Poltergeist // DoTae - NCT

3.

1 de Agosto

No necesita dormir, pero de todas formas se acuesta al lado de TaeYong, tal como todas las noches desde que ha tomado su lugar en aquella casa. Desvía la vista de su cuerpo desnudo —al más bajito no le gusta utilizar ningún tipo de ropa mientras duerme, menos en pleno verano—, y en cambio se fija en sus párpados, que pronto comienzan a cerrarse.

Lo admira, como todas las noches.

Y piensa que JaeHyun definitivamente debería decirle lo atractivo que es con mayor frecuencia.

—Duendecito, ¿estás ahí? —se enoja por unos instantes. Es la blanca sonrisa que aparece en sus labios el único estímulo que necesita para eliminar cualquier traza de ira—. ¿Por qué no te vas, siendo que ya sabes que no me asustaré por tu presencia?

—Ah, ¿te estoy molestando, verdad?

Deja de mirarle. Es obvio que pese a no bromear con la misma frecuencia —solo un poco de desorden cada día por medio, tal como calcetas cambiadas de sus pares y abrigos esparcidos por el suelo— debe ser una verdadera molestia el que un fantasma te siga a todas partes.

Fija la vista en el techo, y suspira. Tal vez tendría que ir buscando otro lugar.

—...Pero me alegra que no te vayas.

Casi quiere pellizcarse para verificarse de que no está soñando. TaeYong sonríe a un punto inexistente, tal vez, pensando que se encuentra más lejos de lo que realmente está. A la distancia en la que se encuentra, es prácticamente como si pudiera sentir su respiración en la piel.

Es imposible, pero aun así cree sentirla. Y en su imaginación, al menos, se siente cálida.

—Tíldame de loco, pero me acostumbré a tu compañía.

Esa noche, ni siquiera intenta simular el sueño. Solo se queda allí, admirando su rostro dormido, mientras largas inspiraciones y espiraciones hacen mover su cuerpo de arriba abajo, en un vaivén que le recuerda al calmo movimiento de las olas a medianoche. Alarga su mano, queriendo tocar su pómulo izquierdo.

Y como las escasas veces que ha querido interactuar con un ser vivo, atraviesa su superficie sin nunca experimentar lo suave que debe ser su piel.