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dani_alonso el chiquitín ya está con mamá
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¡Mi coche! ¡Me han traído mi coche!
No os podéis imaginar lo contenta que estoy, y la verdad es que necesitaba algo que me levantara la moral. Cuando Marcos vino ayer a traerme el pase para el partido le noté muy raro, e incluso un poco distante.
Pero bueno, centrémonos en que tengo mi coche, y que me lo ha traído mi hermano. Mateo y yo somos como uña y carne. Es un año más mayor que yo, aunque nosotros siempre dijimos que éramos mellizos.
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mateo_alonso Ya te echaba de menos @dani_alonso (Una ubicación muy top, lo se) #VisitaExprés #Madrid
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Me visto así para el partido.
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- Está bien, me rindo. Te llevo. Pero venga, coge tus cosas que yo luego me voy al Bernabeu al partido.
- Vale vale, ya voy.
Un par de minutos después, estamos en mi coche. Mi hermano pone música y suena Besos en guerra de Morat ft. Juanes. Desde que salió esta semana no puedo parar de escucharla.
Después de dejar a mi hermano en Atocha, me voy al Bernabeu. Aparco y voy hacia la puerta que pone el pase. Cuando ya estoy dentro, llamo a María.
- Hola Dani, ¿ya has llegado? -pregunta.
- Si, acabo de entra.
- Vale, ahora mismo voy a buscarte.
Poco después, aparece María.
- Como ya estás aquí, voy a hacerte un mini tour por la zona de los vestuarios y donde podrías trabajar si te ofrecen quedarte -rie- Ven, sígueme.
Caminamos por los pasillos. Por lo que me ha contado María, los jugadores ya están aquí. Abre una puerta.
- Y aquí es donde podrías trabajar -dice encendiendo la luz.
Pasamos unos minutos ahí dentro y luego salimos.
- Creo que voy a buscar a Zidane para darle otra vez las gracias -digo mirando a María.
- Se las tendrías que dar a Marcos, que lo ha conseguido él.
- También es verdad... -pero no puedo seguir, algo que veo me interrumpe.
Veo a Marcos hablando con una chica.
- Patri, pues claro que te quiero. Yo también te he echado de menos -dice Marcos apartándole el pelo de la cara a esa chica.
- Yo también te quiero -la chica sonríe.
Vale, creo que no quiero seguir viendo esto. Empiezo a caminar hacia al pasillo por donde vinimos.
- Pero Daniela, ¿dónde vas? -me pregunta María justo cuando paso al lado de Marcos y esa chica.
Me giro.
- Al coche, se me olvidó una cosa. Ahora mismo vuelvo -digo.
Me giro para continuar mi camino y es entonces cuando escucho una voz que ahora mismo no quería escuchar.
- Vaya Daniela, hola -dice Marcos.
Decido ignorarlo e ir a mi coche.
"Lo que me faltaba, es que lo que me faltaba. ¿Por qué te hiciste ilusiones Daniela? ¿Eres idiota?" pienso.
Cuando abro la puerta de mi coche y me siento en él, barajo la posibilidad de irme.
- ¿Qué pasaría después de que me besara por la mañana para que llegara así por la tarde, y ahora esté con esa chica? Cada día entiendo menos a los chicos -digo en voz baja.
Antes de salir le doy un golpe al volante y cierro el coche.
Cuando entro voy... vale, no se a donde voy. Creo que me he perdido.
Saco el móvil para llamar a María, pero choco con alguien.
- Vaya, Dani y Dani se chocan -se ríe.
- Ay Ceballos, que tonto puedes llegar a ser.
- Eso lo piensas ahora y solo me conocer desde hace una semana, pero ya verás cuando pase más tiempo.
- ¿Tengo que asustarme? -pregunto.
- Puede -se ríe y me contagia la risa- Me alegro de que vinieras.
- Más me alegro yo, que es la primera vez que entro. Por cierto, ¿me llevas a donde está María? Creo que me he perdido.
Suelta una carcajada.
- Anda, vamos.
Pasa un brazo por encima de mis hombros.
Llegamos a donde estaba antes con María. Por suerte, Marcos y... su chica, ya no están.
- Bueno, mucha suerte en el partido.
- Gracias -sonríe y se gira para entrar en el vestuario- ¿Sabes qué? -se gira y se acerca a mi- No se si tienes algo con Marcos, pero ahora mismo no me importa -me aparta un poco de pelo de la cara y me lo pone detrás de la oreja- No me mates por lo que voy a hacer ahora mismo, por favor -me besa.
Inconscientemente pongo mis manos en su cuello y poco después noto como él pone las suyas en mi cintura. Nos separamos por falta de aire. Apoya su frente sobre la mía y sonríe.
- Me da igual el resultado del partido, yo ya estoy feliz para el resto del día -dice acariciándome de nuevo la mejilla y se va al vestuario.
