Poltergeist // DoTae - NCT

6.

5 de Octubre

Se ha demorado más tiempo del que habría querido inicialmente, pero al fin admira su verdadera obra de arte con un orgullo apabullante. Ha sido un trabajo tedioso.

También, se ha demorado más de lo necesario en darse cuenta de algo que ha estado todo este tiempo delante de sus ojos. Y es que no es como si JaeHyun no quisiera a TaeYong de igual forma.

Solo es un poco —apenas un poquito— estúpido a la hora de demostrar sus sentimientos.

Lo ha evidenciado de primera fuente: al pasar parte del día vigilando cada una de sus acciones, intentando descubrir si acaso existe o no una posibilidad de que ambos solucionen sus asuntos de pareja, lo que ve es algo que cambia la percepción sobre él totalmente. Son pequeños gestos —como verle con el teléfono móvil en mano listo para llamar en cualquier momento al contacto que lleva agendado como "Mi dulce Taeyonggie hyung", o encontrarle en pleno insomnio las noches que va a visitarle—, los indicios más claros de que JaeHyun, le duela o no, parece no ser una mala persona en el fondo.

Pero no es por eso que se ha mantenido ocupado haciendo preparativos de acá para allá, y concentrando todas sus fuerzas en tener la entereza mental como para desplazar objetos sin ser descubierto. Y es que, aunque en sus arranques de ira el lanzar objetos es tan fácil como levantar una pluma, lo cierto es que cuando lo intenta hacer voluntariamente se requiere de mayor concentración. Tanto, que le agota por completo.

Aunque ya no importan sus penurias. El bouquet de rosas rojas que corona la frase "te amo" escrita con globos de helio parece brillar, iluminando así la salita de estar de TaeYong. Cruza los dedos. Ojalá el matrimonio del que los ha sacado el día anterior no los sienta en falta durante la ceremonia.

—¡DongYoung, ya volví!

Le sonríe. TaeYong no le corresponde; más bien, su rostro se contorsiona en sorpresa pura, mientras repasa el regalo de arriba abajo con ayuda de sus pupilas inquietas.

—¿Y esto...?

—Mira la nota que te dejaron —señala, y se asegura de que TaeYong le haya leído los labios. Por la manera en que asiente, sabe que es así—. Es hermoso, ¿verdad?

Por la puerta de entrada se desliza el cuerpo delgado de JaeHyun, justo a tiempo. Sonríe al notar que también lleva su carta, sostenida con fuerza con la mano derecha. Sabe a la perfección lo que dice aquel recuadro de papel que le ha tomado horas de concentración; de todas las cosas que su estado como fantasma ha convertido en complicadas, la escritura es la más difícil de ellas.

Pero vale totalmente la pena.

JaeHyun:

Ve al departamento de TaeYong a las seis de la tarde. Él estará ahí.

Cuando te pregunte, tú solo dile que sí.

Es la única forma de que vuelvan a estar juntos.

—JaeHyun...

Es obvio que TaeYong ya ha terminado de leer su nota. Sus pupilas lucen brillosas tras el foco que ilumina el lugar.

—¿Tú... tú me hiciste esta sorpresa?

El papel que el más bajito sostiene entre las manos se termina por caer al suelo, y despliega su contenido ante sus ojos atentos. Vuelve a releer las palabras, pese a aún recordarlas.

Taeyonggie hyung:

Fui un imbécil. En este tiempo me di cuenta de que no quiero separarme de ti.

Nunca más.

Por favor, perdóname.

JaeHyun asiente, reafirmando con sorpresa algo que claramente no ha salido de sus propias manos y, después de mucho tiempo, se siente al fin tranquilo. No importa que alguien más se lleve su crédito, ni que no sea capaz de tocarle, o de consolarle directamente.

Pues, pese al dolor que corroe su inexistente ser, sonríe al ver que es JaeHyun la persona que abraza con fervor a TaeYong y lo consuela de la mejor manera, a través de un tierno y largo beso.

Y TaeYong sonríe.

Y todo vale la pena.