El rubio leía la carta mientras su vista se nublaba.
¿Era una broma, cierto?
¡¿Era una maldita broma?!Arrugó el papel y con todas las casi nulas fuerzas que le quedaban por la impotencia, lo arrojó al cesto de basura.
Partió rumbo a su casa pues siempre leía las cartas antes de salir, y con la cabeza gacha y deseando que lo pisara un auto por ser tan idiota, comenzó a caminar.
Y pensar que al fin se interesaba en alguien...y creía ser correspondido.
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Rubio Teñido
Short StoryHola, rubio teñido Se nota de lejos que no eres natural. ¿Qué te pasó por la cabeza al teñirte? Atte: un chico que reconoce la falsedad