Especial Halloween

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Atención, este especial contiene yaoi. Si te disgusta, pues vale, pasa al capítulo 10. El especial no interviene para absolutamente nada en la historia.

Geno... Geno aquí es seme.
Disfruten para los que leerán el yaoi.

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Los niños reían alegres y emocionados esperando a que su padre les diera permiso de salir a pedir dulces, Reaper era el más emocionado, ya que era su día.

Aquella tarde del 31 había llevado a sus niños a Reapertale, Gaster casi había caído de espaldas al ver a Sorell. Iba vestido de fantasmita de Horrortale.

Reaper!Gaster literalmente había sido atacado por una avalancha de niños. Hasta Goth se le había tirado encima para abrazarlo, pues no veía a su abuelo desde hace años.

Haciendo la cuenta, Gaster tenía a Goth, Orion, Pastel, Raven, Silver, Sorell y Shino encima suya. 7 niños.

Reaper reía mientras bebía uno de los más dulces vinos que habían junto a su hermano Papyrus. Geno hablaba con tranquilidad junto a Asgore de temas curiosos y poco comunes mientras jugaban una partida de ajedrez. El Dios se veía feliz al ver a tantos niños en el AU, él no evitó soltar un suspiro pensando en Toriel.

Cuando llegó la noche, todos los niños andaban bien disfrazados.

Goth iba vestido de... Sólo se había puesto algo de pintura en la cara y quitado su capucha, básicamente era igual a Geno.

Raven se había disfrazado de su padre, no se veía gran cambio en su apariencia.

Silver iba vestido de un humano, se veía fantástico y Frisk, cuando fue a retirarlos para llevarlos a pedir dulces, se asustó.

Sorell iba del fantasma de Horrortale, se le hacía tierno aquel fantasma. Nadie le entendia.

La pequeña Shino... La pequeña Shino se puso una máscara y ya. Parecía solamente interesada por los dulces.

Reaper los miraba riendo, pues se lanzaban chistes unos a los otros y tenían que cuidar de sus sobrinos, pues eran muy pequeñitos y se podían caer.

— Bueno, niños, tienen 4 horas para andar j-... Molestando a señores que quieren dormir, si no les dan dulces... Digan que son mis hijos y sobrinos de Error. Les aseguro que por miedo a su tío les darán bolsas y bolsas de dulces.

Los pequeños rieron y salieron corriendo por la puerta, Frisk iba detrás de ellos. Se notaba una pequeña sonrisa en su cara.

Chara... Chara, pese a cometer errores en su pasado, iba disfrazada de una diablita. Iba con la gran ilusión de tomar muchos chocolates.

Cuando Geno y Reaper se quedaron solos, se dirigieron una mirada en silencio. Reaper se lanzó encima de Geno y le empezó a hacer cosquillas. Reían como los niños antes de irse, como los niños que eran por dentro.

Geno estaba acorralado por Reaper contra el sofá. Era gracioso y extraño ver al Dios tan feliz, pero para Geno ya era una costumbre, pues la Muerte era como un niño para el día de los muertos. Siempre se emocionaba.

Cuando Goth tenía apenas 11 años y Raven tenía 2 años, salió con ambos a pedir dulces. Todos tenían miedo cuando lo veían, pero cuando veían a sus hijos comprendían la sonrisa en su cara y le daban dulces a los niños. Siempre le daban un dulce a la muerte en agradecimiento por no haberse llevado a nadie de su familia, o haberle quitado el sufrimiento a algún familiar enfermo que sufría de gran dolor.

Reaper siempre los agradecía con una gran sonrisa.

— Hoy es mi día... Y recuerda que hace 25 años confesé mi amor por ti en mi templo... ¿Te acuerdas? Yo mismo te había hecho una corona de flores sin haberlas matado... —Recordó Reaper suspirando de manera enamorada—. Aquel día te veías hermoso, como el día de nuestra boda y... Y hoy... Hoy te ves exactamente igual que hace 25 años.

— Y si estoy igual que hace 25 años ¿Qué ves en mí? ¿Cómo no te cansas de ver todo los días lo mismo?

— De ti no me cansaré jamás...

Reaper se acercó de manera sutil y besó a su amado con suavidad. Sus manos lo tomaron y enredaron las piernas del menor en su cintura, acorralándolo contra la pared y besándolo de manera apasionada y desesperada.

Sus manos traviesas bajaron los shorts del menor y acariciaron los muslos blancos del albino. Reaper quería su dulce o cometería una travesura.

Geno soltó un suave e intenso gemigo por lo bajo, lo que excitó aún más al mayor, que ya estaba desesperado por poseer en aquel día a su amado. Sin niños eran más que libres. Siempre habían tenido ese problemilla de tener que ser callados por obligación. Ahora no.

No había nadie más que ellos.

Reaper acostó a su amado en la cama y de quitó la capucha junto a su camisa blanca, dejando ver su cuerpo bien cuidado al albino que le miraba mordiendo su labio deseoso de poder besar y marcar ese cuerpo perfecto.

Geno acarició el torso desnudo del mayor y besó su cuello. Recordó las pocas veces que había sido él el dominante en la cama... ¿Por qué no hacer una pequeña travesura?

Geno tomó de los hombros a Reaper y lo giró, dejándolo abajo suya y empezando a morder y chupetear el cuello ajeno. Reaper gemía impresionado por ver a su esposo con tal locura, con tal deseo de ser el dominante.

El bulto en los pantalones del menor creció de manera notoria, y, como aún llevaba boxers, se los quitó.

Reaper veía el miembro de Geno algo asustado, pues no se había fijado que era grande y que eso le podía partir en 2 si lo deseaba.

Geno sonrió y se relamió los labios cuando notó la polla de Reaper totalmente dura, acarició con lentitud aquel miembro que tantas veces había entrado en él mientras su propio miembro vacilaba en entrar en Reaper, se frotaba una y otra vez en la entrada del Dios.

Geno, ya sin aguantarse más, entró de una estocada firme haciendo gemir y llorar de manera leve a Reaper, el Dios lloraba de placer y de dolor, se le había olvidado que ser el pasivo también era divertido.

Los movimientos de Geno eran bruscos y certeros, hacían gemir, gritar y babear al mayor, que enterraba sus uñas en la espalda del menor con desesperación.

Geno no paraba de morder y besar el torso contrario, el sabor de este le volvía loco. Le tenía loco. Sus manos agarraban con firmeza la cadera del antes dominante para poder embestirlo con rapidez y sin descanso, Reaper gemía y jadeaba sin parar entre lágrimas de placer, lujuria y locura.

Geno veía a Reaper y no paraba de pensar en cuanto lo amaba... En esos dulces labios... En ese cuerpo tan perfecto y tan delicado, en ese caballo tan rebelde y a la vez hermoso... En esa obra de dioses que amaba y que ama con locura. Era su Reaper, suyo y de nadie más.

Las embestidas se empezaban a hacer inexactas y aún más rápidas, aclarando que el menor pronto llegaría a su límite y llenaría al contrario por primera vez en años.

Reaper tomó con desesperación a Geno con una mano y le besó de manera apasionada y lujuriosa, su otra mano masturbaba con rapidez su propio miembro. Ya no podía más.

En medio del beso, Reaper se corrió soltando un fuerte y largo gemido de pasivo, le venía demasiado bien ir abajo, manchando el pecho del albino y su pripia cara. Geno lamió con deseo el líquido y se corrió dentro del mayor.

Ambos, exhaustos, se abrazaron haciendo cucharita. Reaper se escondió en el pecho de Geno buscando calor y calma, Geno sonreía y acariciaba el pelo negro del mayor.

— Tú no me diste mi dulce con rapidez, Death... Tenía que hacer la travesura.

Time Out [Afterdeath] - Fallo Laboral 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora