Era un hecho y ya nada se podía hacer, el anuncio había sido desplegado a toda voz por los vientos y tierra a los merecedores de la noticia. La fiesta de compromiso era inminentemente una verdad, las Casas Stark de Invernalia y Locke de Castillo Viejo se unirían en la más grande de las alianzas nunca antes conocida, el matrimonio.
En poco tiempo el Castillo de Invernalia estaría repleto de los más nobles miembros del Norte para celebrar el compromiso de aquellas dos peculiares parejas, forzadas a unirse por el honor a sus apellidos. Los preparativos en ese lugar comenzaron justo después de que la noticia fuese comunicada, todos corrían de un lado a otro cumpliendo órdenes de Lady Catelyn Stark, recopilando los ingredientes más exquisitos para el festín y cuidando de cada detalle para no causar más caos del que ya existía, incluso cuando aún faltaban dos semanas para la gran celebración.
Escapando un poco de toda la locura que ahogaba el hogar, ambas bellezas que adornaban la vista y vida de todo el mundo allí en ese recóndito lugar de Poniente decidieron desayunar tranquilamente, y sin nadie merodeándolas en la habitación de Lady Sansa. La mesa al lado de la chimenea que iluminaba el lugar cálidamente estaba dispuesta con los pastelillos más deliciosos, limón y fresa, los favoritos de cada una; las tazas humeaban el candor y riquísimo aroma de las hierbas que contenían, y la vista hacia una parte del Bosque de los Dioses simplemente hacía la estancia más amena y perfecta.
Desde hacía mucho que ambas jovencitas se consideraban más que simples compañeras de la misma lucha personal, lo compartido durante todo ese tiempo juntas las había llevado a considerarse amigas, más bien se sentían hermanas. Ya existía una gran confianza entre ellas, una que sabían que a pesar de lo que sucediera ninguna traicionaría por nada del mundo.
Aquella misma confianza era la tenía a Lady Sansa rondándole todas esas preguntas en su cabeza puesto que sabía que en Lyarra podría descansar y darles respuesta.
—Lya... —llamó su atención después de unos minutos de cómodo y tranquilo silencio, en el que la aludida se la había pasado mirando por la ventana a un pajarito cantar en la rama de un cercano árbol. Cada ser que contuviera una pisca de pureza era deleite y atracción para la belleza rubia, sin embargo al escucharse ser llamada apartó la mirada y se fijó en su pelirroja amiga—. ¿Tú... tú alguna vez...? —titubeó, por los Dioses, eso estaba resultando ser más difícil de lo que parecía en sus pensamientos. Lady Lyarra le sonrió amablemente animándola a continuar, no podía imaginarse nada malo que tuviera así de contrariada a su querida amiga—. ¿Alguna vez has sentido amor? —finalmente preguntó.
— ¿Amor? —repitió Lyarra, y no tuvo que pensar muchísimo en la pregunta y mucho menos en su respuesta, ella ya la sabía—. ¡Claro que sí! —exclamó efusivamente—. Amo a mi abuelo y hermano por sobre todas las cosas. Aprecio a toda tu familia, te quiero a ti.
Sansa sonrió y se sintió afortunada de tenerla en su vida, esa muchacha era un ser de pura e infinita luz, sin embargo no era precisamente a eso a lo que se refería—. Yo me refería a otro tipo de amor, al que sientes por alguien que... —suspiró avergonzada y se dio ánimos para continuar, la mirada de Lyarra la animó también prometiéndole que jamás la juzgaría por nada—. Por un hombre —se explicó y brutalmente sus mejillas se bañaron de rosado. Aquel sentimiento la tenía un poco alborotada, feliz y a la vez también algo asustada; era nuevo, demasiado nuevo para ella.
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Yellow Light |GoT|
FanfictionAlianzas de matrimonios indeseadas, amores incomprendidos y amores prohibidos. Obligación y honor ante todo, o tal vez no. La Casa Locke está casi extinta y el Señor de esta utilizará hasta sus últimos recursos para evitar el fin de su herencia, in...