Capítulo 3

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Después de haber pasado una hora con María, Víctor, Carlos y Alberto en una de las terrazas de la Plaza Mayor, me voy a casa.

Dejo mis cosas en la habitación y me hago algo para comer. De repente me suena el móvil. Me doy cuenta de que no lo saqué del bolso y voy corriendo a la habitación para cogerlo.

Es un número que no conozco, pero lo cojo por si acaso es alguien de las prácticas.

- ¿Diga? -pregunto.

- ¿Daniela?

- Si, soy yo. ¿Quién eres?

- Soy Marcos.

¿Marcos? ¿Pero cómo ha conseguido mi número?

- Hola Marcos, ¿qué tal?

- Bien. Quería preguntarte que si quieres que mañana pase yo a recogerte.

- Como tu quieras, aunque igual tienes que desviarte un poco.

- No importa, tengo que pasar a hacer unas cosas en el centro antes de ir a entrenar.

- Ah bueno, pues entonces genial. ¿Te acuerdas más o menos de donde vivo?

- No mucho, la verdad.

- Te mando la dirección por whatsapp.

- Bueno pues... hasta mañana.

- Hasta mañana -se me escapa una sonrisa- Oye Marcos -digo antes de que cuelgue.

- Dime.

- Gracias, de verdad. Espero aprenderme pronto el camino y que me traigan el coche de Oviedo -río.

- Tranquila, no me importa llevarte, de verdad.

- Bueno, ahora si. Adiós Marcos, hasta mañana.

- Hasta mañana Daniela, que descanses.

Cuelgo. Después de avisar a Alberto de que mañana no pase a recogerme, poso el móvil en la mesita y me dejo caer en la cama.

Al día siguiente

Después de darme una ducha y desayunar, voy a secarme el pelo.

Me visto, me echo colonia... Tengo que causarle buena impresión a Marcos.

Es un chico adorable, guapo. ¡Es que es un amor!

Me llega un whatsapp.

Marcos
Buenos días ☀️
Ya estoy abajo

Yo
Genial 😊
Ahora mismo bajo

Guardo el móvil y bajo.

- Hola -digo mientras cierro la puerta- Buenos días.

Me giro para mirarle.

- Hola -sonríe.

Nos quedamos mirándonos. Noto que Marcos se está acercando a mi, pero no puedo moverme. Su respiración choca con la mía, nuestras narices se rozan y nuestros labios están a escasos milímetros.

Posa sus labios sobre los míos. Me besa. Nunca me habían dado un beso así, tan delicado. Es tan bonito.

Nos separamos un par de segundos después. Él arranca y yo miro por la ventanilla. Vale, esto es un poco incómodo.

En Valdebebas

Marcos aparca y nos bajamos. Vamos hacia la entrada y nos cruzamos con Ramos.

- Vaya, buenos días chicos -nos dice un poco extrañado de vernos juntos.

- Buenos días capi -dice Marcos.

- ¿Qué tal llevas las practicas Daniela?

- Pues de momento no puedo quejarme, la verdad.

- Pues espero que sigas así, y si cuando las acabes te ofrecen quedarte a trabajar con nosotros mejor, ¿no Marcos?

Marcos me mira y asiente. 

- Bueno, em... yo... tengo que irme -digo un poco nerviosa- adiós.

Cuando llego al vestuario, María está ahí.

- Buenos días Dani, ¿y esa cara que traes?

- Ayer por la tarde me llamó Marcos para pasar hoy a por mi y traerme.

- ¿Le habías dado tu número?

- No, y no sé como lo ha conseguido.

Se ríe.

- Si si, tu ríete. Pero eso no es todo.

- ¿Cómo que no es todo? ¿Qué más ha pasado?

Me siento.

- Me ha besado.

- ¿Te ha besado? LO SABÍA. Sabía que le gustabas.

Se sienta a mi lado.

- Pero a ver, ¿el chaval a ti te gusta? -pregunta.

- Puede que un poquito si. Desde que llegué se ha portado genial conmigo, que os portasteis genial todos, pero el fue algo diferente. Es tan adorable.

- Pues ya está chica, aprovecha.

-  No puedo -agacho la cabeza.

- Ey, ¿y eso por qué?

- Voy a estar aquí un par de meses.

- Pues aprovechalos al máximo.

- Pero, ¿y si me enamoro que hago cuando vuelva a Oviedo?

- Bueno, tu no pienses ya en irte que acabas de llegar.

Nos cambiamos y salimos.

- Que tardonas sois -dice Víctor.

- Ay callate, estábamos hablando de cosas de mujeres -responde María.

Madness (Marcos Llorente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora