CAPITULO 2

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Sólo me dejaba caer en un sueño tras otro. Me sentía tranquilo. Hasta que sentí que algo se clavaba en mis costillas. Abrí mis ojos lentamente mientras una voz cantarina me traía a la realidad de nuevo.

-se que te hago trabajar algo fuerte, pero creo que exageras un poco tirándote a dormir aquí... En el suelo... -trataba de ocultar la risa que le provocaba al verme tirado en el suelo, pero no le iba muy bien haciéndolo.

Abrí sólo un ojo lentamente, ella se encontraba con su rostro inclinado hacia mí y una gran sonrisa le iluminaba su piel blanca. Ella es mi jefa, su nombre es Catalina Arias. Tiene aproximadamente 50 años o más, la verdad es que si le preguntó su  edad, me golpearía con su bastón hasta la muerte. Es bastante alta, sobrepasa el 1.90, su cabello es negro, siempre lo tiene recogido en un moño tras su cabeza. Es bastante delgada. Tienes ojos cafés, aunque aveces puedo jurar que son negros.

Termine de abrir mi otro ojo. El atardecer estaba llegando, debían ser las 6:30pm más o menos. Me encontraba de lado tirado en la acera de la pizzería. Me tire totalmente de boca abajo y levanté mi cuerpo lentamente en una triste parodia de una lagartija, para quedar de rodillas. Todo seguía igual. El estacionamiento en sus lugar, mi moto estacionada encima de la acera. Nada de ángel ni demonios. El suelo sólo tenía una mancha... Una mancha de sangre. La Guadaña, los recuerdos vinieron de inmediato.

— la Guadaña... -mi voz sonó bastante despierta- ¿donde esta?

— oye, si no fueras porque acabas de terminar tu turno y estuve a tu lado en todo momento diría que estás drogado.

La hoz no estaba. Ni había rastro de ella. De inmediato mire mi mano, estaba perfecta sin cicatriz ni nada. Catalina puso su mano sobre mi hombro y me habló en un tono maternal de preocupación:

— ¿estas bien? Vamos, te ayudo a levantar -me sostuve de su mano y me levanté, mientras ella me ayuda a entrar a la pizzería de nuevo.

Ya dentro de la pizzería, me senté en en sillón, bastante cómodo, de un horrible color naranja pastel, donde la gente se sienta a esperar las ordenes para llevar. Catalina siempre dice “si van a esperar, que sea cómodamente ” luego yo le replico “el sillón sólo es para dos personas” luego ella avanza súbitamente hacia mí y dice, con una voz angelical, “alguien quiere ser un desempleado mas” luego los dos estamos en risa.

De nuevo Catalina me trajo a la realidad.

— la tierra llamando a Luis, enserio me preocupas, te noto algo... Digamos distraído, iba a decir imbécil, pero eso ya se sabe que lo eres.

— tranquila, sólo fue un desmayo Cata, -mi voz sonó robótica- debo ir al baño, me refrescaré el rostro un poco. -quería estar solo y pensar.

Me miró ahora con una cara bastante maternal del tipo “no te creo”.

—sabes mi querida jefa, te has puesto bastante maternal hoy —le hablé sonriéndole— creo que quiero que me adoptes, es más, hoy dormire contigo aquí.

— justo ahora me está dando un infarto — se llevó la mano al pecho y se tiro a mi lado en la silla, casi provocando que nos fuéramos al suelo—. A dos cuadras esta la funeraria, diles que vengan por mi...

— sabes que eres la reina del drama, pero no digas nada más. — hizo la mímica de cerrar la boca como una cremallera, ponerse un candado y tragarse la llave — sabes que eso te salió mal ¿cierto?.

— chico todo, me sale mal... —me golpeo mi rodilla con su bastón— pero ahora que lo pienso, tengo hambre iré por una hamburguesas, tu cuida que no roben la caja fuerte.

— tengo cinco cosas para decirte —levante mi mano derecha para enumerar cada una—. Primera, no tenemos caja fuerte. Segunda, solo estamos tú y yo aquí. Tercera, no demores. Cuarta, la mía sin cebolla. Y por último, quinta, y más importante. Eres la única persona en el mundo que logratener una pizzería y a la vez odia comer pizza.

Se levantó del sillón, fue hasta la puerta y dio dos giros como fuera una bailarina de ballet (si las bailarinas fueran cojas y usarán bastón) me miro, levanto su bastón hacia mi, como si fuera un arma y cerrando un ojo, como para disparar, dijo:

— ¡pum! Estas muerto.

Y salió a un paso bastante lento.

De inmediato me tire contra el sillón. Sólo había sido un sueño, pero no, yo sabía que no, todo había sido muy real. Habia sentido dolor, dolor físico. Alejandra y Alejandro, la hoz, la cortada en mi mano fueron reales. Pero no tenía nada para demostrarme a mi mismo que fuera real.

Me levanté con fuerza del sillón, una rabia me empezó a invadir. ¿Que eran todos estos Sueños? Deseaba ser normal, no tener estos jodidos sueños. Lleno de ira baje mi mano contra una de las mesas. En ese instante un extraño cosquilleo bajo por mi brazo izquierdo y en cuestión de milésimas la guadaña apareció y dividió la mesa de un gran Tajo en dos, siguió su camino y se enterró en el suelo de cerámica blanca provocando una gran grieta.

Me retiré hacia atrás soltándola, me quedé observándola. Era hermosa, su mango era bastante largo, casi de mi altura, y la hoja era fina y gruesa. No tenía marcas, ni símbolos, ni golpes, ni abolladuras. Estaba intacta, como nueva. Era oro puro, y en ese mismo instante se desapareció, como si nunca hubiera estado allí.

Mi pecho subía y bajaba rápidamente. Tenía mezcla de sensaciónes: alivio, miedo, alegría. Esto era real, no estaba loco. ¡Era real! Levanté mi rostro hacia arriba, el techo tenía espejos puestos, formaba parte de la decoración del lugar, en uno de ellos, el que se encontraba exactamente arriba de mi, se podía ver todo el desastre que hice.

Pero eso no fue lo que hizo que me recorriera un escalofrío por todo mi cuerpo. Sali corriendo hacia el baño. Me mire directamente en el espejo que había en el lavado. No había visto mal antes en los espejos del techo. Mis ojos brillaban naranjas, un fuerte naranja, iguala que los de Alejandro.

Justo en ese momento mientras mi mente estaba como una licuadora, alguien entro a la pizzería.

— buenas noches, he venido por unas pizzas que encargue. Me dijeron que las tenían listas a eso de las seis. ¿Hay alguien?

Era la voz de una chica. Luego escuché una fuerte exhalación. Seguida de un grito.

— ¡¿pero qué carajos le pasó a esa mesa?!

VILLA DE ÁNGELES Y DEMONIOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora