Mi Venganza

Capítulo XXII

En la puerta está la asesina.

Tiene un cuchillo en la mano derecha.

El otro brazo está estirado, tiene una tela puesta en el brazo, la tela está llena de sangre del disparo que la asesina ha recibido.

Los chicos la miran con miedo.

Laura mira a todos y se empieza a reír.

-¡Vosotros!¡Vosotros me estáis mirando con el mismo miedo que yo tenía al miraros!¡El mismo!- grita la encapuchada.

Ella se adentra a la habitación, y les mira con desprecio y asco.

-¿Os gustan los perros?-pregunta Laura con una sonrisita.

-¿Qué?- dice Sandra sorprendida.

-¿Qué si nos gustan los perros?-continúa Alejandro.

-¿A qué viene eso?- sigue Víctor nervioso.

-No, por nada- responde la asesina riéndose.

Laura saca un silbato y da tres pitos.

-¿Por qué has hecho eso?- pregunta Víctor muy nervioso.
-Eh, ¿qué has hecho?- dice Sandra.

La encapuchada responde riéndose.

Los chicos se asustan cada vez más, no saben que es lo que les espera.

***

En la parte baja del edificio, unos perros están en un cuarto.

Al escuchar el silbato, uno se levanta y sale por una trampilla.

Se dirige corriendo al cuarto de los chicos en total silencio.

***

De pronto un perro se asoma por la puerta y se coloca al lado de Laura.

-¡Un perro!- grita Sandra.
-Más concretamente un dóberman-dice la asesina seria.

Lidia se intenta levantar, pero el perro empieza a gruñir.

-Vale, -dice la encapuchada mirando a Lidia- cuando mi amigo ladre, todos sus amigos vendrán a ayudar a haceros un "poco" de daño.

-¿¡Un poco!?-pregunta exhausta Sandra.

Víctor le pega un codazo y la chica se calla.

Laura se mete la mano en el bolsillo y saca un objeto pequeño.

-Esto es un clicker- explica la asesina- cuando yo lo aprete, y haga "click", él ladrará y ya sabéis que pasará después.

Ella vuelve a reír.

Todos se quedan en silencio.

"Click"

El perro ladra varias veces.

-Buen chico- dice Laura mirando al dóberman.

Los chicos se ponen muy nerviosos.

***

La puerta de la habitación de los perros se abre de par en par.

Todos salen corriendo y ladrando, giran un esquina, y suben las escaleras.

***

Los chicos, se ponen de pie, asustados.

Se apiñan y empiezan a gritar, sin poder huir porque el dóberman estaba en la puerta.

Se escuchan ladridos y el sonido de las garras al chocar contra el suelo al correr de los perros.

Una manada de cinco perros entran en el cuarto.

Laura vuelve a dar al clicker y los perros se lanzan a por los chicos.

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