CAPÍTULO TRES

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halbarry debería consideraaarse la octava maravilla del mundo loco más lindos imposible

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LA ESTADÍA DE HAL EN LA TIERRA, siempre fue muy limitada, sin embargo eran estas fechas en las que siempre volvía.
Un día como hoy, exactamente cuatro años atrás, Barry y Hal se habían conocido por primera vez y habían congeniado instantáneamente. 

Bueno. Quizás no al instante. Fue más bien, como 'amor a segunda vista'. O tercero. 

Hal siendo imprudente como era habitual, le había revelado a Barry su identidad secreta después de solo dos minutos de conocerlo. Sin embargo, lo había hecho solo porque sabía que Barry era Flash. Juntos salvaron a un grupo de niños secuestrados y lucharon contra el villano responsable. Los años siguiente, fue más de lo mismo, ambos haciendo una dupla para salvar a Central City. Así que este año habían planeado algo más tranquilo. 
Habían reservado una mesa en su restaurante favorito en Central City. Barry el día anterior se había encargado de limpiar la ciudad de cualquier amenaza y le había pedido a Wally que cuidara la ciudad en su ausencia.

Así que ahora, ambos se encontraban sentados en un lujoso restaurante, listos para ordenar, mientras compartían una conversación amistosa.

—Creo que voy a cambiar de trabajo, la vida de superheroe acá en la Tierra no me deja suficiente, desde ahora tú pagarás todo.

—Siempre pago por todo. —Respondió Hal sin molestia detrás.

—¿Crees que puedes pagarme un departamento en la quinta avenida? Me gustaría uno de esos rascacielos que traen un refrigerador de doble puerta.

Hal río ante las divagaciones de Barry quien se excuso un momento para ir al baño.

Una linda camarera vino con dos menús en sus manos y se detuvo en seco poco antes de su mesa cuando se dio cuenta de que Hal estaba solo.

—Oh, ¿Debería volver más tarde?—Preguntó al ver el puesto vació. 

En realidad, era muy linda, cayó en cuenta Hal. Las largas pestañas enmarcaban sus brillantes ojos azules y su largo cabello rubio se encontraba recogido en un moño alto. Ella era totalmente el tipo de Hal y por lo general habría coqueteado con ella al instante, pero le había prometido a Barry que nada de ligues y distracciones. Hoy se suponía que todo se trataba de solo ellos dos y no de la putería de Hal(ahreperdónxd) como Barry lo había expresado.

—No, no, está bien.—Respondió la linterna. Hal había salido suficientes veces con el velocista para saber que ordenaría Barry así que no tuvo problemas con ordenar por él.

La mujer escribió todo en su pequeña libreta, con una sonrisa encantada en su rostro. Hal estaba acostumbrado a que tanto, mujeres, como hombres, le sonrieran y coquetearan con él. 
Sabía que era atractivo, así que no pensó nada fuera de lo común hasta que la rubia terminó de tomar las órdenes y se retiró murmurando un: "Es realmente lindo conocer a tu novio tan bien, que sabes lo que quiere comer incluso cuando no está allí".

El comentario sorprendió a Hal quien se quedó estático en su lugar. Una vez que se había recuperado del hecho de que una vez más alguien había pensado en ellos como pareja, gritó detrás de ella.

—¡No somos novios!

Sin embargo la mujer parecía no haber escuchado su arrebato, pero muchas otras personas lo habían hecho y estaban lanzando miradas molestas en su dirección por perturbar sus tranquilas cenas.

¿Por qué la gente seguía asumiendo que eran una pareja? ¿Fueron los abrazos? Estaba bastante seguro de que a los mejores amigos se les permitía hacer eso. No solo las parejas amorosas se abrazaban.
 
¿Eran sus toques constante? Realmente eso no era culpa más que la de Barry, el velocista era increíblemente táctil y en temperaturas bajas era normal aferrarse a él en busca de valor. Hal estaba acostumbrado a un clima más cálido, por lo que solía ponerse al lado de su mejor amigo la mayoría de las veces dado que gracias su metabolismo siempre se encontraba cálido. Eso era todo lo que había al respecto.
La sensación confusa en su estómago cada vez que lo hacía y la necesidad real de tocar a Barry cuando no lo había visto por un largo período de tiempo, no era más que su cuerpo confundido.
Claro de vez en cuando lo tomaba de las manos y hacía comentarios en los que se le insinuaba. Pero nada era en serio...eso creía él al menos.

¡Pero Barry era tan adorable! Era imposible no estar a su lado e intentar hacerlo sonrojar. Habían veces que el sonrojo en sus mejillas se podía comparar con el color de su traje. Hal se divertía poniendo al velocista en situaciones incómodas y por nada del mundo dejaría de hacerlo.

Cuando Barry regresó, Hal seguía sentado allí, pensando en las palabras de la camarera. El velocista notó que su mejor amigo no estaba jugando con su celular como solía hacer, así que alzó una ceja interesado.

—¿Todo bien? —Preguntó.

—Perfecto —Respondió Hal.

De alguna manera, Barry no le creía del todo. Algo parecía haber sucedido durante su ausencia, que había logrado perturbar la tranquilidad del castaño.

—¿Sabes que puedes hablar conmigo, verdad?

—Lo sé.

Barry asintió. Sabía que Hal lo sabía, pero a veces la gente solo necesitaba un pequeño recordatorio de ciertos hechos, aún si eran obvios.

—¿Es sobre Carol?

Hal negó con la cabeza. Ni si quiera había pensado en ella en todo el tiempo que estuvo junto al velocista.

—Y qué--

—Por favor. —Hal lo interrumpió.—Solo déjalo, ¿de acuerdo? No es tan importante.

Entonces Barry dejó el tema. Por el momento.

Retomaron su conversación con temas de los que podían hablar en público. Hablar de sus actividades como Flash y Green Lantern era demasiado peligroso entre otras personas. Nunca se sabía si alguien prestaba atención a la conversación así que para prevenir ésta situación, hablaban de cosas más normales. Hablaron sobre el trabajo de Barry en el laboratorio y el avión más nuevo que se suponía que Hal volaría en unos días, sobre cuánto estaba mejorando Wally y lo que había sucedido con sus amigos mientras Hal se encontraba fuera.

Ambos se reían del último intento fallido de Ollie por cortejar a Dinah, cuando la camarera regresó con su comida.

Puso sus comidas frente a ellos y les sonrió cálidamente.

—¡Mi comida favorita! —Exclamó Barry tomando su tenedor de forma impaciente.

—Debo decir que desearía tener un novio que se molestara en recordar mi comida favorita. Eres muy  afortunado.

Un rojo brillante apareció en las mejillas de Barry ante las palabras de la camarera, quien se alejaba otra vez.
En otra ocasión Hal se habría burlado, así que solo optó por rascar la parte inferior de su cabeza, mientras ocultaba una sonrisa divertida.

—¿Por qué nos sigue pasando esto?

Hal suspiró profundamente como si tuviera el peso del mundo sobre sus hombros y la mayoría de los días así era.

—No lo sé, Bar. Vamos a... —Se detuvo por un momento. —Vamos a fingir que no sucedió.

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𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓𝐒 ━━━ 𝐡𝐚𝐥𝐛𝐚𝐫𝐫𝐲. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora