Capítulo 1.1: Evan Katsaros

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La muchacha había decidido viajar en avión, el método más rápido para llegar a la isla. Así pudo exprimir al máximo el verano, y dedicarse a hacer los preparativos de su viaje. Antes de partir, aprovecharía para sacarse el carné de conducir. Y entre lágrimas de su padre y abrazos del resto de su familia, vieja y nueva, se subió al avión para vivir aquella pequeña aventura que se le presentaba en la vida.

El viaje había sido tranquilo, algo aburrido después de estar durante muchas horas sentada, pero las vistas desde tan alto eran impresionantes y el nudo de nerviosismo que tenía en la boca del estómago no la dejaron conciliar el sueño, a pesar de ser un viaje tan largo que incluso debía hacer escala.

Al llegar por fin al aeropuerto de su destino, fue a recoger sus maletas, para dejarlas en un servicio de transporte que se las llevaría a la academia directamente, y allí ya sabrían qué hacer con ellas. Había decidido utilizar aquel servicio para no tener que arrastrar sus pertenencias por toda la isla, además de que así podría dar un pequeño paseo para conocer el sitio, al fin y al cabo era una isla, no debía tener miedo de perderse, ¿no?

Comenzó a caminar, sin un rumbo fijo, observando su alrededor a través de sus gafas con montura de pasta. La ciudad no era excesivamente urbanita, había vegetación por todas partes, no la suficiente como para que supusiera un peligro para los ciudadanos, claro está, pero sí bastante como para ser simplemente decorativa.

Los habitantes parecían estar llenos de vitalidad y felicidad, de un lado para otro, aún terminando, en su mayoría, los preparativos para el gran acontecimiento que sería la apertura oficial de la academia, pues Diana supuso que aquello traería bastante población a la zona, y no solo compuesta de los alumnos que asistirían a la escuela, si no de las familias que vendrían a visitarlos o a dejarlos. Ella no había podido contar con que los suyos la acompañaran en aquellos primeros días de aventura, pues su economía no daba para ello, pero les permitirían estar a través de videollamada.

Acordándose de ellos, decidió hacer una foto a una pequeña cafetería por la que pasaría para comprar algo, se moría de hambre, y así les mandaría un mensaje grupal diciéndoles que estaba bien y que había llegado finalmente sin ningún contratiempo. Más tarde, cuando estuviera en su habitación de la residencia les mandaría otra y les llamaría para hablar.

Por el momento, las tripas le rugieron sonoramente, quejándose de la falta de suministro alimenticio y del olor tan rico que le llegaba cada vez que la puerta se abría. Salió de allí con una especie de pan relleno, algo así como un bocadillo. No le gustaba demasiado comer por la calle, pero prefería eso a estar sentada, sola, bajo la mirada atenta del resto de comensales.

Por la calle podía distraerse, viendo las tiendas que conformarían la zona comercial de la isla. Si no se equivocaba, la academia debía estar justo...

— ¡Cuidado! — Varias voces al unísono la advirtieron de que estaba a punto de cruzar un semáforo que acababa de ponerse en rojo para ella. Paró en el centímetro justo en el que la moto que pasaba frente a ella no llegó a rozarla, pero de su propia reacción asustada, cayó hacia atrás y golpeó su trasero contra el bordillo de la acera.

— ¿Te encuentras bien? — Las personas que habían contemplado aquella escena con horror, se acercaron rápidamente y la ayudaron a levantarse.

— Sí, sí. No se preocupen... Gracias... Lo siento... — Fue murmurando mientras se colocaba bien sus gafas e intentaba tranquilizar a todas aquellas personas preocupadas. Maldito descuido el suyo, debía estar...

— Deberías estar más atenta — El tono de voz y la profundidad de esta le confirmaron a Diana que no había sido su mente la que había terminado su frase — Casi te atropello.

Buddy's Academy 【Otome】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora