Baile en verano.

6.1K 992 1.2K
                                    

Draco podía sentir su mirada clavada en su nuca como un par de estacas, rogándole que volteara, que le mirara una sola vez, penetrándole profundamente y erizándole los vellos de todo el cuerpo, haciéndole temblar de manera casi imperceptible. Decidió ignorar sus miradas y sus reclamos silenciosos mientras compartía una copa con Severus quién, pese a todo pronóstico había asistido a la reunión, aunque la verdad parecía bastante incómodo. Tomó un sorbo de su licor, e intentó concentrarse en lo que su mentor le decía mientas aquella mirada volvía a penetrarle muy lentamente. Decidió que no podía quedarse más tiempo, que debía salir corriendo de ahí pero el anuncio de la boda aún no había sido dado y él no podía desaparecer así como así, las cortesías de la realeza se lo prohibían y él no podía desobedecer, no con tanta gente importante a su alrededor.

Las miradas se detuvieron un momento después, respiró aliviado, aun sabiendo que regresarían en cualquier momento, Potter era todo menos discreto y además era muy, muy insistente. Pero Draco era necio por naturaleza y no había flaqueado en su decisión de mantener una distancia saludable con él; no más escapadas nocturnas, pesara lo que pesara. Vio a su prometida charlar con algunos de sus amigos al fondo del salón donde la fiesta estaba desarrollándose, hermosa y elegante, demostrando lo magnifica que era. Cuando Lila se percató de su mirada le sonrió cariñosamente y él le correspondió para de inmediato volver a la charla con Severus quién seguía dándole la espalda a los Potter a propósito.

—Si aprietas más la mandíbula vas a terminar por quebrarte los dientes, Severus —le dijo claramente burlándose pero su tono de voz fue educado.

—Y si tú sigues tensándote ante la mirada del chico Potter no vas a poder mover ni un solo músculo en semanas. ¿Tienes problemas con él?

—Para nada, nos llevamos bastante bien a decir verdad.

—Pero han discutido.

—¿Qué te hace creer eso?

—La manera en que te mira, como si te debiera disculpas por algo.

—El idiota es demasiado obvio —le lamentó— pero todo está en orden, no tengo nada de que perdonarlo —miró a su mentor y sonrió.— Sonríe Severus, Lily Potter viene para acá —el pelinegro se tensó notablemente y Draco soltó una carcajada discreta, como todo un aristócrata — era broma hombre... —entonces se puso serio— es ella, la mujer de la que me hablaste hace tiempo.

—Tu madre estaría demasiado decepcionada de saber que te gustan los chismes de lavadero.

—Es muy hermosa y además muy amable, no te culpo de haberte enamorado de ella, además es inteligente y tiene un carácter fuerte, parecía perfecta para ti.

—Bueno, su hija ha heredado los mismos rasgos y aun así no has caído a sus pies.

—Yo quiero a Lila.

—Pero no la amas.

—No, no lo hago —admitió encogiéndose de hombros— pero tú mismo me lo dijiste, esto no se trata de amor, si no de beneficios y deber —Severus le sonrió condescendiente— oh... Lily Potter viene de camino.

—La segunda vez deja de ser gracioso —le rebatió negando.

—Buenas noches, Draco, Severus —Dijo la reina del reino del sol y Snape dio un pequeño saltito de sorpresa, tomado completamente desprevenido. —¿Todo en orden?

—Perfectamente, señora Potter —dijo el rubio sonriendo— ahora si me disculpa debo buscar a mi madre, le prometí que bailaría con ella esa pieza.

Caminó dejándolos solos, sabiendo que Severus le desollaría vivo nada más tuviera oportunidad, pero a él no le importó, era obvio que esos dos tenían cosas que arreglar y él no iba a ser un obstáculo. Se perdió entre la gente que bailaba, bebía, comía y platicaba, saludando a un par de políticos importantes hasta que encontró a sus padres junto a la duquesa Zabini y al conde Parkinson. Sus amigos, Blaise y Pansy charlaba tranquilamente mientras veían a la gente bailar y la música llenaba todo el ambiente, amenizándolo.

Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora