Sigues siendo mía

Capítulo 8

La mayoría de la tarde la pasé con Nath, así le diré de ahora en adelante, estuvimos en la cafetería unas dos horas, luego fuimos al centro comercial a comer helado, y me trajo a casa.

La verdad es que Nath es muy interesante, y en poco tiempo sé varias cosas de él, por ejemplo que, tiene tres hermanos menores y una hermana mayor, su papá falleció cuando tenía 15 años y su mamá fue la que los sacó adelante, con mucho esfuerzo y un poco de ayuda del seguro de vida de su padre, tiene un perro llamado Käser, pastor alemán con Chow Chow, cumple años el 17 de Abril, tiene 28 años, es Abogado y Médico general, practica fútbol y natación, y toca el piano, pero no el eléctrico, no, él toca el clásico.

¿No es perfecto?

Lástima que no estoy enamorada de él, y que lástima no haberlo conocido antes.

Cuando termino de lavar los platos y los vasos, que se encontraban sucios de ayer, busco mi teléfono y le envío un mensaje a Megan, diciéndole que venga. Mientras espero su respuesta  voy a la cocina a ver que hay.

¿Saben lo que encontré?

Nada.

Suspiro y vuelvo a revisar mi teléfono. Megan respondió, diciendo que estaba ocupada y que no podía venir.

Tomo mi bolso y bajo a buscar un taxi, iré al supermercado.

**

Al llegar a éste, decidí ir primero a la sección de carnes, pero antes tomé un carrito metí varios tipos de carne y pollo. Fui para la sección de los vegetales y frutas, y de vegetales metí lo necesario, tomates, papas, lechugas, zanahorias, plátanos, cebollas y de más, y de frutas, varias manzanas, cambures, una piña y muchas fresas.

Luego, fui a mi parte favorita, donde hay dulces, la mayoría de las cosas que metí fueron chocolates, pepitos, oreos y gomitas.

Me dirijo a hacer la cola, para poder pagar, pero, para ni desgracias, en la caja donde se cancela, está Kayden.

Desearía que en éstos momentos la tierra me tragara, gracias a Dios, ha más cajas, me voy a una de las que están más alejadas, pero me dicen que las únicas que están funcionando son las cajas número 6, 8, y 10. Y Kayden está en la 8. Maldición.

Voy a la sexta, que es una de las que está menos llena. Trato de esconder mi cara, y mi cuerpo.

— ¡Líaa! — La voz de Megan, se hace presente, llamando la atención de varias personas, incluyendo la del susodicho.

Sonrío con nerviosismo y le devuelvo el saludo.

— Meegan, que gusto verte, te envié un mensaje y nunca respondiste.

— Es que no tengo saldo, fue mucha casualidad encontrarte aquí, pero ya me tengo que ir, vine comprarle unas verduras, para una sopa a Zhaír, está enfermo. Pero más tarde paso por tu departamento, se te nota en la cara que tienes muuuchas cosas que decirme. — Suelto una risita.

— Está bien, no te preocupes, dile a Zhaír que espero que se mejore y que le mando saludos.

Ella asiente y se va. No me doy cuenta y ya casi es mi turno.

Cuando termino de pagar, camino hacia la salida en busca de un taxi, que me lleve directo a la casa.

Gracias a Dios, Kayden se había ido, así que no me lo encontré.