Impotencia - Naruto

Capítulo .5- El Nacimiento de un Nuevo Mundo

¿Haz oído hablar sobre la frase... ¨Cada quien tiene su propio mundo¨? 

Yo si. Y posiblemente esa frase ha sido la que me saca de mis momentos éticos, para poder centrarme en mis alrededores, y así evitar un poste. 

Lo que quiere dar a entender esta filosófica frase, no es nada más que; ¨Todos somos diferentes¨. 

Todos tenemos nuestros gustos, nuestras actitudes, nuestros ideales. Todos podemos parecernos, pero al igual, somos tan diferentes. 

Así que piensa en esta frase antes de enojarte, llorar o entristecerte por una queja ajena... 

¨Ellos te ven diferente a lo que tu te crees que eres¨ 

Y eso no tiene de referencia el que tu estés mal, ni ellos. Si no que, todos pueden pensar a su manera, es gratis. Pero ni tu, ni ellos, sabrán al 100% lo que eres, y mucho menos lo que serás. 

[...]

El Nacimiento de un Mundo no es una celebración para alabar, siquiera algo por lo que toda una Nación tenga que dar gracias. El nacimiento de un Mundo, es simplemente, una nueva vida.

Mundos hay millones, que digo, ¡Billones! 

Porque cada quien es un mundo. 

Así que... ¿Ahora entienden a lo que me refiero con ¨El nacimiento de un nuevo mundo¨? 

Deberían. 

-... N-Naruto... m-mi n-niño... -Gimoteaba. Se encontraba cansada, tan cansada, que se alagaba por lo tanto que había aguantado, después de todo, un parto no es algo que se pueda tomar a la ligera, y el cumplirlo... Era algo que realmente merecía, para ella, un premio. 

Llamarla exagerada, pero juraba nunca haber hecho actividad más cansada y dolorosa, que parir a un mocoso, su mocoso. 

¡Mocoso que ama! ¡Su niño! 

En ambos delgados, pálidos y sudados brazos, cargaba un pequeño de apenas notables cabellos, al parecer, claros, aunque su color no era completamente definido. El pequeño, quien cerraba ambos ojos con fuerza, acción normal en el humano al momento de localizar una amenaza, y como medio de ¨defensa¨, muchos cerraban los ojos, esperando que aquello jamás pasara, como si cerrar ambos ojos desviaría el peligro. 

-Señorita Kushina... -Kenya Sarutobi, esposa del Sandaime Hokage, Hiruzen Sarutobi, miraba con un toque de alegría a la de cabellos rojizos, que recostada en la cama, ya machada de sangre y desarreglada, apreciaba con sumo amor, a su pequeño en brazos. 

Se sentía feliz de poder ver a su ¨nieto¨ respirando tranquilamente, aunque evitara que los presentes apreciaran sus ojos, Kenya estaba segura que el niño tendría las hermosas gemas de su padre, Minato Namikaze. 

O supuesto padre... 

-Kushi-chan- No podía faltar claramente el amado esposo, Minato Namikaze, o también, el Yondaime Hokage.

Ya todo era perfecto... Su familia de tres... Familia que al parecer, le faltaba un integrante.

[...]

Despertardo... Como una bestia sin remedio. Como un tigre protegiendo a sus cachorros. La enorme masa de Chakra, cuya forma era curiosamente un zorro, emergia a borbotones del destintado sello en la barriga de la asombrada, adolorida y shockeada, Kushina Uzumaki.

¿El sello se había roto? ¿Acaso no se encontraba en perfecto estado aún con el parto?

Temía... No por su vida... Por la de su pequeño.

Pequeño que intentaba enterrar entre sus brazos, claramente dispuesta a hacerse pasar por un Bunquer, a cambió de la protección de su bebe.

Que ella sufriera, pero su niño no.

Pero claro... ¿Por qué razón el odiabo Kyūbi no Yoko, decidía utilizar toda fuerza en su ser?

¿Quería conocer al niño?

Valla... ¡Eso es una burla para su honor!

No era tonta esa bestia. Tenía en claro el pequeño error genético que sufria el niño. Pero no era sentimental ni nada de eso. Solo quería ser libre.

Libertad... ¡¿Qué importa ese maldito mocoso?!

Su... mocoso...

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Llovía.

El agua caía desde las oscuras nubes, dando agua salada al País del Fuego...

Algo extraño y realmente interesante...

¨El fuego es inmune al agua¨.

Entonces... ¡BOOM! -Efecutazos-

-¡Aléjate! -Desesperado y con miedo, gritaba casi rasgando sus cuerdas vocales. Y en vez de hacer retroceder a su enemigo, el era el que retrocedía.

El miedo es algo que el humano lleva en la sangre, el miedo... Miedo de morir. Pues no todos están listos a olvidarse de su existencia.

No todos mueren de la manera más ¨victoriosa¨ o ¨valiente¨. No todos pueden aceptar su final en el último momento. Unos simplemente... Pueden esperar el resucitar. El ser diferente al resto y sobrevivir.

Sin embargo, ya sabemos todos que eso es imposible.

¨Imposible para una peste normal¨

¡Y somos normales!

¡Comemos, dormimos, vivimos, nacemos, nos reproducimos, respiramos! ¡Eso es ser normal!

Ten una pierna o no, eres normal.

Ser moreno, eres normal.

Tener creen más allá de la supuesta realidad, eres normal.

¡Malditamente normal!

Algo triste si lo pensamos bien.

-... - No hablaba... Valla... Hasta es estúpido esperar que una bestia en la forma de un zorro gigante, nueve colas y repleto de chakra... hablara.

Sus melenas anaranjadas se meneaban conforme las ondas de aire que repercudían.

Indiscutible su poder. Indiscutible su presencia.

Y eso es obvio.

Todos corrían, intentando alejándose de la enorme bestia.

Bestia que no es normal.

¿Por qué?

...

Simplemente no es normal. Por ser un animal.

Los animales no son normales. Siempre he creído que los animales son seres superiores. ¿Superiores?

Su superioridad es evidente... Sin embargo... Somos totalmente ciegos. No apreciamos su poder, su fuerza, pensamos que son simples alimentos o mascotas. Simples seres que no avanzaron, más bien, fueron arrastrados por nosotros.

...

-¡Es el Yondaime! -

-¿Q-qué... ?

-¡YO-YONDAIME!