Torneo 1/2

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IV

4 años después.

S'ikkay acababa de entrar en una mazmorra, en el pueblo Oz'xa- conocido porque pasan muchos viajeros y guerreros connotados-, un señor de alto rango en el pueblo le pidió si podía conseguir una gema, para ello tenía que matar a miles de Firtys- si era necesario- para encontrar el indicado, el que tendría la gema. Una que se encuentra dentro de ellos, pero solo algunas están "maduras".

Entró con paso seguro, la oscuridad se cernía alrededor de él. Era una cueva bastante grande, con un poco de iluminación gracias a las gemas Lyrtas las cuales al presenciar movimiento alumbraban su alrededor con una tenue luz morada.

Respiró hondo e intentó sentir la cueva, los pequeños movimientos, el aroma, el viento a su espalda, todo. Una pequeña vibración surgió bajo sus pies como una onda expansiva que venía del frente. Fijó su mirada hacia lo más oscuro de la cueva, de apoco las Lyrtas comenzaron a iluminar todo, dejando ver a los Firtys, venían cientos de ellos corriendo. Se mostraban voraces mientras abrían sus hocicos dejando ver sus caninos y dientes afilados, mugrientos y ensangrentados.

Como si se tratara de un ritual, tomó en su mano el collar que le había estado siendo compañía todo este tiempo, se veía desgastado, poco a poco iba perdiendo su luz. Con su brazo corrió su capa y con su mano libre agarró el mango de la espada mágica-una que obtuvo en una dungeon, unos meses atrás-, esperó a que los Firtys se acercaran más y la desvainó.

Con un rápido movimiento trazó una línea en diagonal imaginaria en el aire, provocando una fuerte ráfaga de aire y polvo, cuando la capa de tierra se disipó ya habían unos 10 Fyrtis con un corte profundo, tirados en el suelo exánimes. De su otra vaina sacó la espada que le había regalado Atyla años atrás y con esta en pocos segundos logró su objetivo.

Sin ningún rasguño y ni un poco cansado salió de la caverna con la gema rojiza en su mano, tirándola al aire, agarrándola y volviéndola a tirar. Una vez fuera -en medio del bosque- limpió sus espadas con su propia capa. Sintió la mirada de alguien por encima de él.

Rápidamente con la espada en su mano la lanzó hacia arriba, ésta impactó con una gran rama de un frondoso árbol, casi en la copa de éste. Esperó unos segundos y giró su rostro, levantó un poco su capucha para poder ver hacia arriba, no había nada, ni un rastro de que alguien pasó por ahí.

Un poco confuso, juntó sus dedos índice y pulgar y soltó un silbido. De entre los árboles apareció su fiel Ciervo galopando, se detuvo frente a él y agachó su cabeza. S'ikkay pasó con suavidad su mano por su lomo y luego de un salto poco forzado se subió. Le propinó un golpe y el Ciervo comenzó su camino de vuelta al centro del pueblo.

Después de un viaje de aproximadamente 5 minutos llegó al centro del pueblo. Como en todas las ocaciones su primer paradero era la taberna, y esta no fue a excepciopn puesto que allí llegó. Al momento de abrir la gran puerta de madera, la gente de adentro se sorprendió y comenzaron los rumores. Una vez que S'ikkay entró toda la atmosfera a su alrededor cambió, todos estaban asustados y más de uno se fue de la taberna.

En los 4 años que había pasado entrenando solo, se había vuelto cada vez más poderoso y temible. Considerado uno de los guerreros más poderoso del país, por esto había mucha gente que lo buscaba para que cumpliera sus pedidos sabiendo que él nunca fallaba. Todo esto tiene su lado negativo, puesto que la maldición dentro de él cada vez aumentaba y se hacía notar, había veces en las que no controlaba todo el poder que tenía -tanto físico como mágico-. Pero su collar retenía todo este poder y así no era capaz de descontrolarse, sin embargo el propio collar ya no soportaba y comenzaba a agrietarse.

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⏰ Última actualización: Feb 24, 2018 ⏰

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