Visita tu consciencia para no corromper tu espíritu, al hallar la colgada de tu desprecio.
Dulce tiempo que debe asumir las desdichas de lo que debía pasar y la fina justicia ciega que se da con lo sucedido.
Antes de ver la inocencia en los pecados, se podría saber ¿cómo se puso actuar?, pero al final cada quien busca justificar sus decisiones.
Una historia que no se cuenta es la de un verdadero amor, pues la llaman fantasía, temiendo que al hacerse realidad, sean quienes lo vivan los que digan la verdad.
Niegas con la confianza de quien es infiel, sabiendo como las mentiras se dan, convirtiéndote en un idiota que sólo podrá lamentarse al final.
¿Suerte? No fue necesaria para cumplir mi objetivo, sólo el hecho de que quien sufría era yo y sólo yo cometía el pecado.
Cuando tomas con tus manos la duración de la vida de alguien más, sólo eres parte de lo que el otro decidió.
Funcionamos a través del común acuerdo que nunca firmamos con quien nos rodea, quizás por ello no podemos respetarnos ni a nosotros mismos.
Podría ser que llegue al punto en el cuál, la razón es tan lejana a mi comprensión que ya no puedo asumir que la vida que vivo y los paso que doy en verdad podrían existir.
Temiendo a la condenante soledad pude saber que muchos otros la sobreviven, pues soportan el hecho de ser ellos.
Primero vio en la consciencia de la noche sus abrumadores pensamientos acerca de cómo la eternidad era tan vacía, tomó de los hombres la necesidad de poseer algo de luz en cada momento y fue así como la Luna decidió convertirse en la protectora de la noche y en la amante intachable de los sueños y deseos mortales.