Me detuve ante esa visión, efectivamente era mi madre, su cabello le caía por el rostro en una cascada castaña y se movía como si estuviera en el agua. Como siempre había pensado tenía un rostro hermoso, pómulos altos, labios gruesos y nariz algo grande, pero eso no interfería en su belleza, su piel era blanca sin rasgos de imperfección, sus ojos tan verdes como siempre y sus alas eran espléndidas poseían una belleza terrible. Estaba claro que en su versión de ángel tendría unos 20 o 25 años, no la edad que tiene ahora, 47 años.
El demonio se diferenciaba en mucho a los de mis otras visiones: aunque era alto, este notablemente no era delgado, su espalda era ancha, y su piel era mucho más oscura que la de los otros, sus ojos eran de color naranja, un naranja similar a de los atardeceres. Sólo tenía ojos y boca ni rastro de oídos y nariz.
Los dos se atacaban con una fuerza sorprendente, el ángel con rostro de mi madre, tenía dos espadas brillantes con marcas en ellas que no logré distinguir. El demonio tenía una guadaña, identica a la que pasan en películas de terror que tiene la muerte, pero la del demonio estaba hecha totalmente de oro.
Yo estaba totalmente concentrado viendolo todo, era fascinante, por primera vez en años me detuve totalmente a ver una visión, era hermosa la batalla que se libraba entre ellos, y está tarde al parecer iba a ser uma tarde de "primeras veces" ya que por primera vez pude escuchar lo que decían.
El demonio fue el primero en hablar:
-Alejandra, nunca te entregaré la corona -hablaba pausado y tranquilamente- mi destino como Rey ha sido protegerla y daré la vida si es necesario...
Ella respondió con una sonrisa bastante miedosa, algo que nunca le he visto a mi Madre, siempre ha sido muy cariñosa y gentil.
-esto no es personal, sólo lo hago por el bien de nuestra familia -su sonrisa se torció, era una prácticamente una mueca de rabia-. Tu eras mi hermano, pero has decidido cambiar al otro bando... ¡Nos has abandonado! -grito ella en un gran sollozo.
-hermana mía, tu no vez que padre nos está utilizando... Utilizando para acabar con las vidas de inocentes. Destruí las otras dos coronas, no he destruido esta, porque si lo hago todos moriremos, pero es mi más grande deseo, acabar con esta maldita guerra, perdóname y sólo recuerda que te amo.
El demonio se esfumó en el aire, el Ángel o Alejandra (mi mamá se llama Victoria) como él la llamó, extendió sus alas y se colocó en posición de defensa, al momento de emprender vuelo, el se materializó con su guadaña de oro detrás de ella y con un elegante, y fino movimiento le corto las alas limpiamente, tomo una de las espadas de Alejandra y la clavo en el pecho de ella, para llevarla hacia el suelo y dejarla enterrada en el suelo con ella.
Mi corazón se aceleró, no me pude contener, avance corriendo. Ella no podía ser mi madre, pero aún así, no me pude controlar, sentí que traspasé una barrera de aire, no le puse atención, y al hacerlo caí al suelo. Al levantarme no estaba afuera de Gordillos Pizza, que era el lugar donde trabajo en las tardes. Me encontraba tirado en un círculo de pasto quemado, levanté mi cabeza y el demonio me estaba mirando, y con una voz suave y hasta me atrevería a decir, amigable, me dijo:
-por fin has llegado, esper...
-la mataste -lo interrumpí, sentía rabia, ella no podía ser mi madre, pero sentí algo hacia ella- ¡la mataste!
-no la mate, un ángel es inmortal, sólo está dormida, nunca pensó que yo, su hermano la atacaría con todo -distinguí tristeza en su mirada, volvió su rostro hacia a mi.
Me miró fijamente un momento y prosiguió:
-después entenderás todo, por ahora debes volver a tu tiempo, te traje por un motivo y sólo uno.
Me le quede mirando, sus rostro era cariñoso. Quería obtener cada detalle de lo que estaba pasando, no muy lejos, se encontraban unos grandes eucaliptos, había niebla, pero el cielo estaba despejado, era una hermosa noche de luna llena, las estrellas se veían perfectamente, nunca antes había visto un cielo tan hermoso. Me sorprendió el momento en que me tomo del brazo, me levanto sin un mínimo esfuerzo, miro mi mano y corto mi palma con sus garras (si, tenían garras, nunca lo había notado) Tomo su guadaña, el pánico me invadió, pensé "mierda me va matar" pero no, sólo la clavo en el suelo y me hizo tomar el mango, con una sonrisa ligera me dijo:
-no la sueltes por favor, recuerda, mi nombre es Alejandro
- ¿Pero que demonios esta pasando?
Sólo siguió mirándome, y con una sonrisa, parecida a la de un niño (claro, si un niño, no tuviera cabello, tuviera dientes afilados, y su cuerpo fuera totalmente negro brillante como la piedra onix, sin rastros de oídos, nariz y aparato reproductor, porque evidentemente iba desnudó. (El ángel sólo tenía una toga blanca) me contestó:
-sólo cuídala bien -dio una nostálgica mirada a la hoz.
Me empujó suavemente y sentí que de nuevo atravesaba una barrera de aire, gire mi cabeza hacia atrás, la ciudad de Calarca, mi hogar, iba apareciendo suavemente detrás de mi, escuché la voz de de Alejandro de nuevo
-cuídate.
El se desvaneció junto con el bosque, me vi expulsado hacia atrás, chocando contra la pared, de la pizzería, me deje caer al suelo, pensando em todo. El choque de la visión sólo me produjo, un fuerte dolor de cabeza, y sólo sentí que me tragaba la oscuridad. Sólo me deje caer. Y si, me desmayé. Justo como una damisela.
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VILLA DE ÁNGELES Y DEMONIOS
Fantasysueños, pesadillas, un destino y un delicioso aroma a café.