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Capitulo 7

Después de andar durante dos horas, encontraron la carretera.
-Por fin! Dijo Joel.
-Vamos chicos, hay que buscar ayuda. Dijo Richard.
-Yo no puedo mas, necesito descansar.
-Estoy con Erick, mis pies me están matando. Dijo Christopher sentándose en el suelo.
-Esta bien, descansamos diez minutos y después seguimos.

Todos se sentaron en el suelo haciendo un círculo.
-Chicos.. Dijo Zabdiel. Si os he echo daño, lo siento mucho.
-No eras tu Zabdiel, no tienes porque disculparte.
-Ya estoy harto! Dijo Richard poniéndose en pie. Primero Esa hija de puta se mete dentro de Erick y hace que casi muera, y ahora ha hecho lo mismo con Zabdiel y casi consigue que mate a Christopher. Esto tenemos que pararlo ya!
-Richard, tienes algo en mente?
-Hay que entrar en una iglesia.
-Estamos en medio de la nada Richard! Como quieres que vayamos a una iglesia?
-Hay que andar.

Estaban caminando por la carretera cuando Joel miró a Zabdiel.
-No te sientas mal Zabdiel, tu no as echo nada.
-Ya lo se, pero no se que hubiese pasado si "Eso" no hubiese salido de mi en ese momento.
-Seguramente hubieses asfixiado a Christopher.
-Gracias Joel.
-Perdona. 😓
-Chicos!! Dijo Richard. Por ahí viene un auto.
Todos se asomaron a ver. Era una caravana enorme.
Se quedaron quietos y comenzaron a llamar la atención al conductor.
Cuando la caravana ya estaba cerca de ellos, giro a izquierda y paro.
-Menos mal. dijo Christopher.
Fueron hacía la caravana poco a poco. Entonces la puerta se abrió.
-Necesitáis ayuda? Dijo un hombre de unos 40 años.
-Si. Dijo Christopher. Necesitamos que nos lleven a algún pueblo cercano.
-Bueno, yo en este momento me dirigía hacia las montañas, pero si queréis os puedo dejar en una gasolinera.
-Si por favor. Dijo Joel.
-Muy bien, subid.
Uno a uno fueron subiendo a la caravana.
-Que os ha pasado? Estáis hechos un desastre.
-Hemos tenido un accidente con nuestro auto. Dijo Richard.
-Estáis bien? Tenéis sangre en las camisas.
-Si, no se preocupe.
-Muy bien, entonces os dejaré en la gasolinera mas cercana, espero que encontréis a alguien que os pueda llevar.
Se sentó en su asiento, y arrancó la caravana.
-Aquí pone que la gasolinera mas cercana esta a media hora, si queréis os podéis dormir, yo os aviso.
Sin decir nada, Richard, Joel y Christopher fueron a dormir en una de las camas que había.
-Te encuentras bien? Dijo Erick sentándose al lado de Zabdiel.
-Tu recuerdas algo? De cuando "Eso" estaba dentro de ti.
-No, tu si?
-Un poco, solo al principio. Recuerdo cuando por la mañana estuve hablando contigo y con Richard, cuando habíais encontrado ese trozo de espejo.
-Ya no eras tu, verdad?
-Lo era, pero "Eso" ya estaba dentro de mi.
-Zabdiel, tienes idea de como pudo entrar?
-No, no tengo idea.
-Hay algo que se nos escapa.
-Si.

Media hora después, el hombre les avisó de que habían llegado a la gasolinera.
-Muchas gracias señor. Dijo Christopher estrechándole la mano.
-No hay de que chicos, por cierto, tened mucho cuidado en que auto os subis, hay gente peligrosa.
-Gracias.
Una vez la caravana fuera de vista, los chicos entraron en el bar de carretera.
Se sentaron en una de las mesas y enseguida les atendió una camarera.
-Bienvenidos al "Bar 666", en que puedo ayudarles?
-Perdona, como se llama el bar? Dijo Zabdiel.
-666.
Todos se miraron unos a otros.
-Pasa algo? Dijo la camarera.
-No. Dijo Richard. Miro a sus amigos. Queríamos cinco Coca-colas.
-Muy bien. Por cierto, que hacen unos chicos tan jóvenes solos por estas carreteras?
-Estamos de viaje. Dijo Erick.
-Que alucinante! Enseguida vuelvo con las Coca-colas.
Al irse la camarera, Richard fue el primero en hablar.
-El bar 666? Esto debe de ser una broma.
-Richard no te preocupes, solo es un nombre.
-Yo voy al baño. Dijo Zabdiel.
-Yo también. Dijo Joel.
Al irse sus dos amigos al servicio, Erick dijo:
-Antes he estado hablando con Zabdiel, esta muy mal por lo que te hizo Christopher.
-Ya le dije que él no tenía la culpa! No tiene porque preocuparse, jamás me enfadaría con el.
-Si Christopher. Dijo Richard. Pero todos sabemos como es Zabdiel, cuando hace algo mal se puede quedar días arrepintiéndose.
-Es un cabezón sensible.