CAPÍTULO DOS

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halbarry es hermoso, basta todos deberían shippearlos son re lindos we los amo ojalá me adopten


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HELEN LOS VIO POR PRIMERA vez junto al ramo de flores gigantes en la boda de Carol. Un hombre de pelo castaño devastadoramente atractivo con una chaqueta de piloto y un lindo rubio a su lado. Parecían bastante cómodos el uno con el otro y se notó aún más cuando el rubio se rió de algo que el primero había dicho. Ambos estaban unas mesas mas apartados del resto, riendo como niños pequeños. Tenía la sensación de conocer al moreno de algún lado. Sin embargo no recordaba de dónde exactamente. Quizás le preguntaría a Carol más tarde.

El rubio señaló algo entre la multitud y estallaron en carcajadas otra vez.

Helen apartó su mirada cuando Carol se acercó con una gran sonrisa, acomodando su vestido para darle un fuerte abrazo.

—Gracias por venir, Helen. Sé que hay un largo camino desde Nueva York hasta Coast City.

Helen correspondió el abrazo con la misma felicidad y emoción.

—Por favor, hemos sido mejores amigas desde la universidad. No es que prefiera estar en otro lugar en tu gran día.

Ambas se separaron lentamente, para continuar su charla.

—Me alegra que finalmente hayas aceptado casarte con Frank en lugar de...¿Cómo era que se llamaba?

—Hal Jordan. —Suspiró Carol. Habían tenido esta discusión cientos de veces antes y hoy no deseaba discutir sobre ello.

Helen recordó dónde había visto antes al chico de pelo castaño. Hal Jordan. Claro. Como no lo había notado.

—Antes de que comiences, él es un gran piloto. Probablemente el mejor que he conocido y una increíble persona, se muestra indiferente pero no es así, no realmente. —Carol defendió a Hal antes de que Helen pudiera siquiera abrir la boca.

—Lo sé, lo sé. Me lo dijiste una y otra vez. Pero realmente no era la mejor opción para ti, Carol.

Helen no intentaba ser maliciosa, solo demostrar sinceridad. Solo quería cuidar de Carol y eso incluía decirle que su novio, o ahora ex novio, no era un buen partido. Al menos a su criterio, aún cuándo eso terminara en una discusión, Helen lo haría por el bien de su amiga.

Después de unos minutos y de una charla corta, Carol desapareció para hablar con los demás invitados, pero no solo ella se perdió entre la gente, también Hal Jordan y su acompañante. 

Luego de unos tragos y uno que otro baile, Helen pudo divisar a la pareja de amigos en una mesa cercana, ambos comiendo el pastel sobrante. Bueno, más bien dicho como si su amigo estuviera comiendo suficiente pastel por los dos mientras Hal solo lo miraba. En su curiosidad, la mujer se acercó un poco para verlos mejor.

Hal estaba encorvado en la silla, sonriendo con cariño al rubio que actualmente llenaba su cara de comida y golpeaba sus pies tan rápido que casi toda su pierna derecha parecía vibrar. Hal pareció darse cuenta mientras suavemente colocaba una mano en la pierna de su amigo para aquietarla y dejarla allí. La vibración se detuvo al instante y ambos se sonrieron el uno al otro de una manera que Helen no podía entender. La mujer desvió la mirada, permitiendo que la pareja tuviera su momento de privacidad.

La tercera vez que se encontró nuevamente con ellos, fue cuando ya la mayoría de los invitados habían desaparecido, incluyendo a los recién casados. Esta vez sin embargo, ambos estaban más cerca que antes.
El sol ya se había puesto y las estrellas brillaban en el cielo, poco a poco el calor fue reemplazado por la brisa fría. La chaqueta de Hal reposaba sobre los hombros del rubio en un intento de combatir el frío, pensó Helen.

Hal parecía estar inclinado sobre el rubio, al mismo tiempo que susurraba en el oído de este. El castaño señaló hacia la barra para aparentemente ir por bebidas. Pero no sin antes susurrar una última vez al rubio quien le dio una mirada molesta, la cuál sacó otra risa del castaño.

Helen alzó una ceja y miró al velocista con una sonrisa, para cercarse a él.

—Hola, soy Helen. —Tendió su mano de forma amistosa.

—¡Oh, debes ser la mejor amiga de Carol. —Respondió el rubio con una gran sonrisa.

—La misma.

El corredor escarlata tomó su mano y la sacudió suavemente.

—Soy Barry. Encantado de conocerte.

Ahora que se encontraba a escasos centímetros de Barry, podía ver que tenía unos ojos increíblemente azules y una sonrisa extremadamente tierna.
La fémina tardó en volver a hablar, impresionada por el atractivo del hombre.

—Me preguntaba si--

—Aquí, Bar. Tu bebida.

Hal aparentemente salió de la nada. Debió haber estado tan absorta en sus propios pensamientos y la presencia de Barry que no lo había escuchado regresar.

Cuando Barry no tomó su bebida, Hal tomó su mano y la puso alrededor del vaso.

—Aquí, cariño.

Incluso si el tono era un poco molesto, de repente se hizo evidente para ella. La risa, los toques, la cercanía era mucho más entre ambos que una simplemente amistosa.

—¡Oh! Tú eres... lo siento mucho. No quise inmiscuirme. Debería haberme dado cuenta antes.

Barry no se dio cuenta al principio de lo que estaba insinuando, mientras que Hal sonrió con sorna y puso una mano alrededor de los hombros del rubio.

—Ahora, si no te importa.

El hombre de cabello castaño apretó su agarre sobre los hombros de Barry y se lo llevó.

Helen todavía podía oír el fuerte silbido "¿Qué te pasa?" de Barry. 
Debió haberlo sabido, era tan obvio que se sintió tonta por unos momentos. Ambos eran tan lindos y atentos el uno con el otro.

—¡Tú dijiste nada de ligues! Solo hice cumplir nuestro compromiso.

—¡Yo no estaba ligando!

—Eres tan tonto Allen. —Dijo Hal ganándose una mirada incrédula por parte de Barry.

—Habla por ti mismo idiota. —Respondió el velocista.

—Oh estoy terriblemente ofendido, golpe bajo, Barry. —Las palabras de la Linterna estaban cargadas de ironía y burla, a lo que el rubio solo se dedicó a rodar los ojos.

—Ni sé para que me molesto en pelear contigo. —Respondió con molestia.

Barry hundió sus manos en los bolsillos de la chaqueta del castaño, con una aparente mirada molesta. Hal rodó los ojos y negó con la cabeza.

—¿Pizza? —Preguntó luego de unos segundos.

—Sabes el camino al corazón de un hombre, Jordan —Respondió Barry para luego intercambiar bromas entre sí, riendo camino a una pizzería siempre con el brazo de Hal en sus hombros.
 

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𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓𝐒 ━━━ 𝐡𝐚𝐥𝐛𝐚𝐫𝐫𝐲. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora