Capitulo 8

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Nada mas abrir la caja, una sombra negra rodeo a Joel.
-Joel! Gritaba Erick desesperado.
De pronto, vieron que algo corría hacía el.
-Es Richard! Dijo Christopher.
Richard iba corriendo donde su amigo mientras este estaba rodeado de una especie de sombra negra.
Antes de que pudiera alcanzarle, la sombra desapareció haciendo que Joel cayera al suelo inconsciente.
Richard llegó a su lado y lo cogió en brazos.
Miro hacía arriba, donde los demás estaban golpeando el cristal. Entonces, con Joel en brazos, fue donde sus amigos.
Al entrar en el dormitorio, fue Erick el primero en abrir.
-Joel. Dijo abrazándole.
-Esta dentro de él? Preguntó Zabdiel.
Lo único que hizo Richard, fue asentir con la cabeza.
-Solo se puede hacer una cosa. Dijo Christopher.
Agarró un trozo de cuerda, y ató a Joel de pies y manos.
-Que haces? Dijo Erick enfadado.
-Vamos a llevarlo a una iglesia, allí sabrán como matar a eso.
-Si! Ese era el plan, pero aun seguimos sin saber como llegar a una.
-Pues habrá que hacer autostop.

Todos salieron a la carretera y se pusieron ha hacer autostop.
Una hora después, un auto paro a su lado.
-Os llevo?
Era una mujer, de unos cincuenta años.
-Necesitamos llegar al pueblo mas cercano. Dijo Zabdiel. Usted podría llevarnos?
-Si claro! Por cierto, cuantos sois?
-Cinco.
-Vaya, uno de vosotros va a tener que ir encima de otro.
-No importa, uno de nuestros amigos no se encuentra muy bien. Dijo Richard.
La señora asomó la cabeza y vio a Joel atado en el suelo.
-Que le ocurre?
-Esta enfermo, necesita un médico, nada mas.
-Es contagioso?
-No señora. Dijo Richard.
-Bien, montad.
Christopher se puso al lado de la señora y los demás en la parte trasera del auto.
Habían puesto a Joel encima de Richard.

Eran las seis de la tarde, y aún no habían llegado.
Erick se acercó a Zabdiel y le dijo al oído:
-Llevamos tres horas de aquí dentro, cuando vamos a llegar?
-Yo creo que esta señora no tiene idea de adonde estamos yendo.
-Tu crees?
-Lo que creo es que le gusta Christopher y por eso esta alargando el viaje. Dijo Zabdiel riéndose.
Richard, que había escuchado toda la conversación, comenzó a reírse también.
De pronto, la señora empezó a escupir sangre.
-Que cojones..? Dijo Christopher apartándose.
La señora, piso el freno y comenzó a vomitar sangre manchando el auto entero.
-Señora, esta bien? Dijo Christopher al ver que esta se había quedado quieta con la cabeza en el volante.
-Esta.. Muerta? Dijo Erick.
Christopher se acercó a la señora y la tomó el pulso.
-Esta muerta.
-Que ha pasado?! Dijo Zabdiel histérico.
-No lo se, derrepente ha comenzado a vomitar sangre.
Entonces Richard miró a Joel.
-Creéis que a sido.. Ella?
-Seguramente. Dijo Christopher saliendo del auto.
-A donde vas?
-Vamos a llegar a ese pueblo, con o sin señora.
Cogió a la señora y la metió en el maletero.
-Christopher! Que haces?
-Nos vamos.
-Ya veras como nos pare la policía.

Una hora después, llegaron a un pueblo.
-Bien, ahora solo hay que encontrar una iglesia. Dijo Zabdiel mirando por la ventana.
-Podemos parar? Dijo Erick. Tengo que ir al baño.
-Yo también. Dijo Richard.
Pararon en un restaurante y mientras Erick y Richard iban al servicio, Zabdiel fue a pedir algo para comer.
Al quedarse solo con Joel, Christopher estaba muy nervioso.
-Por favor, no te despiertes ahora.
De pronto, Joel movió los párpados.
-Joel?
Estaba observando a su amigo por si volvía a mover los párpados, cuando alguien golpeo la ventanilla del auto.
Era Zabdiel, con una gran bolsa llena de sandwich.
Entró en el auto y le dio un sandwich a su amigo.
-Gracias Zabdiel.
-Que hacías mirando fijamente a Joel?
-No lo se, pero creo que ha movido los párpados.
-Tu crees?
-Si.
-Bien, hay que ir a una iglesia lo antes posible.

Una vez ya todos dentro del auto, Erick dijo:
-Espero que no le de a nadie por mirar dentro del auto. Realmente esta muy lleno de sangre.
-Si, y es peor como nos miren el maletero.
Entonces Richard comenzó a reírse.
-De que te ríes? Dijo Christopher sonriendo.
-De que queríamos irnos de escapada rural para estar tranquilos unas semanas, y hemos acabado en un pueblo desconocido, con el coche lleno de sangre, una señora muerta en el maletero y con uno de nosotros poseído por una niña psicópata que intenta llevarse el alma de uno de nosotros.
Todos se quedaron callados.
-Que vacaciones mas completas. Dijo Erick.
Entonces todos comenzaron a reírse.

Estuvieron dando una vuelta por el pueblo buscando una iglesia.
Resultó que el pueblo era enorme.
Entonces Richard tuvo la idea de preguntar a una señora mayor por la iglesia y esta le dijo que habían dos, una en el centro, y otra en las afueras, pero que esa estaba abandonada.
Decidieron ir a la del centro, allí abrían curas que podrían ayudarles.

Cuando llegaron, ya eran las nueve de la noche, así que estaba vacía.
Salieron del auto y llamaron a la puerta.
Entonces, un cura les abrió la puerta.
-Bienvenidos a la casa del señor, en que puedo ayudaros?
-Nuestro amigo esta muy mal. Dijo Christopher.
El cura miro a Joel, que estaba en los brazos de Richard.
-Que le ocurre? Si tiene alguna enfermedad os sugiero que vayáis al hospital, aquí no hacemos milagros.
-No señor, nuestro amigo no tiene ninguna enfermedad. Dijo Christopher. Más bien esta.. Poseído.
Nada mas escuchar eso, el cura cambio la cara.
-Poseído? Eso es imposible, hace años que ha nadie le pasa.
-Tiene que ayudarnos. Dijo Zabdiel.
-Esta bien, entrad.

Al entrad en la iglesia, dejaron a Joel sobre el altar.
-Que va a hacerle? Dijo Erick.
-Primero asegurarme de que este realmente poseído.
-Y como va ha hacer eso? Pregunto Zabdiel.
Sin decir nada, el cura cogió un poco de sal y lo puso en todas las salidas de la iglesia, después se acercó a Joel y le abrió la boca.
-Cuando una persona es poseída, sus dientes tienden a cambiar de color. En este caso están marrones.
Todos se asomaron a ver los dientes de su amigo.
Y así era, donde hace nada eran blancos, ahora eran marrones.
-Impresionante. Dijo el cura.
Después cogió un poco de agua bendita.
-Yo que vosotros me alejaría, siempre que se echa agua bendita a un demonio, este suele enfadarse.
-Pero no se puede saltar verdad? Dijo Christopher.
-No, al menos no debería.

Una vez los chicos lejos de él, esté echó agua bendita a Joel haciéndole una cruz en la frente.
Todo estaba tranquilo, hasta que derrepente Joel abrió los ojos.
-Dios de mi vida. Dijo el cura.
-Hola don Alfonso. Dijo Joel sonriendo.
-Ve-verónica?
-La misma.
-La conoce? Dijo Richard saliendo de su escondite.
-Hola Richard, cuanto tiempo.
-Si. Dijo el cura. Lo que os esta ocurriendo ya ocurrió hace cincuenta años, a una mujer de treinta años.
-Como esta la mujer?
-Falleció.
-No. Dijo Erick saliendo de su escondite. A Joel no le va a pasar eso!
-Erick! Dijo Joel sonriendo. Te echaba de menos, y Joel también. -Voy a matarte. Dijo esté.
-Me gustaría que lo intentases.
Erick estaba yendo donde Joel cuando Christopher le agarró del brazo.
-No Erick, por favor.

De pronto, las luces de la iglesia se apagaron dejándolos a oscuras.

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