Capítulo #63

37 6 0
                                    

Santiago

Llego de trabajar, me quito mi chamarra y dejo hacia un lado mi maletín. Y me recuesto en el mueble de mi habitación.

-No entiendo que sucede conmigo, estos últimos años no dejo de pensar en aquella chica, no entiendo porque solo esta en mi cabeza, en mis pensamientos, en mis emociones, y en mi corazón.

Puede ser por el simple hecho de que no me despedí de ella aquella vez, de haberme alejado de ella sabiendo que tuvimos una buena amistad- de pronto empieza de nuevo a doler mi cabeza - ¡Maldita sea! Mi cabeza no para de doler, ya fui al médico y lo único que supo decirme, fue que es por las lesiones graves que tuve hace tres años en mi accidente. ¡Odio que frecuentemente sienta dolor!.

De pronto escucho que entra a mi cuarto- ¿Necesita algo?- dijo ella
-No, me encuentro bien, retirate- dije sin mirarla
-Esta bien señor- en ocasiones la servidumbre entra sin tocar, podría estar desnudo, pero a ellas les vale.

Desde aquella vez que mi padre quiso obligarme a comprometerme, no tengo una buena relación con él.
Tal vez no fue buena idea, desaparecerme el día de la boda; pero no había otra opción, ya estaban todos los invitados, hasta la novia ya lista para salir. Pero el único que no estaba era el novio.

Me acuerdo que cuando regresé en la noche, mi padre estaba esperándome en el mueble, sin ninguna expresión en su rostro; y me dijo que era valiente al haberme ido, pero muy descarado al ver dejado a una chica en el altar, me insultó y grito, diciendo que había dañado la reputación de su apellido, no dije nada, solamente miraba al suelo con un poco de culpa.

Ya al pasar los años, el dijo que no quería verme allí, y me mando a Francia a manejar su empresa; tal vez para él sea un castigo, pero para mí se ha vuelto muy reconfortante no escuchar sus gritos todos los días.

Ahora que vivo en esta casa demasiado grande, para mí solo me siente aburrido, ya que apenas conozco un amigo; pero siento que simplemente esta ahí, por ser el jefe de la empresa BNP Paribas una de las más importantes empresas financieras aquí.

Tengo mucha presión, trabajo demasiado, aunque después de todo, no esta tan mal despistarme trabajando.

Hay unas chicas, que han sido asignadas mis secretarias, me da risa cada vez que entran a mi oficina, ingresan sonriendo y salen sonriendo, ¿No les dolerá la mandíbula?, se nota que son coquetas, si fuera el Santiago de antes, posiblemente ya estuviera saliendo con ellas.

Quien iba a pensar que antes odiaba las matemática y justo ahora las veo todos los días, ahora me doy cuenta que Sofía Hall me enseñó que no es tan difícil los números.

De nuevo me acuerdo de ella, ¡Por qué! ¿Que quiere decir esto? Quizá debí hablazarla muy fuerte por última vez.

Desde aquella vez que se marcho, no hay ningún día que no pare de recordarla.

Me siento y me asomo al ventanal que hay en mi cuarto, la noche esta llena de estrellas muy brillantes.

No se imaginan cuanto la extraño, puede estar lejos de mis ojos, pero no de mis pensamientos; se me ha hecho costumbre mirar al cielo y pensar en ella, bajar la mirada y sonreír, cerrar los ojos he imaginar que esta ella aquí a mi lado.

Cuando levanto mi mirada, veo como una estrella fugaz pasa muy deslumbrante, no se pero dicen que si piden un deseo a las estrellas fugaces se cumple el deseo - Quisiera volver a ver a Sofía, solo una vez más- dije sin pensarlo mientras cerraba mis ojos, no se si se cumpla, pero no pierdo nada con intentarlo.

Sofía

Llego de otro día más de trabajo, muy cansada, me recuesto a mi cama, y miro de nuevo aquella carta que nunca pude enviar, ¡Por que lo extraño tanto!, intento con esfuerzo olvidarlo, dejarlo atrás, pues sé que todo acabó hace tres años, pero lo extraño como no tienen idea.

Me asomo al balcón por un momento a contemplar el hermoso cielo, después de todo no estamos tan separados, vemos la misma luna- me río de la estupidez que digo- ¡Por qué soy tan débil!- de pronto veo una estrella fugaz muy resplandeciente pasar por el cielo, desde pequeña creo en pedir deseo a las estrellas- Deseo volver a ver a Santiago, solo una vez más- cierro los ojos, soy como una niña pequeñita pidiendo un unicornio para su cumpleaños.

Me lanzo a mi cama, y me quedo dormida de tanto cansancio que hubo en este día.

Se despide Jhoselyn 😘

Me enamore de un popularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora