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Capitulo 5

Todos estaban quietos en la cocina, sin saber que hacer.
-Erick esta herido! Gritó Richard al cura.
-Te dejaría ayudar a tu amigo, pero como se que esa cosa no está dentro de ti?
-Por favor! Dijo Joel. Se esta muriendo.
-Esta bien, pero solo uno puede ayudarle.
-Yo le ayudo. Dijo Christopher acercándose a su amigo.
Esté estaba tirado en el suelo, junto a un charco de sangre.
Le tomó el pulso y suspiro de alivio.
-Esta vivo.
Observo a su amigo y vio que la bala le había dado en el hombro derecho.
-Que alguien me pase un trozo de tela para hacerle un torniquete.
-No será mejor quitarle primero la bala? Dijo Zabdiel.
Entonces Christopher cogió unas pinzas para las cejas y comenzó a buscar la bala en la herida.
De pronto, Erick soltó un gemido de dolor.
Christopher miró a su amigo y vio que tenía los ojos abiertos.
-Erick!
Por un momento, pensó que todavía era aquel demonio, pero vio algo en la mirada de su amigo que le tranquilizó; volvía a tener los ojos verdes.
-Christopher, que ha pasado? No me encuentro bien.
-Tranquilo Erick, todo va a salir bien. Ahora voy a hacerte un poco de daño, pero quiero que resistas. De acuerdo?
Erick afirmó con la cabeza mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.
Mientras que Christopher intentaba quitarle la bala a Erick del hombro, los demás estaban observando sin moverse.
-Ya esta. Dijo al final.
Dejo la bala en el suelo y con un trapo de cocina le hizo un torniquete a su amigo.
-Gracias. Dijo Erick apoyándose en el hombro de su amigo.

El cura se levantó y comenzó a mirar uno a uno a los chicos.
-Parece que el demonio no esta en ninguno de vosotros. Dijo al terminar con Zabdiel.
-Y que podemos hacer para que nos deje en paz?
-No podéis hacer nada, si un demonio quiere una cosa, no va a parar hasta conseguirla.
-Y que es lo que quiere? Dijo Richard.
-Un alma. Y no se irá sin ella, eso os lo puedo asegurar.

Eran las ocho de la tarde cuando el cura abandonó la casa. Había estado todo el día revisando la casa en busca de actividad paranormal, pero no encontró nada. Parecía que ese demonio ya no estaba en la casa.
Richard, que estaba sentado en el sofá se levantó y dijo:
-Mañana por la mañana volvemos a casa.
Todos estuvieron de acuerdo con su amigo.

Zabdiel estaba en su cama cuando Richard se sentó a su lado.
-Zabdiel...
-Lo siento mucho.
-Que ocurre Richard?
-Esta mañana, cuando Erick estaba a punto de asfixiante... No hice nada.
-Richard, Erick te había lanzado por los aires y habías caído contra la mesa de la cocina, es normal que no pudieses hacer nada.
-Bien, eso mejor que no se lo contemos nunca a Erick. Dijo Richard riéndose.
-Trato echo.

Joel estaba poniéndose el pijama mientras que Erick me metía en la cama.
"Es ahora o nunca" se dijo a si mismo.
Fue hacía donde su amigo y se sentó en la cama.
-Te pasa algo? Dijo Erick al ver que Joel se había sentado en su cama.
-Puedo hacerte una pregunta?
-Si claro.
-Te acuerdas de algo? Quiero decir, de cuando "Eso" estaba dentro de ti.
-No, no me acuerdo de nada.
-Ah.
Al ver que Joel agachaba la cabeza dijo:
-Joel, que te ocurre?
-Quería hacerte otra pregunta. A ti... que tipo de chica te gusta?
Esa pregunta hizo que Erick se sobresaltara.
-Porque me preguntas eso?
-Bueno.. Porque pensaba que te gustaba Verónica.
-Verónica es un demonio Joel, no una mujer.
-Si, porsupuesto.
-Joel?
-Estoy enamorado de ti Erick. Dijo de pronto.
Erick se quedo helado.
-Ya esta, ya lo he dicho. Ahora si prefieres alejarte de mi lo entenderé.
-Pero que dices? Dijo Erick levantándose de la cama.
-Lo siento Erick. Dijo Joel a punto de llorar.
Derrepente, su amigo se abalanzó hacía el y le beso.
Fue un beso tierno, dulce y lleno de amor.
-Que..? Dijo Joel sorprendido.
-Yo también estoy enamorado de ti Joel, desde hace un año.
De la alegría, Joel empezó a llorar como un bebe.
-No llores. Dijo Erick riéndose y abrazando a lo que ahora era "Su pareja".
-Te quiero. Dijo Joel entré sollozos.
-Yo también te quiero.
Entonces la puerta del dormitorio se abrió y Richard, Christopher y Zabdiel aparecieron aplaudiendo.
-QUE VIVAN LOS NOVIOS! Gritaba Zabdiel mientras sonreía.
Erick, rojo como un tomate se escindió debajo de las sábanas.
-No no. Dijo Christopher.
Fue donde su amigo y le agarró de los pies arrastrándolo fuera de la cama.
-Ya era hora! Dijo Richard abrazando a Joel. Te dije que lo conseguirías.
Después de unas horas de alegría, cada uno se fue a dormir.

Christopher estaba dormido cuando sintió que alguien le llamaba.
Abrió los ojos y miro su reloj, eran las dos y media de la mañana.
Al ver que sus dos amigos estaban dormidos, volvió a tumbarse.
Christopher.
Otra vez.
Se levantó de la cama y fue al dormitorio de Joel y Erick.
Sus dos amigos estaban dormidos.
Christopher, aquí abajo.
Enseguida supo de donde provenía aquella extraña voz.
De la caja.
Está estaba debajo de la cama de Erick, junto a su maleta.
Se agacho y cogió la caja con cuidado de no despertar a sus amigos.
Bajo al salón y puso la caja encima de la mesa.
Iba a abrirla cuando escucho que alguien bajaba por las escaleras.
-Christopher? Que haces ahí?
-Richard. Nada, no podía dormir así que he bajado aquí a pensar. Dijo escondiendo la caja bajo la mesa.
-Si, y no te culpo. Estos últimos días han sido una locura.
-Al menos hemos sacado algo de provecho, Erick y Joel están saliendo!!
-Si, ambos se merecen al otro. Hacen una pareja perfecta. Dijo Richard sonriendo.
Zabdiel bajo a beber un baso de agua.
-Que hacéis los dos ahí a oscuras? Dijo junto a un bostezo.
-Solo estábamos hablando. Dijo Christopher.
-De que?
-Pues ahora mismo estábamos hablando de la buena pareja que hacen Joel y Erick.
-Si, esa pareja es lo mejor que nos a ocurrido desde que hemos llegado.
-Si.
-Bueno, yo me voy a dormir. Dijo Christopher olvidándose de la caja.
-Yo también. Dijo Richard.
-Yo subo ahora, voy a beber un baso de agua.

Una vez solo en el piso de abajo, Zabdiel sacó un baso y abrió la nevera para sacar un poco de agua fría.
De pronto, escuchó una voz que decía su nombre.
Zabdiel.
-Richard? Christopher?
Pero sus amigos ya estaban dormidos.
-Vale Zabdiel, a sido una imaginación tuya. Se dijo a si mismo.
Pero entonces aquella voz se volvió a escuchar.
Zabdiel, aquí abajo.
Se dio cuenta que venía del salón, así que fue a ver que era.
Bajo la mesa Zabdiel.
Esté, se agachó debajo de la mesa y se encontró con la caja de Erick.
-Que diablos hace esto aquí? Dijo sacando la caja de debajo de la mesa.
Ábreme.
Sin saber porque, se sentó en el sofá y abrió la caja.