pureza de sangre de los Stark. No le importaba si la muchacha en cuestión era agraciada o tenía dones, su propósito le permitía aceptar cualquier cosa.

Sin embargo había escuchado rumores de que su futura esposa ella poseedora de una belleza deslumbrante y aturdidora, eso lo animaba y animaba su idea de poder engendrar numerosos herederos y portadores de su apellido. Su Casa estaría bien, se decía constantemente. Sobre todo con el matrimonio de su adorada hermana que la llevaría en un futuro a convertirse en la Señora de Invernalia, lo que le daría un pase directo a todo el poder y apoyo que la Casa Locke podría necesitar.

Él tenía todo a su disposición por ganarse el corazón de esa joven dama, la haría su esposa y sacaría todo el provecho de aquella alianza. Por el contrario de su hermana que su camino hacia la vida y corazón del heredero Stark estaría lleno de pesares, dolencias y sufrimiento.

Robb Stark nunca estuvo de acuerdo con esa alianza que se le venía encima, sabía que era solo conveniencia para la otra Casa y podía entrever como consecuencia un posible enfrentamiento con la Casa Bolton, pero a su padre parecían no importarle menos eso. Más importante que lo anterior, Robb Stark estaba perdidamente enamorado de otra mujer, una de baja cuna a la que no estaba dispuesto a renunciar, ella significaba la vida misma para él.

Pero no importó, ninguna razón, su matrimonio se iba allevar a cabo de todas maneras. Los prejuicios, las falsas creencias, lasacciones de terceros y sus errados sentimientos lo llevarían a tratar como lamismísima mierda a su prometida, con el único propósito de sacarla de su vida.