Recapitulando mi vida... Había vivido los primeros años de mi vida junto a mi ¨amorosa¨ madre. Realmente me daba tristeza recordarla. ¿A que hijo no le daría pena-tristeza el recordar a su madre simplemente por su voz?
Al entrar al orfanato mi vida se convirtió en una desgracia. Una desgracia cometida por mi mismo era lo que me atormentó durante varios meses... Mi primer asesinato en vez de marcarme a mi, marco a los de mi alrededor que me tacharon de monstruo.
El viejo dio por perdida la oportunidad de que el pequeño Naruto entrara a un orfanato... El pequeño yo era odiado por su mala fama.
Y esa mala reputación aumento cuando los consejeros dieron a conocer sobre el Kyubi. Claro, mi pequeño yo no tenía ni idea de aquello. Para mi era como un cambio de escena mal programado. Realmente había esperado que el error se reparara.
¨Pero para eso tendrían que reiniciar la obra¨
Hiruzen me dio un pequeño apartamento al no lograr ingresarme en un orfanato. Con un salario mínimo me las arregle para adaptarme a la vida sin mi oka-san, a la vida independiente en la que era ¨el adaptarse o el que te adaptaran¨.
A los ocho años Sarutobi me logro ingresar a la Academia Ninja con el objetivo de subir mis perdidos ánimos. Yo empezaba a decaer poco a poco con delicados soportes que no hacían más que rasgarme, enfureciéndome.
Me aburría. Poco a poco. Me mataba. Paso a paso.
Después de la pelea contra mi compañero de clase, Sasuke Uchiha y la inercia de los concejales en revelar aquel ¨gran¨ secreto sobre mi precedencia, realmente caí.
¡Ahora si estaba enojado! Quería... ¡Quería desquitarme!
[...]
Poco después de que el Uzumaki pasara al local de Kamichi Kionba, la vieja de la compra y venta, se había dirigido al apartamento en el que vivió antes de haber desaparecido místicamente. Recordar lo que había aprendido y sufrido en esos años le llenaba de una sustancia parecida a la excitación, tan arrasadora la dulce sensación.
No tardo demasiado en entrar al pequeño apartamento en mal estado. Tenía años que no limpiaba y eso no significaría que lo haría ahora.
Las paredes de su desarreglado hospedaje estaban desgarradas por los viejos tiempos en los que el pequeño Naruto se enfurecía por si mismo, por la miseria en la que vivía y por la desgracia que había elegido. El suelo era teñido en su mayoría de polvo y una que otra mancha rojiza, que en ocasiones parecía café, sobre la suave alfombra que alguna vez fue nueva.
Entro a la habitación, girando a la izquierda del marco de la puerta se encontraba su cama de manera horizontal y sobre ella la sucia ventana que era posiblemente lo único que daba luz en su momento. A un lado su escritorio de madera vieja y un tanto ampollada se encontraba completamente limpio. Al parecer era a lo que más se recurría en el apartamento.
-¡Naruto! - Miro a la derecha desde el marco de la puerta viendo como en ese espacio se encontraba una podrida barra con utensilios de cocina -la mayoría en pésimo estado- pegada a la pared con extensiones resaltando entre pequeños huecos.
- Maldināšana - La curiosa presencia femenina se encontraba subida sobre la barra jugando con un par de oxidados cuchillos - ¿Qué te dijo el Hokage?
-Todos se la creyeron de manera espectacular... -La pequeña se encontraba vestida con un traje de cuerpo completo morado y holgado. En el centro - donde iba el estómago - un ovalo blanco le hacia juego al conjunto - Pensar que realmente pensarían que Uzumaki Kushina siguiera viva... Son más estúpidos que un crío - Dio una carcajada y salto de la barra para correr al rededor del Uzumaki dejando que una pequeña cola -parte del atuendo - de conejo se moviera a cada agitación de la niña.

YOU ARE READING
Impotencia - Naruto
Fiksi Penggemar¨La impotencia de esta preciada alma...¨ Bajo las órdenes del Sandaime Hokage, Uzumaki Naruto, el que algún día será conocido como ¨Satsujin-sha¨ (El que asesina), tomará papel dentro de las pesadillas de todo Shinobi. ¨Oka-san temía por mí. Oka...