Capítulo XIX

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-¿¡Mamen ha muerto¡?- dice Sandra asustada.
-Venga, deja de fingir, te da igual, ¿no es así?- le contesta Laura con descaro.

La asesina va en dirección de Alejandra.
Le quita la venda de los ojos.
La aún atada, mira a la otra pidiendo piedad.

-Jajajaja, que graciosa eres- se ríe Laura- Me mira como si la fuera ha dejar escapar- dice dirigiéndose a los demás.

La encapuchada desata una mano a Alejandra, que niega con la cabeza, y la otra asiente sonriente.

La asesina empieza a tararear una canción, saca su pistola, abre el tambor, de su bolsillo saca una bala y la mete dentro del revólver.
De un movimiento carga el arma y se la da a la prisionera.

-No...- solloza Alejandra
-Si y punto- sigue Laura- ¡Coge el puñetero revólver, gira el maldito tambor y disparate de una vez en la pierna!

Alejandra comienza a llorar, prepara la pistola, se apunta al muslo y aprieta el gatillo.

Alejandra empieza a gritar desgarradoramente. Sangre brota de su pierna como si de un vaso de agua a rebosar se tratara.

Laura se empieza a reír con una risa que hiela la sangre.
Se siente bien al ver como la otra chavala grita de dolor y desesperación.

Todos los demás empiezan a gritar de pánico. Están desesperados, ya no saben que hacer para salir de aquella condena, que les ha tocado vivir.
Estar con los ojos vendados, no ver nada y escuchar disparos, gritos y sollozos, es muy angustiante para ellos.

Alejandra sigue gritando después de cinco minutos y la asesina mira la herida, como si fuera su obra maestra.

Todos los demás están llorando o sollozando.

La encapuchada saca su cuchillo y se acerca lentamente y sonriendo hacia la chica herida.

-Para de llorar- dice Laura pasando el cuchillo por la cara quitándole una lágrima.
-Pero, ¿por qué? ¿Qué te hice?- pregunta desesperada Alejandra.
-Te lo contaré con mucho gusto. Sara, Paula y tú, erais muy amigas, ¿verdad? Yo también era muy amiga de Paula y Sara, o eso creía, ya que resulta que no. Vosotras planeabais quedar todos los días, y a mí, no me decíais nada. Me utilizabais en todo. Me humillabais. Nunca me esperabais. Yo siempre estaba ahí, ¿y vosotras? ¿¡Dónde coño estabais!?¡Eh!

Alejandra se quedó callada, había dejado de llorar, y miraba con ojos llorosos a Laura.

-Perdón- dice la atada con voz temblorosa.
-¿Perdón? ¿¡Perdón?! ¿Cómo te atreves a decirme esto ahora?- dice la asesina.

Todos estaban callados escuchando esta escena, sin saber muy bien qué estaba ocurriendo.

La encapuchada se acercó a Alejandra. Se puso detrás suya, levantó su cuello, e hizo un profundo corte en él.
Acto seguido la muchacha murió.

Laura se alejó y empezó a reír.

Se escuchaba la sangre salir a borbotones.

-¿A muerto?- preguntó Alejandro

La respuesta de la asesina, fue una risa aún más fuerte y macabra

***

Siento la tardanza. Me habían castigado sin móvil, y no podía cogerlo. Y además he tenido problemas familiares, y bueno pues entre unas cosas y otras no he podido subir capítulo.

Espero que os guste, bye!

Mi VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora