004. (Resubido)

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Solo quería escuchar una vez más esa canción, aquella que tanto nos gustaba a Ino y a mí, deseaba que todo fuese un mal sueño, pero la vida era difícil, era frágil, y mezquina, aquel beso era lo único que llevaba de ella conmigo, no volvería a tocar nuevos labios, no si no eran de ella. Aún era temprano para levantarme de mi cama improvisada, era mejor seguir durmiendo y volver a soñar con que la muerte de Shin nunca paso, que Ino y yo ya estábamos casados.

El único ingreso que me sustentaba eran las ganancias por los retratos que hacía en la feria, casi todas las semanas cambiaba de lugar para evitar que los oficiales destruyan y saqueen los negocios ilegales, ya que no tenían permiso de comercializar, pero esa era su única manera de ganar dinero y no morir de hambre.

Aún era temprano, las luces del sol aun no alumbraban a su máximo esplendor, tenía mi nariz roja por el frío, me levante, lave mi cara con la poca agua que quedaba en una tetera que una gentil anciana me dio —al contarle un poco de mi situación mientras le hacia un retrato junto a su nieta— las personas eran amables pero no se podía confiar demasiado en desconocidos, muchos de ellos creían que quería infiltrarme para saber sus mapas de comercio y llevar a los oficiales. La señora que me había hablado el primer día que baje tenía razón, mi cara representaba todo lo que ellos no eran, a mí se me dio todo en bandeja de plata, no me esforcé por nada de lo que alguna vez tuve, mientras que ellos sobrevivían con lo poco que tenían.

Tuve la suerte de conocer a una señora que le recordaba a su hijo, me contó que fue uno de los niños a los que llevaron a las academias policiales desde pequeños, pocas veces lo veía, al parecer su aspecto era parecido al mío. No quería aprovechar su gentileza, así que solo le pedí que me diera agua de vez en cuando, lo que me ayudo a limpiar el viejo baño de la fábrica, tenía suerte de que aún funcionará pese a la falta de agua. Tenía suerte, más de la que tiene cualquiera en aquel distrito.

Lo que más rescató de aquellos días era dibujar —creo que jamás había dibujado tanto en tan poco tiempo— hacia lo que realmente me gustaba y ganaba dinero con ello, pese a ser poco seguía siendo dinero.

Ya se estaba haciendo tarde, y me había ido bastante mal en la feria, no tenía que comer, y los dos únicos retratos que hice fueron a unas niñas que tenía menos dinero que yo.
Ya casi eran las cuatro de la tarde y todos comenzaban a retirarse, lo que me motivo a subir a la azotea otra vez, cuando no alcanzaba a comprar algo para comer solo subía a dormir para olvidarme de mi hambre, no quería mendigar la comida de nadie, quería ganármela con mi esfuerzo, había mucho orgullo en aquella decisión hoy me doy cuenta de eso.

Ese día hacía más frío que nunca, por eso tuve que hacer fuego con algunas cosas que encontré dentro de la fábrica, me senté junto a las barras de protección y me quedé ahí, esperando que me bajara el sueño y el hambre.

Esa tarde volví a soñar con ella —no con Ino sino con alguien completamente desconocida—, su cabello era largo y negro, sus labios rojos como sangre y su piel se hacía nieve a la luz de la luna, caminaba sobre el agua, y danzaba como una sirena, con sus ojos cerrados y sus brazos alzados dió un par de giros, sus piernas largas y anchas dieron unos saltos dirigiéndose hacia mí. Me miró y comenzó a arder, su figura se hizo humo y desapareció frente mis ojos. El piso de hizo agua y comencé a hundirme.

Abrí mis ojos asustado y vi el fuego que deje hacía unas cuantas horas ardiendo con normalidad, alguien estaba ahí no podía equivocarme, el fuego con ese frío no podía durar tanto. No era tan tarde aún, podía ver el rastro del poco sol que había, destiñendo su color lentamente.

—Creí que no ibas a despertar...—Escuché detrás de mí.

Me pare de inmediato asustado, agarre por inercia la tetera vacía que sonó bruscamente cuando se calló la tapa, me di vueltas para ver de quien se trataba. Me fue inevitable no sentirme en peligro.

Para Cuando Me Olvides [En Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora