Capítulo 7

322 26 20
                                    

POV SARA

Era sábado por la mañana y tenía un sueño terrible, había trabajado desde la hora de comer hasta la noche y no me había acordado de que tenía que ir a la universidad a primera hora para hacer el trabajo con mi grupo, ni siquiera me dio tiempo a desayunar.

—Me muero de sueño—dije en un susurro.

—Eres una quejica—me contestó mi amiga.

No le hice mucho caso, solo quería irme a comer algo rápido y luego marcharme a casa. Pero algo se interpuso en mi camino. Al estar medio dormida tardé unos segundos en darme cuenta de que había chocado contra algo o más bien alguien.

Levanté la cabeza y vi a un hombre alto que me miraba desde arriba con unos ojos demasiado penetrantes para mi gusto. Parecía que me miraba perdonando mi mísera existencia, cuando yo solo me había chocado con él, aunque él no parecía mucho más despierto que yo, pues en sus ojos se marcaban unas ligeras ojeras.

—Perdón—dije esquivándolo rápidamente.

—¿Pero qué haces?—me preguntó mi amiga.

—Disculparme, lo he atropellado.

Estábamos andando pero paró a mirar atrás, así que solo me quedó el copiarle el movimiento observando que el chico seguía ahí parado mirándome con los mismos ojos penetrantes.

Me cogió del brazo y en un movimiento casi fantasmal me escondió tras una esquina.

—¡¿Pero se puede saber qué coño te pasa?!—le grité.

—¿En serio no sabes quién es él?

—¿Un estudiante?

—¿Estudiante? ¡Es Trafalgar D. Law! ¡Es un profesor!

Rememoré en mi cabeza la cara de ese chico y no me pareció mucho mayor que yo.

—¿Con nuestra edad?

—Tiene 28

—Me sigue pareciéndome muy joven, a no ser que sea una eminencia.

—¡Una eminencia a la que acabas de atropellar!

—Oh—dije comprendiendo lo que le preocupaba.

Ir a las prácticas después de llevarme por delante a un maestro después de darle una disculpa tan seca no era una cosa muy bonita, pero ya tendría que ser mala suerte que me tocara él ¿no?

—Además—dijo mientras nos poníamos a andar—Ese tipo da bastante miedo ¿no? Lo llaman "El cirujano de la muerte"

—Déjame adivinar, es cirujano y da miedo, "el cirujano de la muerte" Es tan original como el "set de protección"

—¿el set de qué? ¿Pero tú que dices?

No le hice mucho caso, no tenía ánimos para pensar en eso, así que me centré en rememorar al chico con el que me había chocado. No era que diera miedo, pensé que exageraba, posiblemente solo fuera serio.

Salimos por la puerta y localicé la cafetería, tenía un hambre como para comerme cualquier cosa con pinta sospechosa que tuvieran por allí y si llevaba chocolate, mejor.

Aunque mi hermosa escapada al parecer se truncó, pues cuando iba a cruzar hacia mi paraíso de chocolate, una moto se paró a mi lado.

Miré de reojo a la persona que estaba en la moto, me sonaba la constitución pero no lo relacionaba con nadie. La ropa era demasiado informal, unos vaqueros y una especie de sudadera gris con una camiseta negra. No le di importancia e intenté llegar a mi objetivo, pero una voz que reconocía a la perfección me paró.

Matrimonio por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora