6: Cretino.

16 2 0
                                    

-y bien, ¿qué es lo que esperas para contestar?-interroga una Rebeca ruidosa.

-¿Contestar qué?-digo pérdida en mis pensamientos.

¿Qué fue lo que ocurrió allí?, ¿por qué se habrá comportado de eso modo, tan extraño?
Bueno, problema mío no es. De tal manera, no tengo ganas de volver a cruzarlo, pasado pisado.

-¿¡Cómo llegaste ahí!?

-Por la entrada.

-No seas tonta, ¡dime ya! - pone los ojos en blanco. -Tuve que decirle a el de seguridad, que venía a limpiar una casa. Y me creyó, ¿sabes? Me sentí indignada, yo jamás limpiaría algo por voluntad propia. Pero meh, ¿qué hacías ahí?

-Ahm, nada. Estabamos bailando, se prendió el ambiente y me invitó a su casa, obvio, gustosa le dije que si, y bueno, el resto ya sabes...-suelto con burla.

- xksjsk.

-¿Qué fue eso? -pregunto preocupada. Quizás se atraganto con sus preguntas estúpidas.

-Nada, mi nueva risa pícara. Xlajks.

-¿En serio? Me sorprendes, ¿después con qué me vas a salir?

-Pero ya, hablando en serio, ¿qué pasó con el moreno buenorro?

-¿Acaso eres tonta o qué? Te he dicho que no me acuerdo de nada, te juro que hoy cuando me levanté, me lleve una gran sorpresa saber que no estaba en tu habitación ni en la mía.

-Oh, creí que me tomabas el pelo, siempre haces eso.

-Pues ya estás enterada. Solo recuerdo nuestra llegada y cuando buscamos a Sebastian para saludarlo, pero creo que no lo encontramos.

-No, después de eso nos fuimos a la barra, de ahí bailamos algo casual y luego aparecieron esos dos buenorros, y tú te fuiste con el moreno a bailar, después cuando fui a buscarlos, ya no estaban.

-Sí, ¿recuerdas que tomamos?, ¿cómo es posible que pierda la memoria?

-Ah, no. De eso ni idea, tú hacías la tuya y yo la mía.

-Ah, cierto. En fin, estoy completa, sigo viva, que más da.

-Por ahora, tus padres me llamaron, les dije que estabas conmigo, pero creo que no me creyeron.-Murmura con un deje pensativo.

-Entiendo.

**** ****

-¡Holaaa! Mamá, papá, he vuelto. -Grito apenas cruzar la entrada.

Mamá sale de la cocina, con el ceño fruncido, me repasa con la mirada y luego sonríe.
Bien, no me lo esperaba.

-¿A dónde estabas?, ¿Por qué no contestas mis llamadas?

-En lo de Rebeca, estaba en silencio y tampoco lo encontraba. En un momento creí haberlo perdido, casi se me para el corazón. -miento con descaro. Bueno, es una mentirilla piadosa por su bien.

-Ah, creí que no te fiabas en las personas para quedarte a dormir. Digo, ni tu mejor amiga Camil te quedabas. -dice interrogativa.

-Mamá, vida nueva. ¿no crees que debería de cambiar? Además tengo dieciocho años y estoy en último año del instituto. Mejor disfruto de mi juventud en compañía de mis amigos, ¿no?

-Si, bueno. Me agrada la idea.

Luego de esquivar preguntas de mamá y papá, que por cierto, apareció de sorpresa. Me fui a dormir, ese día fue raro, muy raro.

Estaba en un bosque, caminando en una linda senda, rodeada de toda clase de flores aromáticas, una en particular llamó mi atención, la arranco y opto por olerla.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 27, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Encadenado A La Perdición.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora