¿Qué pasaría si toda la tercera generación viaja a la segunda? Y más concretamente al año 1996, en el quinto año de nuestros protagonistas. ¿Evitarán muertes? ¿Cambiarán pensamientos?
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Cuando la rubia se hubo sentado, dos encapuchados avanzaron hacia la tarima para presentarse. Al momento de quitarse las capuchas, todos pudieron ver a dos gemelas pelirrojas, una de ojos azules y la otra con los ojos marrones.
—Hola pasado —dijeron las chicas a la vez.
—Me llamo Lucille Weasley —comenzó la de ojos azules.
—Y yo soy Molls, somos gemelas aunque no nos parecemos en nada —siguió la otra gemela.
—Nuestros padres son Percival y Audrey Weasley.
—¿PERCY SE CASÓ? —gritaron todos sus hermanos sorprendidos.
—Pues sí, nosotras somos la prueba —se rió Molls.
Percy se giró hacia Audrey, una chica rubia que trabajaba con él en el ministerio. Ambos se veían igual de sorprendidos por saber que estarían juntos en el futuro, aunque se sonrieron tímidos.
—Bueno, continuando con nuestra presentación, yo pertenezco a la casa de Ravenclaw, voy a séptimo curso y soy prefecta y premio anual —dijo Lucy.
—Digna hija de Perce —comentó Fred riendo.
—Desde luego, hermanito —le siguió el juego George, ganándose una mala mirada de su hermano mayor y risas del resto.
—Yo soy una orgullosa leona, también voy a séptimo pero no soy nada de esas tonterías de prefecta perfecta como mi hermana —los gemelos se rieron, esa chica les caía bien—. Me encantan las bromas y a veces ayudo a Fred y a James con alguna. También juego al Quidditch como golpeadora.
—Eso es todo de nosotras. ¿Preguntas? —dijeron a la vez.
—¿Quiénes son Fred y James? —preguntó Molly mirando mal al gemelo mayor, que se encogió en su asiento.
—Los conoceréis después —dijo Lucy.
—¿Tenéis novio? —les preguntó Audrey curiosa.
—Sí —dijo una sonriente Lucy.
—Se presentarán después —contestó su hermana.
—¿Y vuestros padrinos? —preguntó Bill.
—Los míos son Oliver Wood y Jen Mills —dijo Molly.
—Y los míos tío Bill y tía Ginny —dijo Lucy, sonriendo a los aludidos, que agradecieron a los futuros padres.
—Si eso es todo nos retiramos.
Dicho esto, ambas gemelas bajaron de la tarima y se acercaron a abrazar a toda su familia, tardando más cuando llegaba el turno de su abuelo, todos lo querían mucho y les dolía mucho su pérdida.
