1: ¿esto es la realidad?

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Y ahí va, otra vez ese horripilante ruido. Abro mis ojos con pereza, lamente hacerlo, el sol en todo su esplendor se cola por la ventana. -Ufa- Forzosamente estiro mi mano y hago callar ese maldito despertador, ese chirrido es tan insoportable como los reclamos de mi madre por no ordenar mi habitación.
Que pereza dá ir al nuevo instituto, pero no me queda de otra que ir, así logro mis propósitos para el futuro.
Me levanto pesadamente, apenas abro los ojos para guiarme hasta el baño que se encuentra en el final del pasillo, voy desvistiéndome y me dirijo a la ducha. Luego de un relajante baño, me visto en mi habitación y voy hasta abajo.

En la cocina me encuentro con mamá, preparando unos deliciosos huevos revueltos. Mientras tomo asiento, entra papá con el periódico bajo el brazo.
—Buenos días, familia.
—Buenos días, hija.-Dice mamá mientras me dá un sonoro beso en la mejilla, luego deposita un poco de su maravilla -huevos revueltos con queso-  en mi plato.
—¿Qué hay, hija?-dice papá mientras dá un sorbo a su café.
—Uff,¿Otra vez moderno, papá? Me gusta que hables como adulto.
—Debería, pero no quiero. Y no me puedes obligar-Contesta mirándome sobre su Periódico con una ceja arqueada.
Pongo los ojos en blanco y me apresuro en comer rápido, dentro de diez minutos me marcho hacia el nuevo instituto.

Cuando termino, voy corriendo hacia el baño y me cepillo los dientes, paso por mi habitación y recojo mi mochila, bajo saltando cada escalón y me voy hacia la entrada de casa. Salgo despidiéndome a los gritos.

El instituto queda de mi casa alrededor de quince minutos caminando, en auto tarda menos, pero como papá tuvo que venderlo para pagar la nueva casa, debo ir a pié.
Hago un trote ligero, ya que estoy a cinco minutos demorada.

No me agrada ser la nueva, al ser de otro estado, me notaran como bicho raro. Aún pienso cómo papá pudo conseguir trabajo a otro estado.  Yo antes vivía en Turtle, un lugar tan árido. Y ahora me encuentro en Botsher, tan contrario a Turtle. 
La otra empresa no estaba tan mal, pero no me dicen el porqué de su "renuncia". Supuestamente este trabajo es mejor. -aunque sigue teniendo el mismo cargo que la anterior-   para mi hubiera sido mejor buscar otra empresa, que otro estado.  En fin, no entiendo nada.

Hace un frío que te cala hasta los huesos, no sé porqué no pensé en traer un gorro y guantes.
Desde lejos veo los grupos divididos de estudiantes -la típica-  me pregunto al cual me uniré, de seguro que sea con los fracasos antisociales. Soy tan carismática y amigable -sarcasmo- que no entiendo porqué no hablo con los "populares". Ok, no. Detesto a esos presumidos.

Apenas subo los escalones y siento las miradas sobre mi -qué tanto miran- ignoro eso, y me dirijo hacia dirección, a ver si me ubican en el salón correspondiente, no tengo ganas de guiarme con el estúpido itinerario , eso me hará retrasar a la clase. 
Recorro los pasillos hasta dirección y cuando veo la puerta, me acerco y golpeo tres veces.
Se escucha un –Adelante– y paso hacia adentro.

Allí se encuentra la directora, que si mal no recuerdo, se llama Claris Timbert. Le sonrió en forma de -permiso- y me acerco hacia una de las dos sillas que se encuentran frente a su escritorio.
—Hola, buenos días. Quisiera saber cuál es mi clase del día de hoy.
—Hola, Morgan. Creo haberte dado un itinerario cuando viniste con tus padres.–Me contesta sobre sus anteojos de marco lila.
—si–titubeo– Salí deprisa de mi casa y me lo olvide –miento– suelta algo parecido a un gruñido y se levanta de su asiento.
—Sigame, le acompaño hasta su clase, ¿Cuál le toca?– Pregunta mirándome desde arriba con cara de enfado. Al parecer le molesta mover su culo fofo.
–Clases de literatura.- contesto aguantandome una carcajada.
—Ok, levantese y sigame.

Me conduce hacia la segunda planta, el pasillo de lado derecho, hasta el quinto salón.
Golpea dos veces y pasa.
—Aquí traigo a Morgan Mirla, la nueva estudiante. Sean amigables.–Habla delante de la clase.  -Ja, mira quien habla-
Luego se marcha. Me quedo de pie, al lado del profesor de literatura con todas las miradas del lugar. -excelente-
—Muy bien, sientese. Llega justo para las presentaciones.

Encadenado A La Perdición.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora