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Capítulo 04
Cuatro de la mañana, Thasia estaba acurrucada en el sofá, esperando a Justin quien se había desaparecido todo el día y ni le había llamado, estaba más que preocupada. Normalmente él llegaba a las seis y después volvía a irse, pero esta vez no había sido así. Rezo por su novio, no quería que nada le pasara.
Camino por toda la sala al sentir más nervios, quería que él se encontrara bien, estaba asustada, hasta que la puerta se abrió de golpe. Justin traía una mueca en el rostro, nuevamente estaba golpeado, su labio estaba sangrando y su novia lo miro con tristeza, había vuelto a pelear.
—Justin —murmuro.
Él simplemente se sentó en el sofá, agotado por la fiesta y la estúpida pelea que había tenido. Thasia desapareció unos segundos y regreso para curarlo, rogo que esta vez se lo permitiría. Se sentó a su lado y con un palito de algodón empezó a curar su herida hasta que la volvió a alejar.
—¡No me toques, Thasia! —le grito en la cara.
Tomo el palito y lo lanzo hacia la pared, no le importaba si la asustaba, solo quería que lo dejara en paz. Thasia lo miro con los ojos llenos de tristeza y se alejó un poco, mirando el suelo. Se quedo unos minutos callada, pensando y simplemente respondió:
—Bien.
Justin frunció el ceño al escuchar esa respuesta, era la primera vez que no le insistía, la miro esperando que saltara nuevamente a curarlo, pero no fue así. Thasia se levantó del sofá y subió hacia la habitación, por primera vez no derramo ni una lágrima acumulada, solo se acostó en la cama para descansar, se sentía muy agotada.
Él subió unos minutos después, se colocó el pijama, mientras la observaba, pero su novia no lo miro ni hizo ruido, solo se encontraba acostada dándole la espalda. Mayormente ella lo miraba, pero ahora no era así.
Le vio una última mirada a Thasia y se acostó mirando el techo, esperando que ella se volteara, pero otra vez no sucedió.
Cuando estuvo por cerrar los ojos, la escucho toser como si se hubiera atragantado con su propia saliva. Justin jamás la había escuchado de esa forma, ni con una gripe. El frágil cuerpo de Thasia se sacudió, y la preocupación se apodero de él después de tanto tiempo.
Se acercó a tocarla el brazo y entonces la abrazo con lentitud, pero ella lo aparto, se levantó de la cama y salió de la habitación.
Thasia bajo las escaleras apresuradamente y tapo su boca con su mano para dejar de toser, y cuando paso, pudo relajarse hasta que vio su mano, estaba mancha de sangre. ¿Qué le había ocurrido? Sus pensamientos se alteraron, ella jamás había tosido sangre, no era normal que eso sucediera.
Se recostó en el frio sofá y jalo la pequeña manta que había usado hace unas horas, su mente no dejaba de alarmarse, no sabía que era, pero sí que debía ir al hospital.
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